UNA OPORTUNIDAD. No.3️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.

CAPÍTULO 43 RECHAZO (Aureliano Y Mariana) (Santiago Y Bruno)

_ Por favor. - susurro a su oído. _ quédate, te necesito... No como mi doctora... Como mi mujer.

Ella se encogió entre sus brazos, deseaba con toda su alma no separarse de él, deseaba seguirlo hasta el fin del mundo, pero ¿qué le, estaba ofreciendo? Ni siquiera le había pedido ser su novia, quería a una mujer a su lado, no a una esposa, con la cual formar una familia, sería una más de las muchas mujeres que habían pasado por su vida, hasta que llegara otra o la ideal con la cual si casarse, una que fuera digna de llamarse su esposa. Eso rompió su corazón, sin embargo con todo y su corazón roto no quería dejarlo, lo necesitaba porque sin él su vida no tenía sentido, no sabía en qué momento ese hombre se había robado su corazón y él no lo sabía.

_ Ven conmigo. - insistió él. _cuando me den de alta,

_ Mi vida está aquí. - dijo ella. _ mi trabajo...

_ No quiero dejarte. - intensificó su abrazo.

_ No lo hagas. - pidió ella,

_En algún momento tendré que regresar y no quiero hacerlo solo.

_ Si no quieres no tienes que hacerlo.

_ Hay mucha gente que todavía depende de mí, no puedo dejarlos a su suerte.

_ Ahora es cuando tienes la oportunidad de alejarte de todo eso. - lo miró suplicante.

_ No es momento para discutir ese asunto. _ le dio un tierno beso en la cabeza. - solo dime que lo pensarás.

Ella no contestó, pero asintió. En esos momentos estando entre sus brazos era capaz de decir que sí a lo que fuera.

*****
Esa tarde el esperaba con ansia a Mariana, la había extrañado y deseaba ver su sonrisa, sin embargo al nada más cruzar la puerta, supo que algo había sucedido, su rostro era serio y sombrío, su sonrisa cuando saludó, era falsa, recibió el reporte de Jenny muy callada, cuando Jenny se despidió y salió de su habitación él se puso de pie, cada vez se le dificultaba menos controlar sus movimientos.

_ ¿Sucede algo? - interrogó.

Ella lo miró con los ojos cristalizados.

_ Perdí a un paciente, era muy joven, tuve que tomar una decisión y fallé. - lo miró con culpabilidad. _tenía dos opciones y tomé la incorrecta.

_De haber tomado la otra opción, ¿se hubiera salvado? - se acercó a ella.

_No...

_ Entonces no te culpes. - la envolvió en sus brazos, ella lloraba sin control.

_ Pero le hubiera dado más tiempo.

_Si, pero iba a morir de todas formas, antes o después.

_ No entiendes. - se separó. _ él no quería morir y yo le fallé. - las lágrimas corrían por sus mejillas.

_ Esas cosas pasan y van a seguir pasando en tu profesión solo es cuestión de que te acostumbres. - intentó acercarse de nuevo.

Ella lo rechazó. Levantó su rostro lleno de lágrimas y lo traspasó con su mirada.

_ ¡Jamás voy a entender a la gente como tú! - dio un paso atrás alejándose de él. _para ustedes la vida no vale nada, no se tientan el corazón para jalar del gatillo solo porque pueden hacerlo, se creen dioses y actúan como tales, jamás entenderé cómo son capaces de quitarle la vida a otro ser humano y continuar viviendo con su conciencia tranquila.

_Mariana... - trató de tranquilizarla.

_ ¡NO! - lo detuvo de nuevo, su mirada era de odio. _son unos animales, peor que animales, ellos no matan por placer, lo hacen por necesidad, en cambio ustedes se complacen en ver el sufrimiento de los demás...