Mariana llegó del hospital, se ducho y se cambió, había decidido ir y enfrentar a Aureliano, le pediría perdón y le prometería nunca más volver a sacar su pasado a la luz, lo aceptaría tal como era, con sus pros y sus contras, lucharían juntos para que el pudiera iniciar una vida nueva, diferente a lo que conocía hasta ahora.
Cuando estuvo frente a su departamento iba a tocar, pero nunca lo hacía, así que decidió entrar.
Lo que vio la dejó paralizada, Aureliano estaba besando a Jenny que estaba muy pegada a él, por un momento quiso darle el beneficio de la duda porque se había dado cuenta de los coqueteos de ella hacia él, aunque él no parecía prestarle mucha atención, pero su corazón se quebró cuando lo vio rodear su cintura y acercarla más a él, sin dejar de besarla, no era ella, era él quien la besaba, se dio cuenta de que él la había visto y no supo descifrar su mirada, herida cerró de nuevo la puerta y salió del lugar refugiándose en su departamento, estaba enojada, dolida y desilusionada. No podía soportar verlo en brazos de otra, no concebía que el estuviese besando otros labios después de besarla a ella como lo hacía, su corazón se contrajo de dolor y no pudo evitar deshacerse en llanto, no estaba preparada para perderlo, no quería perderlo, pero ya lo había hecho
Después de horas de llanto, la rabia empezó a sustituir a su tristeza, se daba cuenta de que además de asesino era un mentiroso, si de verdad la hubiera necesitado como decía porque en realidad nunca le había dicho que la amaba, no hubiera corrido a los brazos de la primera que se le presentará, por muy enojado que estuviera con ella.
En ese momento tomó una decisión, no se quedaría, ahí lamentándose, ella era una profesional y como tal actuaría, antes que nada era la responsable de la salud de él y su obligación en esos momentos era ir y revisar que todo estuviera bien.
*****
Aureliano sentía su corazón acelerado, no sabía cómo controlarlo, esa situación lo había afectado más de lo que esperaba, primero el dolor de darse cuenta de que su relación con Mariana era imposible, no por él, que si ella volvía y le decía que quería, seguir con el la aceptaría de inmediato, sino por ella que jamás iba a aceptar su pasado y siempre iba a ser una barrera entre ambos, luego el pasar la noche en vela, pensando en lo sucedido y buscando una forma de arreglarlo sin encontrar ninguna salida y luego lo sucedido momentos antes, sabiendo que para bien o para mal sus acciones habían terminado definitivamente con cualquier esperanza que pudiese haber existido. Ella no lo perdonaría y eso le dolía más que nada en la vida, más que ese dolor físico que ahora ahogaba su pecho, tenía que tranquilizarse y respirar profundo, quizás desapareciera, lo hizo pero no se iba, por el contrario se iba incrementando, era tan fuerte que quería gritar, su frente empezó a perlarse de sudor, se dejó caer pesadamente en el sofá que se hallaba en la sala. Sentía que las fuerzas no le alcanzarían para llegar hasta su cama, quiso llamar a la enfermera que hacía unos momentos había entrado a su recamara después de darle su medicación, ya que Mariana no había llegado a dársela como acostumbraba, pero le fue imposible el aire empezaba a faltar le.Sin remedio sintió que las fuerzas lo abandonaban, la habitación empezó a darle vueltas y la oscuridad empezó a envolverlo. Lo último que alcanzó a ver fue el rostro desencajado de Mariana, pero lo más probable era que se teatara de una visión, era tanto su anhelo de tenerla junto a él, que le parecía que lo estaba.
*****
Al entrar Mariana al departamento de Aureliano, lo primero que vio fue su cuerpo casi desvanecido sobre el sofá de la sala, su rostro bañado en sudor, alcanzó a ver como se agarraba el pecho antes de desvanecerse, angustiada grito a Linda la enfermera del turno de la tarde, quien llegó de inmediato.*****
Era de madrugada Mariana no había podido dormir, el susto que le había dado Aureliano no era para menos, había sufrido un intento de infarto que gracias a que había llegado a tiempo no se había presentado, pero de no haber llegado le pudo haber costado la vida y eso la dejó devastada, primero porque había sido negligente con su trabajo, era su obligación estar ahí y ella había antepuesto sus problemas personales y eso era reprobable y segundo porque ella amaba a ese hombre no podía negarlo, sin embargo casi lo pierde.*****
Aureliano sentía fluir la furia por su cuerpo, estaba enojado, y estaba cansado de sentirse vulnerable ante la única persona que no quería serlo, ante la única persona que no quería que viera su debilidad, odiaba depender de los demás y dependía de ella.
Él no era débil, no se permitiría serlo, ¿o acaso esa sería desde ahora en adelante su vida? Sufrir un ataque al corazón cada vez que se le presentará una dificultad? No quería y no lo permitiría, él era fuerte y podría soportar eso y más.
Tenía que salir de ahí, tenía que volver a su rutina diaria, a su territorio, a sus asuntos... Tenía que alejarse de ella, ella lo debilitaba, lo volvía manso, lo volvía dependiente y no, no quería eso... ¿O si lo quería?... La verdad es que anhelaba tenerla a su lado así lo convirtiera en un idiota, el problema consistía en que era ella la que no quería nada con él y si ella no estaba, su vida carecía de sentido, sin embargo estaba vivo y aprovecharía ese hecho para regresar y enfrentar a su peor enemigo, con suerte lograría deshacerse de él y liberaría a la región de una gran escoria, por el contrario si fallaba lo único que lograría era que Rigoberto ahora, si logrará acabar con su vida, lo que no le importaba, porque no tenía nada que perder.
*****
Mariana entró al departamento de Aureliano como hacía cada día, el no había permitido que enviaran a nadie más para, sustituir a Jenny, por lo que sólo Loren la enfermera del turno matutino se encargaba de él, todo lo demás seguía igual en el segundo turno.Mariana lo buscó con la mirada, estaba muy serio sentado en el sofá, como todos esos días después del incidente no sonrió al verla, solo contestó con cortesía a su saludo, luego sin decir palabra se dirigió hacia su habitación en donde ella lo revisaría para hacer su reporte y recibir su medicación.
Ella tampoco hablaba más que lo estrictamente necesario, se sentía muy dolida por la actitud de él, aunque estaba consciente de que ella lo había ofendido, sin embargo él la había traicionado con Jenny cuando tenían un trato, aunque suponía que el hecho de haber prescindió de sus servicios significaba que él le estaba diciendo que se había equivocado y aquello no había significado nada, pero el hecho era, que no se lo había dicho cara a cara y ella solo tenía que suponerlo, arriesgándose a que no fuera así.
De cualquier forma algo se había roto entre ambos y dolía... Dolía mucho, extrañaba su sonrisa, su amabilidad, los detalles cariñosos que tenía para con ella, lo extrañaba a él, porque ese hombre que ella había conocido ya no estaba, en su lugar estaba un hombre serio, taciturno, malhumorado, con un rostro inexpresivo, que respondía sólo con monosílabos sin embargo seguía estando extremadamente atractivo, tanto que le robaba el aliento, su cuerpo se fortalecía cada día más, en todos los sentidos, sin embargo su corazón se alejaba cada día más de ella.
_ Quiero pedirte un favor. - dijo él cuando ella le tomaba la presión.
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UNA OPORTUNIDAD. No.3️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
RomanceAureliano Montero era uno de los principales jefes del crimen organizado, era un hombre atractivo, fuerte, valiente pero con el alma negra. Su vida no había sido facil y no se tentaba el corazón para actuar cuando tenia que hacerlo, gracias a ello a...