Era un Martes 7...

Esa noche

-No lo olvides nunca, por favor...

Me volví a levantar. Entonces fue que me di cuenta que no había nadie en la casa, sólo era yo y...

-Te lo prometo...

Todo retumbaba en mi cabeza ahora, así que opté por tomar somníferos y ver si funcionaban o no conmigo. Volví a dormir.

Estaba sentado en la misma escalera de siempre, y ahora todos me ignoraban; quería decir algo, pero no sabía qué. De la nada, todos me miran y empiezan a decir: ¡Hazlo! ¡Hazlo! ¡Hazlo!

Yo no sabía a qué se referían y corrí, corrí como nunca lo había hecho, hasta que tropecé y caí. Comencé a llorar en mi sueños.

-¿Pero qué he hecho?...

Levantarse fue un infierno en vida. Recordaba poco de ese sueño, pero no le tomé tanta importancia. Me alisté para ir al trabajo y salí de prisa, tomar esos somníferos hizo efecto, mucho efecto. 

-¿En serio?- dijo Anthony.

-Sí, ni siquiera sé por qué recordé cosas del pasado.

-Eso es raro, y mucho.

-Lo sé, también pienso lo mismo.

-Bueno, empecemos, nos espera un largo día.

Empezamos a diseñar y a encontrar cierto tipo de engranaje 2B-11 y miles de ideas que podrían funcionar. No es por nada pero a veces me estresaba estar allí, en el trabajo. No digo que no me guste mi trabajo, me esforcé mucho para llegar donde estoy ahora, pero sentía que algo me faltaba.

-No lo olvides...

Eso no dejaba de sonar en mi mente.

Llegué a casa muy tarde como siempre, hice una sopa instantánea y me fui a la cama a ver televisión. Es enero y el año empezaba así. Comencé a cambiar los canales uno por uno, hasta que llegué a un canal en el cual, estaban transmitiendo una película (muy extraña si me lo preguntan). Era romántica, y el romance no iba tanto conmigo desde...

Comencé a revisar lo que pasaba ahora.