Ella lo escuchaba aturdida, era algo inesperado, le pagarían por atender a Aureliano, no dejaría de verlo como había temido, y su trabajo se reduciría considerablemente.
_Solo hay un detalle. - la miró expectante, era algo que quizás no le iba a agradar enterarse. _el departamento al cual Aureliano será trasladado es el que está enfrente del tuyo.
_Pero... Ese ya está ocupado. - dijo recordando que ahí se encontraban los escoltas que habían estado cuidando de Berenice y de Saúl, y aunque ya no estaban todos desde que Adrián se los llevó de ahí, cuando menos ella había visto que aún seguían dos de ellos en el lugar.
_Ese no es problema. -dijo el, había llegado el momento de confesarle que ella no estaba en ese lugar por casualidad, y que nunca había estado sola como pensaba. _Ese edificio es mío.
Ella lo miró con cara de sorpresa. ¿Cómo es que había ido ella a parar ahí? Lo recordaba, había sido después del incidente el día de su graduación, le había confesado a Elizabeth lo sucedido y su decisión de mudarse de su antiguo hogar aun cuando su atacante ya no estaba, en un principio pensó que no volvería, pero cuando lo vio regresar y sacar todas sus cosas, no se sintió segura, aunque no viviera cerca de ella siempre sabría donde localizarla. Ahora entendía que Elizabeth le había pedido ayuda, a, su esposo para conseguirle un lugar seguro, debería estar molesta, pero ¿cómo podía enojarse porque la estuvieran protegiendo?
_Ya veo. - fue lo único que dijo en tono serio.
_Espero que no te molestes. - la miró conciliador. _tu amiga me hubiera matado si algo te sucediera. Ella te quiere, eres su mejor amiga y estaba muy preocupada... Y yo no podía verla así. - sonrió con tristeza recordando el por qué ellas eran mejores amigas y porque estaban tan unidas.
_ Creo que sería absurdo enojarme. - dijo ella. _no cambiaría las cosas ¿o sí?
_Por supuesto que no. - la miró con detenimiento, ella no dejaba de asombrarlo, era una mujer hermosa que se veía frágil y delicada pero la realidad era que tenía carácter, era inteligente y muy centrada. De no estar tan enamorado de su esposa que era exactamente lo contrario a Mariana en cuanto a carácter, quizás ella hubiera sido la elegida de su corazón, pero no era así y ella no le atraía más que como la amiga de su esposa y le agradecía el haber estado en la vida de ella cuando más la necesitó y el haberle abierto a él los ojos y el haberle gritado lo idiota que había sido y lo equivocado que había estado con respecto a Elizabeth. A ella le debía el haber recuperado al amor de su vida y eso no lo podría olvidar jamás.
*****
Los siguientes días fueron una locura, preparando todo lo necesario para trasladar a, Aureliano a su nuevo hogar, curiosamente el no protesto, ni se resistió al cambio, al contrario se mostró participativo y de buen ánimo, sobre todo cuando supo que Mariana seguiría atendiéndolo.Ella había llegado a un acuerdo, seguiría trabajando medio turno por la mañana en el hospital y estaría pendiente de él por las tardes, en caso de una emergencia durante la noche la enfermera en turno acudiría a ella ya que solo se encontraba a unos pasos del departamento de él. Durante la mañana se había contratado a Jenny otra doctora de confianza que colaboraba en el hospital, era buena en su trabajo, eficiente, responsable y discreta, solo había un problema con ella que nadie sabía, ni siquiera Mariana, Jenny siempre había estado celosa de ella tanto en lo profesional, como en lo sentimental, Mariana siempre había estado un paso adelante de ella, en todos los hámbitos, incluso había entrado a ese hospital por recomendación de ella, y aunque tenía mucho que agradecerle, deseaba cuando menos alguna vez poder superarla en algo.
Se había acordado con Jenny que se trasladaría a uno de los departamentos del edificio para facilitarle las cosas, no era en el mismo piso en donde se encontraba Aureliano, pero igual era un sueño para ella cambiar del pequeño departamento que compartía con otra compañera a este espacioso y elegante lugar que era el sueño de cualquiera, además cuidaría de aquel hombre que la había cautivado desde el momento en que lo conoció muy al principio de su llegada al hospital, cuando lo atendió antes de que se le asignará un equipo especial exclusivo para él, y como siempre ella había quedado fuera mientras que Mariana se hacía cargo de su cuidado.
*****
El traslado se llevó a cabo con discreción, y para mayor seguridad ese piso solo era ocupado por Mariana y Aureliano, así como los escoltas que cuidaban de él de día y de noche._ ¿Cómo te sientes. - preguntó Mariana una vez que estuvo instalado en su cama de hospital.
_La verdad muy cansado. - respondió. Y era verdad, apenas si tenía fuerzas, le costaba respirar y su cuerpo estaba adolorido, sin embargo era un gran cambio haber salido del hospital y estar en un departamento en donde tenía más privacidad y quizás más libertad.
_Duérmete. - dijo ella. _yo me retiro para que descanses y mañana antes de irme a trabajar vendré para revisarte y dejar indicaciones.
_Espera. - la detuvo tomando su mano. Ambos sintieron como si una descarga eléctrica atravesará sus cuerpos. _quédate. - suplicó con la mirada.
_Necesitas descansar y yo también. - lo miró consternada, deseaba hacerlo pero ella tenía su hogar y no tenía caso quedarse, todo estaba bien y la enfermera en turno ya estaba ahí.
_Con tanto movimiento no me siento muy bien. - insistió. _estaría mejor si te quedaras.
Ella dudo.
_Puedes ocupar cualquiera de las recamaras desocupadas, o puedo ordenar que coloquen una de las camas aquí. - señaló un espacio vacío.
_No... No es necesario que lo hagas. - se apresuró a decir. _está bien solo por hoy lo haré, pero debo ir a mi departamento a ponerme algo cómodo.
El asintió, no mentía al decir que se sentía mal, pero sabía que podía prescindir de ella, sin embargo no deseaba separar de ella y aprovecharía toda oportunidad de tenerla cerca, si por el fuera ella dormirá en su cama junto a él, aunque no la tocara, pero eso era imposible, se conformaba de tenerla cuando menos bajo el mismo techo.
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UNA OPORTUNIDAD. No.3️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
RomansaAureliano Montero era uno de los principales jefes del crimen organizado, era un hombre atractivo, fuerte, valiente pero con el alma negra. Su vida no había sido facil y no se tentaba el corazón para actuar cuando tenia que hacerlo, gracias a ello a...