Mariana se despertó temprano el sol apenas asomaba en el horizonte.
Con una humeante taza de café salió de la casa para admirar el hermoso paisaje.
El rocío de la mañana daba de lleno en su rostro. Aspiró profundo y se sintió viva. Era la sensación más maravillosa que podía, experimentar, se sentía feliz, se sentía libre, se sentía amada
_Buenos días Linda. - sintió unas manos firmes rodeando su cintura, luego sintió el calor de su cuerpo al atraerla hacia sí.
_Pensé que habías salido temprano. - dijo ella sin volverse, pero pegándose más a su cuerpo.
_Me fui temprano para poder regresar a desayunar contigo. - dijo susurrando a su oído.
Ella sentía su respiración en su nuca, lo adoraba, nunca jamás podría vivir sin él, pasará lo que pasara jamás volvería a recriminarle su proceder, el pasado había quedado atrás, y entendía que si querían seguir con vida y llevar una vida medianamente tranquila, él tendría que hacer cosas que a ella no le gustaban, pero también se daba cuenta de la gran lucha que él enfrentaba día a día, sistemáticamente estaba rompiendo con todo aquello que lo ataba al pasado, sus amigos, sus negocios sucios, sus antiguos socios... No era fácil y menos cuando la mayoría se sentían traicionados o defraudados, incluso algunos de sus hombres no estaban contentos con su nueva forma de vida, algunos habían sido matones durante toda su vida y ahora se sentían restringidos, otros estaban ahí porque ganaban mucho dinero rápidamente y ahora no podían hacerlo, al menos no en las cantidades y con la rapidez con que estaban acostumbrados, Aureliano se había mantenido firme y eso estaba incomodando a mucha gente.
Ella se volvió hacia el rodeándolo también con sus brazos.
_Todo va a salir bien. - dijo besando sus labios con ternura.
_Eso espero. - dijo con cansancio. Luego la abrazo con más fuerza y respondió a su beso. Por ella haría lo que fuera y aunque no era fácil lo que estaba haciendo no se daría por vencido, tenía que lograrlo, si Santiago lo había hecho él también podía, ¿que era muy peligroso? Si, ¿que era sumamente complicado? Si. ¿Qué podía correr peligro su vida y la de su familia? También, pero si lo lograba la recompensa de ser libres de sentirse bien, de darle a ella lo que anhelaba y lo que merecía, todo valdría la pena.
Por lo pronto tanto ella como su pequeño estaban vigilados las veinticuatro horas del día, sus propiedades y sobre todo su rancho principal, prácticamente estaban blindados, no deseaba correr ningún riesgo, si algo les pasaba, a ellos dos, jamás se lo perdonaría.
*****
Mariana despertó angustiada, estaba teniendo una pesadilla, en donde todo a su alrededor estaba en llamas, el calor era abrazador, el humo que aspiraba le estaba haciendo imposible respirar, su cerebro no atinaba, a reaccionar correctamente, por fortuna solo se trataba de una horrible pesadilla.Con rapidez se incorporó de la cama solo para darse cuenta de que no era una pesadilla, había un incendio real, el humo y el calor se colaban hacia su habitación, asustada se volvió hacia el otro lado de la cama para despertar a Aureliano, pero con angustia se dio cuenta de que no estaba en su lugar.
Sin pensarlo buscó la mejor salida, podía ir por la ventana y salvar su vida porque el fuego aún no llegaba a su habitación, ¿pero Saúl? Tenía que ir por él.
Se dirigió hacia la puerta, sabía que era peligroso, quizás podía encontrar la muerte, pero no podía dejarlo a su suerte, era su hijo, lo amaba como tal. No lo abandonaría.
Abrió la puerta y una nube de humo espeso se desplazó hacia el interior acompañado de una intensa oleada de calor, por fortuna ella se arrastraba por el piso, lo que le permitió resistir mejor, como pudo se dirigió hacia donde suponía estaba la habitación de Saúl porque el humo no le permitía ver nada y por desgracia su sentido de la ubicación no era muy bueno, sobre todo en emergencias como esa, en donde sus sentidos estaban descontrolados.
La puerta estaba entreabierta, nunca la dejaban cerrada y eso le ayudó, entró apresurada y lo ubicó en su pequeña cama, lo movió, pero no obtuvo respuesta, sin tardanza lo tomó en sus brazos y salió corriendo. Por un momento se detuvo, no sabía hacia dónde dirigirse, estaba desorientada y sus pulmones no podían más, sintió que perdería la consciencia, pero se sobrepuso y avanzó unos pasos más, no lograba ver nada y las fuerzas le faltaban, pensó en Aureliano, ¿en dónde se encontraba? ¿Por qué la había dejado sola en su cama? ¿Estaría también en peligro? Las lágrimas rodaron por sus mejillas, no podía más, se ahogaba, la tos no le daba tregua y sus pulmones estaban por colapsar. Lo necesitaba.
_ ¡Aureliano! - fueron sus últimas, palabras.
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UNA OPORTUNIDAD. No.3️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
RomanceAureliano Montero era uno de los principales jefes del crimen organizado, era un hombre atractivo, fuerte, valiente pero con el alma negra. Su vida no había sido facil y no se tentaba el corazón para actuar cuando tenia que hacerlo, gracias a ello a...