🌒 Capitulo 30 🌒

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Harry se dirigió al patio donde se vería con aquel hombre que ya lo esperaba y sin perder más tiempo se dirigió a la mesa y se sentó.

Buenos días, me podría decir, ¿quién es usted y como sabe de mi?

El hombre le ofreció un té al chico

Sé perfectamente que tienes muchas dudas sobre quién soy y cómo sé de ti. Pero tranquilo que empezaremos por lo más sencillo. ¿Quieres desayunar?

Si no le importa si, tengo un poco de hambre.

Perfecto, entonces - de un movimiento de varita apareció en la mesa pan tostado con mermelada, jugo de calabaza y un poco de café. - empecemos a comer y platicaremos

Todo iba al parecer bien, Snape se hizo presente y desde lo lejos miraba que en una mesa se encontraban su pequeño Harry y aquel que de cierta manera era su padre.

Vamos Severus- le tocó el hombro Lucius mientras se acercaba con un café- ambos sabemos que no pasará nada. Nuestro señor no creo que haga algo que lo dañe o lo perjudique a largo plazo.

No me preocupa del todo, solo que lo de sus padres me mortifica un poco. Lily siempre fue mi mejor amiga hasta que decidió hacer todo lo que dijo ese estúpido de James Potter. Siempre con su ambición y su tonta manía por ser el centro de atención.

Severus tienes que calmarte, vamos adentro a que desayunes vale. Déjalos que hablen lo que tengan que hablar. De todas maneras no creo que diga todo o algo que lo dañe, recuerda quién es él.

Tal vez tengas razón, de igual manera voy a proteger a mi pequeño de cualquier persona.

Exacto, él estará bien y más si está contigo. Cálmate y deja que las cosas sigan su rumbo.

Ambos se dirigieron al comedor donde ya estaba servido todo tipo de platillo, los chicos estaban sentados y listos para comer. Excepto Ron, que ese chico ya tenía tu plato servido y solo estaba esperando a que llegaran los demás para comer.

¿Y Harry? ¿El no va a desayunar? -preguntó Ron

No se preocupen, el ya desayunó. Ahora comamos que todo huele delicioso y sería una grosería que se quedara así.- añadió Lucius mientras todos comenzaban a servirse y a comer.
La hora del desayuno pasó un poco lento, después de todo ese gran banquete, Draco decidió llevar a todos a la habitación donde jugaba de pequeño, ya había pasado un tiempo pero no era algo que lo avergonzara si no al contrario, era mostrarles algo que jamas a nadie le había dicho.

Mientras tanto en el patio de afuera. Harry terminaba su comida y el hombre sin perder tiempo dijo

Bien, ahora puedes preguntarme lo que sea que yo te contestaré con toda la verdad.

Perfecto, ¿quién es usted? Y ¿cómo sabe de mi?

Voldemort sonrió, era una de las preguntas más obvias que podría hacer el chico.

Soy Voldemort. ¿No me recuerdas?

¿Eres tú? -Harry dio un salto de la silla y quedó perplejo. Quien se iba a imaginar que ese hombre lo había atacado antes- ¿porqué me atacaste en el pasado? Querías la piedra filosofal, ¿pero para que? Vamos habla

De primera cálmate, -el chico jaló la silla y se sentó poco a poco- sé que te ataqué pero créeme que no lo hice con el fin de matarte. Quería la piedra por que era mi única forma de regresar a mi estado normal. La piedra filosofal me ayudaría, vida eterna y todo lo demás que ya sabes de esa piedra.

Está bien... supongamos que te creo. Ahora dime, ¿de donde sabes quién soy?

Voldemort dio un trago a su café y se recostó en la silla.

Hace ya un tiempo, cuando tenías tan solo 1 año de nacido, ocurrió una guerra.
Cuando eso pasó, personas que ni te imaginas se querían matar unas con otras pero todo bajo la influencia de ciertas maldiciones y ciertas personas que en ese momento.
Yo por mi parte traté de mantenerme al margen, no era momento de que mis seguidores y yo nos apusiéramos. Por otro lado, un mago muy poderoso se hizo pasar por mi. Sin siquiera pensarlo me atacó y poco a poco me venció para tomar mi forma y así hacerme ver como el malo en todo ese movimiento.
Tus padres estaban influenciados bajo la mentalidad que solo debían existir magos puros, tu padre y aquel mago poderoso hicieron una excepción con tu madre. Ella era como tú amiga Hermione, hija de padres muggles. Cegados por todo esto, lastimaron y mataron a demasiada gente inocente que se le atravesara en el camino.

Pero, ¿entonces yo? ¿Que pinta tengo ahí? ¿Porqué no me llevaron? ¿Dónde están?-preguntó el chico mientras unas lágrimas se veían salir de sus ojos.

Ellos... ellos decidieron dejarte. Pensaron que un niño sería un obstáculo para todo lo que planeaban hacer. Después de quedar mal herido, fui a buscar al mago que se hizo pasar por mi. Pero cuando llegue a donde se escondía no había nadie. Solo estabas tú en tu cuna llorando, cuando te cargué para ver si estabas bien un hechizo lanzado por ese mago me pegó en la espalda y traté de protegerte absorbiendo todo el impacto. Una parte de mí se quedó en ti, ciertos dones que tú tienes son heredados por mi.

Tu, ¿tu puedes hablar parsel?

Por supuesto, lo aprendí desde muy pequeño

¿Eso quiere decir que algo nos conecta de cierta manera?

Soy como tu padre en la magia. Solo que no soy uno como tal.

Después de todo eso, ¿quién me salvó?

Pues es obvio que yo - Severus se acercó y alborotando su cabello le dijo- nuestro señor ya no tenía fuerzas para salvarte. Yo lo seguí de cerca y pude notar todo. Me acerqué mucho después, te saqué de ahí. Fuiste a vivir con tus tíos y lo demás ya lo sabes.

Por esa razón sé todo de ti -Dijo Voldemort-eres mi hijo de magia Harry.

Querido Profesor (Snarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora