Capítulo 4

3.9K 302 26
                                    

Juliana cerró la boca con tanta fuerza que se oyó el chasquido de los dientes al chocar. Se colocó el auricular del teléfono en el hombro y cogió la caja más pequeña. Al abrir las tapas, apareció un montón de papel blanco que retiró para hacerse con el objeto que encontró más arriba: un bustier rojo. La prenda se anudaba por delante y llevaba el liguero incorporado.

-Ni en broma -susurró al auricular.

-Si vas a estar preciosa con él. Estoy deseando ver cómo lo rellenan esos preciosos y enormes pechos -la voz de la "Justiciera" había bajado de tono y sonaba ahora más grave-, me estoy empapando sólo de imaginarlo.

Juliana estaba tan sorprendida que por un segundo dejó de sentirse asustada. Se mojó los labios nerviosa, ninguna persona le había dicho algo así en su vida. Y nunca se había puesto algo tan... sexy.

Se fijó en la talla del bustier , era justo la suya. ¿Cómo lo habría sabido? ¿Cómo le quedaría puesto?

Abrumada al darse cuenta de que estaba planteándoselo, Juliana gritó:

-¡No pienso hacerlo!

-Claro que lo harás, Juls. Voy a...

-Me llamo Juliana -interrumpió cortante-. Odio lo de Juls.

-Está bien, Juliana . Te diré lo que podemos hacer. Vamos a olvidarnos del resto del contenido de esa caja hasta más tarde. Todavía hay mucho que hacer. Empecemos por el teléfono.

Juliana lo dudó un segundo. La voz le había dejado bien claro que llamaría a la policía si se negaba a obedecer. Necesitaba ganar tiempo para pensar cómo salir de aquel desastre. Quizá si fingiera estar muerta de miedo, ella se calmaría, complacida. Además, grabarse en vídeo no significaba entregarle la cinta.

Durante los siguientes quince minutos, Juliana hizo todo lo que la Justiciera le ordenaba, actuando como si hubiera encendido el piloto automático. Se vio obligada a quitarse los guantes de látex para seguir las instrucciones sobre el teléfono, que tuvo que colocar en el cuarto de estar en sustitución del que había. 'Justiciera' le explicó que el nuevo aparato contaba con un sistema de manos libres que les permitiría hablar sin tener que sostener el auricular. Juliana se estremeció al entender de inmediato que eso significaba que la tendría con las manos ocupadas en otras... actividades.

-¿Me oyes bien? -bromeó ella después de que Juliana hubiera pulsado el botón del manos libres.

-Sí, te oigo bien -respondió Juliana, molesta al descubrirse sonriendo levemente.

Aunque estaba chantajeándola, era evidente que pretendía seducirla con sus bromas y sus adulaciones para conseguir que ella se olvidara de que ella era el enemigo.

Juliana se fijó de nuevo en el teléfono y se dedicó a hacer suposiciones sobre 'Justiciera'. ¿Se trataría de alguna de las inquilinas del edificio de enfrente? Por la voz parecía alguien educada y autoritaria, alguien acostumbrado a estar al mando.

Miró furtivamente hacia las cortinas del cuarto de estar, ahora corridas. Por el ángulo de las fotografías que habían tomado de ella, Juliana sabía que las habían hecho desde el otro lado de la calle y por encima del sexto. El dominador vivía en el séptimo, sin embargo no podía tratarse de él porque la voz era de mujer y además estaba observándolo justo cuando 'Justiciera' llamó por primera vez.

-Bien, Juliana , no puedo aguantar más. Necesito que te pongas el body rojo.

A ella se le cortó la respiración. Iba en serio, aquella tipa esperaba de verdad que se lo pusiera. Debería estar asqueada y no obstante, en algún momento en la última media hora, su cuerpo había empezado a reaccionar ante el estímulo de aquella voz íntima que sonaba como en sus fantasías: cálida, sexy e incluso empapada de ternura.

Bad Girl (Juliantina AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora