Tiempo Actual.
Mariana avanzó hacia otra área, en donde se encontraban los pacientes menos graves, caminó por el largo pasillo cuando chocó con otra persona que iba saliendo de una de las habitaciones.
_Lo siento. - se disculpó ella. _iba distraida.
_¡Mariana! - escucho una voz conocida.
_¡Santiago¡ - lo miró sorprendida, era uno de los hombres mas atractivos que habia conocido en su vida y su personalidad era arrolladora, nada se resistía a la autoridad que emanaba de él, su amiga Elizabeth era muy afortunada de tenerlo, no podía creer que había habido un tiempo en que ella lo odió con toda du alma, incluso se había enfrentado a él, pero ahora lo apreciaba y lo respetaba y de ninguna manera le volvería a levantar la voz como lo hizo, ahora su sola presencia la intimidaba. _¿Qué haces aquí?
_Bruno está aquí. - señalo con la cabeza la habitación.
_¿El es una de las personas que trajeron?. - lo miró interrogante. _¿entonces tú...? ¿Tus hombres...?
_¡Para! - la detuvo él levantando su mano extendida indicándole que guardará silencio. _recuerda... sin preguntas... Por tu bien...por el de ellos...
_Ella obedeció de inmediato.
_Después, cuando todo pase, en la tranquilidad de tu casa o la nuestra contestaré todas tus preguntas.
_Supongo que tampoco te conozco... ¿cierto?
El asintió
_Solo cuidalos y has lo mejor por ellos. - se marchó. Dos hombres que ella no habia visto y no supo de donde salieron lo siguieron.
*****
Hacía tres días que Adrián había ingrasado al hospital, pero era el primero en el que estaba consciente , habia permanecido sedado esperando que su cuerpo se recuperara, su cerebro se desinflamara y poder así evaluar los daños causados, aun se sentía aturdido, el dolor no era tan intenso pero sabía que era a causa del medicamento, tenía varias costillas rotas, había sido intervenido quirurgicamente para detener una pequeña hemorragia interna que de no haber sido detectada a tiempo le hubiera causado la muerte y sus pulmones se estaban recuperando satisfactoriamente, además de las contusiones y demás heridas de menor importancia que su cuerpo presentaba._Fuiste afortunado. - dijo su visitante, el primero desde hacia tres dias, habia preguntado a las enfermeras con la ligera esperanza de que Berenice hubiera acudido, pero no... era imposible que ella supiera en donde se encontraba.
_¿Berenice? - preguntó con voz pastosa.
_Está bien, la pusimos a salvo
_Fui un tonto al llevarla a mi casa
_No... hiciste bien... estaba segura... hasta que cometiste la estupidez de ir al rancho.
_Lo siento. Lamento lo de Bruno. - dijo recordando que cuando lo rescataron escuchó decir que había sido herido.
_Bruno esta bien. Recibió un disparo en el brazo y un rozón en la cabeza, pero se recuperará pronto.
_No sabes como quisiera retroceder el tiempo y no haber hecho la tontería que hice.
_Mira. - se puso de pie Santiago. _cometiste una gran estupidez sin lugar a duda, pero a pesar de eso estoy seguro de que tuviste una muy buena razón para hacerlo, de lo contrario no hubiese arriesgado la vida de mis hombres para rescatarte, tenlo por seguro, así que habla de una vez, ¿Que era tan importante como para arriesgarte de una forma tan estúpida?
Adrián dudó, aunque Aureliano le había dicho que podía confiar cieganente en él, se preguntó si de verdad era confiable, aunque el arriesgar su vida por él y el haberse hecho cargo de la seguridad de Saul y de haberse ocupado de la recuperación de Aureliano lo decía todo.
_No se que cuidas en ese lugar, pero desde ese día el rancho está siendo custodiado por mis hombres y se ha empezado su restauración, algunos de tus trabajadores han regresado y se está haciendo un inventario de lo que hay hasta ahorita. _dijo el ante el silencio de Adrián.
_Ahí se encuentran la mayor parte de los documentos importantes de Aureliano, sobre todo aquellos en donde se hicieron los cambios para hacer desaparecer todas sus propiedades de la influencia de su nombre.
_No puedo creer que no los tenga en la caja fuerte de algún banco o alguna caja de seguridad. - lo miró con incredulidad.
_El decía que era mas seguro ese lugar y empiezo a creer que tenía razon, porque siguen en su sitio y nadie se da cuenta en donde se encuentran.
_Me alegro. - dijo Santiago con sinceridad. _no espero que me des su ubicación, solo deseo que sea él mismo quien pueda ir y sacar esos documentos de ahí.
_Gracias por tu apoyo - dijo sincero. _Aureliano es afortunado al contar con tu amistad.
_Ambos somos afortunados al contar uno con el otro. - dijo dirigiendose a la salida. _recuperate pronto, no podré volver a visitarte, no es conveniente pero eso no quiere decir que no estaré al pendiente. - dijo. _Saul y Berenice están bien protegidos. - se adelantó antes de que él preguntara, luego salió.
*****
Aureliano estaba desesperado, el dolor no dejaba de atormentarlo, sin embargo, el peor dolor era darse cuenta de que estaba vivo y su hijo muerto, era darse cuenta de que todo era por su culpa y lo peor era también darse cuenta de que la única mujer que lo hacía sentirse vivo estaba ahí, cuando el hubiera preferido que nunca lo viera en tales condiciones, no quería que viera sus miserias, que lo viera cuan vulnerable era y sobre todo cuan despreciable era, pero lo había visto y la había escuchado, no una ni dos veces, ella lo odiaba y lo despreciaba y lo peor era que tenía razón para hacerlo, él era despreciable y no merecía la vida que tenía, ella tenía razón, pero Dios... Como dolía... Dolía demaciado, sobre todo escucharlo de ella, le rompía el corazón, si tan solo pudiera hablarle, ¿pero que iba a decirle?, ¿acaso tenía defensa? Su única opción era morir, pero no lo dejaban, si tan solo le desconectaran todos esos aparatos que lo obligaban a vivir, si tan solo no lo mantuvieran sedado, él mismo podría hacerlo, no era cobardía, no era querer escaparse de su destino. Era simplenente que no merecía estar ahí, no merecía ocupar ese espacio, no merecia ocupar el tiempo de esas personas y de ese equipo que otros necesitaban, hasta ahora se daba cuenta de lo que era pensar en los demás, de lo que era renunciar a sí mismo para que otros tuvieran una oportunidad, hasta ahora entendía cómo es que las otras personas veían a la gente como él, hasta ahora se daba cuenta real de lo que sus acciones habían causado en los demás y se arrepentía, pero ya era demaciado tarde para él.Se preguntó si su vida hubiese sido diferente si hubiera tenido otros padres, si hubiera nacido en otro lugar, en otra época, si nunca hubiera tenido contacto con gente del crimen organizado, si ese no hubiera sido el ambiente en el que creció, en donde todo lo que ahí se hacía lo veía como natural, pensando que era lo correcto lo que todo mundo hacía. Dios.... Cuan equivocado había estado y ¿porqué se había dado cuenta tan tarde?. Ahora tendría que vivir con ello, lo que no podía era vivir con el desprecio de ella, acababa de escuchar su voz, la acababa de oír gritar y maldecirlo y llorar, podía soportar todo su enojo sus insultos, menos su llanto no quería escucharla llorar y menos si era a causa de él. Intentó moverse, quería consolarla, pedirle perdón pero le era imposible coordinar sus movimientos, y las máquinas empezaron a emitir ese ensordecedor sonido, los médicos acudieron y luego empezó a caer en la inconsciencia, ¿porqué no dejaban de sedarlo? Quizas en esta ocación era lo mejor, era bueno dejar de pensar.
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UNA OPORTUNIDAD. No.3️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
RomansaAureliano Montero era uno de los principales jefes del crimen organizado, era un hombre atractivo, fuerte, valiente pero con el alma negra. Su vida no había sido facil y no se tentaba el corazón para actuar cuando tenia que hacerlo, gracias a ello a...