capítulo 10

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Snape se quedó perplejo, no sabía cómo reaccionar. Su alumno le confesó que él también lo quería, pero el lado racional de Severus le decía que estaba mal.
Dejando a un lado esos pensamientos, contestó murmurando de manera sencilla

Potter, créame que es algo nuevo para mi tanto como para usted. Pero si ambos sentimos lo mismo, será mejor mantener las apariencias delante de los demás.

Una sonrisa muy tierna e inocente salió de el chico mientras miraba a los ojos a Severus, por un impulso lo abrazó. Fue un abrazo que el hombre no dudó en corresponder.

Sus manos fueron directo a las mejillas del chico. Notaba que estaba feliz pero muy en el fondo sabía que era algo que tarde o temprano todos lo sabrían y traería problemas de alguna forma. Pero en ese momento solo le interesaba estar con ese chico de hermosas esmeraldas que brillaban al verlo.

Harry rompió el abrazo

Señor, creo que es mejor que vayamos dormir un poco. Mañana debemos irnos temprano y ya son alrededor de las 3 de la mañana. - señaló un reloj que tenía en su escritorio.

Tienes razón- le revolvió el cabello- anda tu habitación a dormir. Nos iremos a primera hora.

Snape le dio un beso en la frente y otro muy leve en los labios. El chico solo se sonrojó y salió de hacia su habitación.

En la mente de Harry pasaban mil y un cosas, sabría al fin como sería estar con alguien, aunque de todo lo pasado, pensó que su profesor lo tomaría por acosador y se alejaría de él. Pensaba que aún era muy joven para saber exactamente qué era el amor pero poco a poco lo iría descubriendo.

Por otro lado, Snape pensaba en lo que haría de ahora en adelante. Sabía que Harry le correspondía pero debía ir lento, a final de cuentas es solo un niño aún, esos pensamientos hicieron que se quedara dormido.

Por la mañana ambos se levantaron muy temprano, Snape fue al cuarto de Potter y este ya se había vestido para el colegio. Se quedó en la puerta.

Buenos días- dijo el chico en tono alegre

Buenos días, estás listo para - Harry lo interrumpió con un abrazo - vamos Potter, debemos darnos prisa. - acarició el cabello de el chico y llegó a su mejilla.

El chico asintió, lo tomó del antebrazo derecho y bajaron a desayunar.

Todo transcurrió normal hasta que Snape le dijo que irían por la red flu a la escuela.

¿Red que?

Red flu, Potter. Es sencillo, solo tomas los polvos, dices a dónde vas exactamente, los sueltas en el suelo y llegas a donde quieras. Te enseñaré.

El profesor entró en la chimenea y dijo fuerte.

Castillo Hogwarts, habitación de Severus Snape.

Desapareció entre llamas verdes. Seguido de el, lo hizo el chico, pero al llegar a la habitación cayó haciendo que Snape se riera. Nunca lo había visto así en desde que entraron a la escuela o desde que estaba con él en su casa.

Debes tener más cuidado Potter. -Lo ayudó a levantarse y sacudirse un poco.

Usted.. usted, sonrió...- dijo Harry un poco divertido.

Puedo hacerlo si algo me parece gracioso, pero no quiere decir que lo haga a cada momento. - concluyó.

Disculpe, no es muy común verlo así. Por eso me sorprendí.

Harry se sentó en la cama de Severus y él se dirigió a su pequeña biblioteca, fue con un libro que parecía que los años no habían pasado. A pesar de ser viejo se conservaba en buen estado.

Como sé que te gusta leer, - Se acercó el chico y se puso de rodillas delante de él.- quiero que tengas este libro. Es de pociones pero con mis propias anotaciones. Espero que te guste. - le acarició el cabello.

El chico miro ese libro como si fuera la octava maravilla, nunca nadie le había regalado algo así.

Muchas gracias profesor. - lo abrazó por el cuello mientras dejaba el libro en la cama. Olía ese aroma tan específico de Snape, era algo que le producía una calma total en todos los aspectos.

Snape sintió el olor de el chico, algo sencillamente puro y fresco. Era algo que amaba de él.

Harry lo soltó y miró a los ojos de su profesor. Esos ojos negros, tan negros como la noche fueron los que hicieron que pusiera toda su atención en él.
Se acercaron de manera que podían sentir sus respiraciones entrecortadas, Harry cerró sus ojos y Snape solo veía esa cara tierna e inocente de el chico.

No pensó mucho, esta vez se acercó y chocó sus labios contra los de el chico. Un beso tierno sin llegar a nada más. Dirigió su mano a la mejilla de Harry y este solo siguió besándolo.

¡Vaya, vaya! Pero si ya llegaron - Se escucho que alguien abrió la puerta y ambos se separaron solo un poco.

Querido Profesor (Snarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora