TK 02

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El canto de los pájaros sonaban a lo lejos, una melodía pequeña y acogedora, tranquilizadora. El viento ahuyentó la cortina que cubría la ventana de la habitación, dándole pasó a los suaves rayos del sol de la mañana.

Jungkook se despertó cálido y adolorido en la cómoda cama. No quiso levantarse a la primera, no tenía ganas de levantarse. Sin embargo, un vago pensamiento pasó por su mente, llevándolo a la conversación que tuvo con Taehyung. Pensar que su novio estaba por fuera, en posible peligro, lo llevó a abrir los ojos y luchar contra el sueño. Igual, fueron esfuerzos por despertarse fueron innecesarios, pues la puerta de la habitación se abrió lentamente y el castaño vio entrar a Soyeon.

-Oh, despertaste -el castaño se sentó en la cama mientras Soyeon se acercaba con una bandeja de comida. -Debes estar hambriento, así que te trajé algo de comida.

-Vaya, gracias.

Agradecido y con una leve inclinación de agradecimiento, pues por las heridas no podía mucho, tomó la bandeja y junto con Soyeon la acomodó en sus muslos. La bandeja traía una crema tierna de color pastel con delicadas hojitas puestas cuidadosamente en el centro, un plato de ensalada y un pedazo de pollo bañado en salsa blanco con champiñones.

-¿Cómo te sientes? -preguntó Soyeon, mientras tomaba una silla que estaba lado de la ventana y se sentó cerca del menor.

-Me duele todo el cuerpo...

-Lo supuse -sonrió, burlándose un poco del castaño. -Te puse un ungüento en las heridas, aliviaba un poco el dolor por un tiempo, ahora ya debe haberse acabado el efecto.

-¿Es como la morfina?

-Exacto.

Jungkook asintió, anotando mentalmente la información nueva. Esta aldea tenía tantas cosas completamente nuevas y útiles, medicinas y tratamientos que habían sorprendido al maknae.

-Saben mucho de medicinas, ¿no? -cotilleo Jungkook.

-Vivimos muy lejos de la ciudad y tampoco ha sido nuestra "mejor opción", se supone que no existimos en el mapa, así que es muy difícil depender de eso. Tenemos que sobrevivir por nuestra cuenta, así que estamos formados en medicina natural, agricultura, entre otras novedades -Soyeon sonrió con mejillas pintorescas, orgullosa de hablar de su gente.

-Es increíble -elogió Jungkook con sinceridad, llevándose una cucharada la boca. El olor de la sopa era muy agradable y el sabor no era de esperarse menos. Estaba delicioso.

-Teniendo en cuenta que viven junto con .. ah..

-¿Vampiros? -Soyeon terminó la frase por él, sonriendo con total naturalidad, para darle confianza al castaño. -Si, aquí nunca te vas a aburrir.

Jungkook estaba realmente asombrado con todo lo que abarcaba la aldea. Un deseo se implantó en su corazón; admiraba a estas personas y su manera de vivir, quería aprender de ellos. Ayudaría a otros humanos con esos nuevos conocimientos y de paso, quizás aprender un poco más sobre los vampiros y aprender cómo ayudarlos.

-Come con tranquilidad -le dijo Soyeon. -Debes dejar que tus heridas reposen y el dolor se irá. Te recomiendo dormir un poco más. Cuando termines de comer, puedes dejar la bandeja en la mesa de ahí -señaló la mesita de noche justo al lado del menor. -Yo vendré luego por ella, no te preocupes por las molestias -aclaró, cuando vio a Jungkook con intenciones de levantarse llevar las cosas a la cocina.

-Gracias -asintió el castaño más relajado. la comida cálida le sentaba bien a su delicado estómago, después de días sin comer muy bien, esa sopa le caía como anillo al dedo.

Noche sangrienta【Taekook - Sope】¹ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora