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Seokjin dejó de dibujar cuando sus lágrimas empezaron a mojar su cuaderno. Ni siquiera sabía desde cuando empezó a sentirse mal mientras hacia uno de sus pasatiempos favoritos. Rápidamente limpió la humedad con cuidado de no estropear la hoja, le había costado varios días hacer ese dibujo, y aunque ni siquiera iba a dárselo a la propia persona, quería conservarlo muy bien.

Dejó su cuaderno de lado y miró hacia el techo, ahí, en la tranquilidad de su habitación, se puso a pensar un poco acerca de lo que estaba haciendo con su vida. Querer a alguien no estaba mal, pero si aferrarse a un amor que solo le daña, no entendía por qué su corazón le decía que estaba bien y su mente no.

Tal vez enamorarse no era bueno para él, quizás ninguna chica le haga caso con la apariencia que tenía, como dijo JiSoo.

JiSoo.

Tomó nuevamente el cuaderno y delineó los trazos que había echo, si, era un bonito dibujo del rostro de ella, solo faltaba pintarlo. Sonrió entre lágrimas y se volvió a colocar las gafas.

Su celular comenzó a sonar, Seokjin lo tomó sonriendo al saber de quien se trataba.

- Papá, hola, gusto en saber de ti.

¡Seokjin! Mi bebé mayor, ¿Cómo te encuentras? ¿Todo bien por la escuela?

- Si, todo bien, me acostumbré rápidamente ¿sabes?

Eso me da gusto de escuchar, espero que te esté yendo tan brillante como siempre, ¿Y cómo está Yoongi? No me digas por qué no lo llamo, lo estoy haciendo, pero no me contesta el teléfono.

- Ah, seguramente debe estar por allí, tal vez entrenando. Es el capitán del equipo de basquetbol.

Woah, mi pequeño copito de nieve.

- ¡Papá! ¿Cuándo dejarás de llamarnos con esos apodos de niños? Pronto seremos mayores de edad.

Para un padre, sus hijos siempre serán sus bebés. Pero bueno, no te quito más tiempo, me alegra saber que están bien por allá. Salúdame a Yoongi de mi parte ¿de acuerdo? Adiós, Seokjin.

- Adiós papá. Te quiero.

Y yo a ti.

Seokjin colgó la llamada y se apresuró en guardar sus cosas. Tampoco quería quedarse allí toda la tarde deprimido.

Caminó por el pasillo camino hacia la sala de recreación, quería ver alguna película para distraerse, pero la silueta inconfundible de alguien lo hizo esconderse detrás de una columna.

- Estoy harta, JungKook, harta de que me ignores las llamadas, actúas como si nos conociéramos.

- Nunca te pedí conocernos. Tú sola te abriste de piernas para mí.

- Cómo puedes... Cómo puedes...

El rostro de JiSoo ardía en furia, tenía muchas ganas de darle una golpiza, pero tampoco se rebajaría a tanto. Menos por un hombre.

- Entonces, lo que pasó la otra noche ¿no significó nada?

- Fue un acostón, y bien lo sabes. Me cansé de ti, fue excitante, pero nada más. Ahora que lo pienso, debí estar lo suficientemente ebrio como para haberte prometido cosas.

- Pero lo hiciste, prometiste que seriamos novios.

- ¿Y ser los más populares del internado? ¿Qué los alumnos nos tengan respeto o que nos echen flores mientras caminamos? ¿Qué yo dejara de salir con chicas por ti? - la miró de pies a cabeza - Ay, por favor. Supéralo.

Seúl Master School [Yoonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora