CAPITULO 12 PIDIENDO AYUDA

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Tiempo Actual.

Santiago estaba en su estudio, en el rancho de su propiedad, sus pensamientos estaban muy lejos, sabia que un hombre que por muchos años había sido su enemigo, se encontraba en esos momentos perdiendo la batalla contra la muerte, no le tenía gran aprecio, ni era su gran amigo pero tenian un historial largo juntos, él le habia salvado la vida en una ocación y en otra Aureliano le habia perdonado la suya, al final después de una larga rivalidad habían hecho las paces, ninguno se metia con el otro, respetando cada quien su vida y su espacio, hasta aquella tarde en que Recibió una llamada. Era la voz de un hombre, que no quiso identificarse, pero lo escuchó porque ese número de telefono contadas personas lo tenían, si acaso y era mucho decir, serian unas nueve o diez personas, incluidas su esposa, su hermano Damian, Bruno su mano derecha, Nicolas su sobrino, Antonio, su amigo y encargado de uno de sus mas importantes proyectos donde se ayudaba a las personas que querían y no podían dejar las filas del crimen organizado, y unas cuantas personas más .

Ese hombre pedía su ayuda, quería que recuperara el cuerpo de Aureliano, el cual había sido atacado en una emboscada segun le había dicho.

El dudó en creer, porque igual podría tratarse de una emboscada pero para él, sin embargo, le fue imposible quedarse sin hacer nada y después de verificar con cautela la veracidad de lo dicho por él, acudió al lugar señalado, y efectivamente se encontró con los cuerpos de dos hombres, una mujer que luego supo era la mujer de Aureliano y con el mismo Aureliano, solo que él aún se enconteaba con vida.

Recordó como solicitó la ayuda a Gustavo Contreras, esposo de Lorena  una de las mejores amigas de Elizabeth su esposa, el cual dispuso el helicoptero de la compañía donde trabajaba y de la cual era dueño y sin perdida de tiempo fue trasladado a una de las mas prestigiosas clínicas de la ciudad.

Una de las ventajas de llevarlo ahi era que no se daría aviso a las autoridades , debido a la discreción que el director y un selecto equipo del lugar podía brindarles. Santiago solía acudir a ellos, cada vez que la organización de la cual se encargaba su amigo Antonio, requeria atender a alguna persona atacada por miembros de alguna banda del crimen organizado, generalmente cuando querían escapar de sus garras y ellos no se los permitían, una vez restablecidos los que lograban sobrevivir, eran dotados de una nueva identidad y de un trabajo, para que pudieran rehacer sus vidas sin tener que cuidarse las espaldas continuamente.

Otra de las ventajas era, que él era el dueño.

_Santiago. - lo llamó Bruno entreabriendo la puerta y sacándolo de sus pensamientos. _La persona que esperas ha llegado.

_Dame unos minutos. - dijo sirviéndose una copa de vino. La necesitaba, tenía que estar alerta para tratar éste asunto.

Aunque no era su costumbre involucrarse en los asuntos de otros grupos del crimen organizado, Aureliano lo habia involucrado desde el mismo momento en que semanas atrás pidió una cita con él, en ella le hablo de sus sospechas de que alguien lo estaba traicionando, Santiago pensó que le pediría ayuda, pero no fue asi, solo queria desahogarse y hacerle saber que seguía confiando en él, además de decirle que si algo le sucedía la única persona confiable era Adrian, su joven administrador, con cualquiera que no fuera  él, debería de tener cuidado.

Ahora, ese joven estaba afuera esperando a que él lo recibiera, el dia anterior habia recibido una llamada suya pidiendo una cita urgente y él se la había concedido.

*****
Adrian. Se paseaba nervioso afuera de esa majestuosa casa enmedio del rancho mas hermoso que hubiese visto, si bien estaba acostumbrado a andar entre hombres armados, éstos lo intimidaban, no sabía cual seria su reacción al saber que trabajaba para Aureliano. Tampoco sabía de que forma sería recibido por Santiago Moran, se decían tantas cosas de él, lo cierto es que en esos momentos era el lider mas iportante de esa region, aunque muchos decian que ya no formaba parte del crimen organizado, para la mayoría lo seguía siendo, lo cierto era que fuera o no fuera miembro, el poder lo tenia, y era respetado por muchos y temido por otros.

Si por el fuera hubiera evitado ese encuentro pero necesitaba con urgencia su ayuda o cuando menos su consejo. Aureliano habia sido muy claro al pedirle que no confiara en nadie, que la única persona a la que podía acudir y que era cien por ciento segura era él, Santiago Moran.

*****
_Bien. - dijo Santiago al joven que tenía delante de sí, e indicandole que tomara asiento. _¿en que puedo servirte?

Adrian lo miró, sin duda era mas impresionante en persona, su sola presencia intimidaba a cualquiera.

_Disculpe que lo moleste. - dijo con aprehensión. _pero no tengo a nadie mas a quien acudir, Aureliano me aseguro que podía confiar en usted.

_Bien, te escucho. - lo animó a seguir.

_Como sabe Aureliano fue atacado junto con su esposa y su hijo, se que el está vivo porque de haber muerto ya me lo habrían hecho saber. - dijo con seguridad.

Y era verdad. - pensó Santiago. El único que podía ponerse en contacto con el personal de la clinica era Antonio y el lo mantenía informado a él de su estado, y ciertamente, de haber muerto él personalmente le hubiera avisado a Adrián.

_Cierto - lo miro Santisgo. _pero no entiendo cual es tu punto.

_Mi punto es que no solo él sobrevivió. - dijo con nerviosismo.

_Lo se. - dijo Santiago sin inmutarse.

Adrián lo miró con sorpresa.

UNA OPORTUNIDAD. No.3️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora