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Seokjin había acudido al mismo lugar por cinco días seguidos con la esperanza de poder encontrar a Ji... Yangmi en el camino, pero parecía que la muchacha había renunciado a su trabajo o estaría enferma quizás. ¿La había asustado demasiado la última vez como para ya no querer cruzárselo de nuevo?

Ahora se encontraba de vuelta al hotel, luego de su concierto en Japón. Estuvo recibiendo mensajes de NamJoon indicándole que habían sido invitados a la boda de Lisa, pero en este momento Seokjin no tenía cabeza para eso.

Suspiró profundamente. No iba a darse por vencido. Si el dinero podía servir para cosas sucias, él iba a tomar ese riesgo, aunque contactar un detective privado para encontrar información sobre Kim Yangmi no era algo sucio del todo. Recibió otro mensaje y era justamente del detective que había contratado.

"Encontré información relacionada con la dirección de Kim Yangmi. Fui a confirmar si eran ciertas y efectivamente, aquí es donde vive."

Luego adjuntaba la dirección y una foto de la fachada. Seokjin sintió su corazón acelerarse, tenía en sus manos información valiosa. Pero no debía desesperarse, primero llegaría a su casa se daría un buen baño y saldría en su búsqueda, aunque eso le trajera problemas con su manager.

Salió de casa cerca de las ocho de la noche, vestido de negro con gorra y capucha más el cubrebocas del mismo color. La dirección que le había enviado el detective era una zona algo alejada de la ciudad, no podía llegar en auto último modelo porque llamaría la atención, así que se arriesgó a caminar.

Mordió su labio inferior al ver la fachada del edificio, a simple vista parecía ser uno de los arrendamientos más baratos que había del lugar, pero quien era él para juzgar. Ahora no podía evitar compararlo con la vida opulenta a la que estaba acostumbrada JiSoo.

Subió las escaleras hasta el piso cinco. Estuvo por tocar la puerta, pero se sorprendió al encontrarla entre abierta, de ella podían escucharse algunas voces, por un momento pensó que su detective se había equivocado, pero cuando de ella salió una mujer furiosa dando un portazo, escuchó unos sollozos dentro.

Seokjin se sentía mal por entrar en una casa ajena, pero algo le decía que tenía que comprobar por sí mismo que allí no vivía Yangmi. Grande fue su sorpresa al encontrarla de rodillas sollozando, su cabello castaño caía sobre su rostro y llevaba de vuelta la mascarilla negra.

—¿Yangmi?

Ella dejó de sollozar y se quedó rígida en su lugar, sin levantar la vista, se puso de pie y corrió hacia el interior de una habitación, encerrándose sin más. Seokjin actuó rápido y puso un pie para evitar que cierre del todo. Este era el fin. No iba a darse por vencido así la chica lo evitase a toda costa.

—Qué hace aquí. ¡Váyase!

—No pretendo asustarte. Por favor, siéntate, y hablemos.

—No tengo nada que hablar con usted, ni siquiera sé quién es.

—Mírame bien, entonces – Seokjin caminó unos pasos hasta ella y le quitó la almohada de sus brazos —Mírame bien y dime si el nombre de Kim Seokjin no te recuerda a nadie, porque el de Kim JiSoo es tan claro para mí.

La chica volvió a conseguir que lagrimas nublaran su vista y agachó la cabeza.

Seokjin estaba al borde del colapso, quería tomarla de los brazos y forzarla a que diga que la verdad, pero no quería comportarse violento. Tuvieron que pasar varios minutos para que ella se tranquilizara y él pudiera aclarar sus pensamientos. Si ella decía que no, la dejaría tranquila. Aunque en el fondo era una gran mentira.

Seúl Master School [Yoonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora