Capítulo 08

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Anda, entra

Pero...

—Me verás ahí, nos volveremos a ver mañana, ahora debes descansar.

Yoongi...

Te lo prometo.

Yoongi apretó su mano y lo miró con mucha certeza. Hoseok tenía miedo de soltarse de su agarre, pero al final lo hizo.

—¿Lo prometes? —volvió a preguntar antes de cerrar la puerta.

Lo prometo —respondió Yoongi con un tono muy seguro y le sonrió.

—¡Está bien! —el rostro del menor se iluminó con tanta emoción como su sonrisa, una enorme sonrisa que golpeó brutalmente el corazón del rubio.

Hoseok cerró la puerta dejando al mayor con sus pensamientos.

Su corazón latió con una fuerza sobrehumana. La sonrisa de Hoseok era tan jodidamente hermosa que hizo que Yoongi se llevara una mano al pecho para impedir que el corazón se le saliera. Latía tan fuerte que dolía.

Dios... —exhaló Yoongi y apretó su camisón.

Debía irse de ahí e ir a su casa porque si se quedaba él era capaz de entrar a la casa del pelinegro y quedarse con él.

Pero no. Él no debía hacer eso, no sin el consentimiento del menor. Si él lo dejaba entrar lo haría, pero de resto jamás lo intentaría. Respetaría su espacio. Además, ni siquiera estaba seguro de si Hoseok disfrutaría de su compañía.

Dio la vuelta y se fue caminando dejando la casa detrás de él. La casa del rubio quedaba en las fueras de la ciudad, le tocaba vivir así para no atacar a nadie, demasiada gente a su alrededor alteraba sus sentidos en sobremanera, él era muy sensible en percibir los olores.

Y más con el demonio que habitaba en él.

En el camino pasó por el lado de una chica que vestía muy vulgarmente, era una de esas chicas que buscaban dinero por una noche.

—Hey lindo, ¿andas perdido? —la chica jugaba un mechón de pelo mientras se le acercaba a Yoongi moviendo sus caderas. —¿Quieres que te guíe a tu casa?

Yoongi ignoró por completo a la obscena muchacha. ¿Qué motivaba a esa mujer a desvalorarse de esa manera? Él no sabía que era peor; si la chica por venderse o los hombres que la ''compraban''.

Ya se estaba alejando del lugar hasta que se detuvo al darse cuenta de algo. Miró hacia atrás y visualizó a la prostituta desde la distancia. Sólo podía oler su sangre y nada más. ¿Nada más? En ese instante Yoongi se aterró de sí mismo. Su hambre había desaparecido, no sentía deseos hacia esa sangre humana.

Generalmente él no podía aguantar mucho cerca de algún humano, a través del tiempo logró controlarlo y disimularlo mejor, pero aún le seguía costando. Esta vez, su bestia estaba calmada, saciada, era la primera vez que no sentía absolutamente nada. Todo su ser era un mar de calma, sólo pequeñas ondas de algunos animales pequeños que tocaban el agua era el único movimiento que había.

Se sintió tan pleno, justo ahora quería regresar con el pelinegro, pero no, Yoongi debía controlar mejor sus impulsos. Lo extrañaba, en tan poco tiempo ya quería volver a verlo.

—¿Qué me pasa? —se preguntó a si mismo con una torpe sonrisa en el rostro.

Si, Hoseok era la razón de lo que le pasaba.

Retomó su camino para regresar a casa, tomaba unos 30 minutos para llegar, su hogar se hallaba escondido tras un pequeño bosque en las afueras de la ciudad.

Noche sangrienta【Taekook - Sope】¹ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora