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Cap 36

-¿Recuerdas cómo nos conocimos, Yoongi?

-Lo recuerdo perfectamente, Seokjin hyung.

Flash Back

Había sido una mañana común en la vida del pequeño Min Yoongi, de siete años. Llegó tarde a su escuela primaria porque tuvo que prepararse un desayuno con lo poco que había en su nevera, además de caminar largas cuadras para llegar a su escuela porque no contaba con el pasaje para un autobús.

Como si no le importara lo suficiente, se dedicó a jugar con una piedrecita en el camino de regreso, iría a su parque favorito, el que tenía una fuente de agua que lo entretenía mucho. Mientras estaba sentado en la orilla de la fuente, observó como otros niños jugaban con sus juguetes favoritos, nuevos, no como los desgastados que tenía en casa y que solo conservaba porque su madre se los regaló. También veía a las familias de éstos niños darles cariñosos abrazos, suspirando tristemente porque él también desearía poder tener una.

Apretó sus puñitos, enojado con que su padre haya matado a su madre y lo haya obligado a vivir ese "mundo feo" como él lo llamaba. No. Él no quería ser un asesino como su padre, él quería irse lejos y nunca volver a verlo, pero lamentablemente no tenía un lugar a donde ir.

Caminó de regreso a casa, pero un sonido lastimero lo hizo detenerse. Buscó con la mirada más allá y encontró un niño llorando bajo una palmera, frunció el ceño, ¿era un niño de la iglesia? Iba con un trajecito blanco y tenía pinta de ser un niño rico.

Lo llamó a lo que el niño levantó la mirada con sus ojos llorosos, así pues, Yoongi le preguntó que hacia allí llorando a lo que el niño le dijo que se había perdido. Juntos entablaron una pequeña charla donde el niño, de nombre Seokjin, era un año mayor que él y además muy inteligente.

Yoongi sabia por los periódicos que era hijo de alguien muy rico, y lo primero que pensó fue en pedir una recompensa si avisaba a las autoridades, pero luego desistió porque el dinero no se lo darían a él, sino a su padre, y Yoongi le odiaba lo suficiente como para regalarle dinero que se lo gastaría en "mujeres nocturnas" y alcohol.

Propuso a Seokjin pasar la noche en su casa, a lo que el pequeño aceptó, y, como Yoongi tampoco tenía dinero para comer, empeñaron el brazalete de oro de Seokjin, para comer unas deliciosas hamburguesas - Yoongi más que nadie - Y a Seokjin le parecía muy graciosos los "chistes" que Yoongi le contaba, y Yoongi pensaba que Seokjin era idiota por no entender su doble sentido.

Yoongi compartió su humilde cama por primera vez con alguien a los siete años, cuando, simularon una piyamada como Seokjin le explicó que era, se rieron, y aunque no tenían televisión que ver, recrearon un teatro juntos. Seokjin se sintió muy cómodo con el niño ahora no tan desconocido y agradecía a Dios por haberlo puesto en su camino, sino, probablemente hombres malos le estuvieran haciendo daño.

A la mañana siguiente, ambos niños se despertaron por unos destrozos en la planta del primer piso, Yoongi le ordenó que guardara silencio y que por nada del mundo bajara, Seokjin así lo hizo, pero los constantes ruidos seguían, y, preocupado de que a Yoongi le pasara algo malo, bajó, y sus ojos se llenaron de lágrimas al ver como un hombre, al que Yoongi no dudaba en esquivar sus golpes, buscaba la manera de desfogar su furia. La piel blanquecina de Yoongi se manchó de rojo, subió cojeando a su habitación y encontró a Seokjin temblando. Yoongi, con una media sonrisa le dijo que ya estaba acostumbrado, que su padre era un hombre malo y que esperaba cumplir la mayoría de edad para irse de allí.

A Yoongi no le importó perder otro día de escuela por pasear con Seokjin. Era como si hubiese encontrado un rayo de sol en medio de ese mundo gris en el que vivía, Seokjin lo tomaba fuertemente de su manito y le indicaba que debía llamarlo "hyung", a lo que Yoongi asentía indiferente solo por ver a Seokjin sonreír.

Seúl Master School [Yoonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora