Capítulo 40

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El rubio sintió sus ojos picar ante el sol de la mañana, quiso esconderse de esa luz fastidiosa, pero el simple acto hizo que todo su cuerpo protestara del dolor.

Cuando al fin abrió lo ojos, desconoció por completo el lugar en el que estaba. Percibió una mano cálida que cubría su brazo y encontró al azabache durmiendo encima de su brazo, con medio cuerpo por fuera de la cama.

Hoseok lo sintió moverse y su cuerpo respondió al instante, había estado casi toda la noche despierto esperando cualquier señal del rubio.

—¿Hobi? —Yoongi le tocó el cabello y el rostro, necesitando tocarlo, confirmar que estaba ahí.

—Hola... —Hoseok respondió con una suave sonrisa, medio dormido, y se dejó acariciar. —¿Cómo te sientes?

Yoongi finalmente, reconoció que estaban en la cabaña e ignorando la pregunta del menor, preguntó. —¿Cómo llegamos hasta aquí..?

—Ah —, exclamó. —Hyuna noona nos encontró.

—¿Hyuna?

—Si... Al parecer se dió cuenta de nuestra ausencia y vino a buscarnos. Ella nos encontró.

Yoongi notó el alivio en la voz del otro y vaya que si lo era. Literalmente estaban perdidos en ese bosque.

El mayor trató de levantarse aunque el cuerpo le dolía muchísimo y no entendía porqué. Hoseok le ayudó a sentarse en el respaldo de la cama, revisando cualquier signo de dolor en el rostro del más pálido, pero era difícil para él, ya que no presentaba los síntomas de un humano normal. Sólo podía saber que a Yoongi le costaba mucho moverse.

—¿Cómo te sientes?

—Mareado —gruñó, arrugando la frente.

—¿Quieres un poco de agua? —Hoseok no esperó respuesta del mayor y se inclinó para levantarse, pero inesperadamente Yoongi le tomó de ambos brazos y lo jaló, cayendo junto a él en la cama, sobre sus piernas.

—¿A dónde vas? —le preguntó con voz gruesa. El azabache lo miró desde abajo, entre sorprendido y asustado.

Desde esa distancia y con la penetrante mirada del vampiro, Hoseok notó que lo ojos de Yoongi, sus ojos normales, ya no eran grises azulados, ese color había desaparecido y en cambio, un color opaco lo reemplazaba, un bello océano negro.

—Tú no irás a ningún lado —hablaba lentamente y con una voz muy baja. El humano sintió el ligero apretón en sus brazos y un escalofrío lo recorrió. —Tú.. no irás..

—¿Yoongi? —el mencionado parecía perdido, pero tenía la vista fija en él. —Tranquilo, sólo.. iré por un poco de agua...

—No —gruñó, apretándolo más.

—¡Vale! M-Me quedó aquí.. tranquilo..

—Aquí..

—Si.. aquí..

Yoongi bajó la cabeza, un poco más calmado, pero no sé atrevió a soltar los brazos del azabache. Luego de un pequeño silencio, el mayor lo atrajó más, haciendo que sus rostro estuvieran muy cerca y antes que el contrario reaccionara, Yoongi juntó sus bocas.

Hoseok gimió en medio del beso, tenso y tenso como estaba por la mala postura, se removió, pero Yoongi no cedía con la fuerza de su agarre. No le tomó nada alzar a Hoseok y ponerlo sobre la cama, y él encima de este.

—¡A-Ah! !Yoongi! —exclamó aturdido Hoseok. Entre sorprendido y preocupado, hasta hace poco Yoongi apenas podía moverse y ahora parecía como si no le doliera nada.

Noche sangrienta【Taekook - Sope】¹ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora