-Me lo imaginé diferente.
-Tu duda, tus problemas, mi solución. Te aguantas.
-Ok...
-Ahora, empieza.
-¡Lleven sus mamadas! ¡Ricas y deli...!
*Le tira un golpe en la cara*
-En primera, esto va en serio; en segunda, ese no es tu estilo de ser cool; y en tercero, deja de referenciar a Ted.
-Okokok. Mierda, me dejaste doliendo la boca.
Subimos, y empezó todo. Encendí el radio.
-Señores pasajeros... venimos aquí a robarles... un minuto de su tiempo... usted comprenderá...
Toda la tarde nos la pasamos yendo de carro en carro pidiendo limosna a cambio de un poco de versos. No ganamos ni la décima parte.
-No funcionó.
-¿Y ahora?
-No lo sé.
-David, se me acaba de ocurrir algo...
-No me digas que,,,
-Oh sí...
-Ni loco, no iremos allí.
-Es la única forma, podríamos ganar más de lo que necesitamos. Sé que será algo peligroso y doloroso, pero nos beneficiará.
-NO.
-Vamos, men.
-...
-...
-Si lo perdemos todo, nunca me dirigirás la palabra.
-Vale.
Caminamos un par de cuadras, ya eran eso de las siete u ocho de la noche, hasta que al fin, lo encontramos.
-Bienvenidos.
-Gracias.
El portero era un gordo alto, con finta de traficante de órganos o algo por el estilo.
-¿Están listos, muchachos?
-Más que eso.
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Era un Martes 7...
RomanceHace mucho tiempo que no recuerdo esto, hasta creo que olvidé el día. Pero había algo en esa historia que me dejaba un poco confuso, algo que me hacía rememorar lo que pasó una y otra vez...