Salidas

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Eran bimestrales, lo cual me permitía quedarme con ella más tiempo, así que íbamos al centro comercial cada que podíamos. En este caso, serían los mejores días que pasé con ella.

Entramos y empezamos a caminar. Ella entró a la sala de juguetes.

-No te pierdas, amor.

-Ja-ja qué gracioso

-Hablaba en serio...

Cada vez que la molestaba, intentaba golpearme. Esquivaba la mayoría de sus golpes.

Entramos a una sección de cocina.

-Aw, qué lindas sartenes... ¡Ay no! ¡Me estoy volviendo vieja!

-¿En serio?

-Sí.

-Bueno...

-¡Nonono, debo seguir siendo pequeña!

-Per...

-¡No!

Habían veces donde era imposible darle la contra.

Seguimos paseando un largo rato y me alegraba ver su cara de emoción al ver cada cosa que se encontraba. Se veía más linda de lo normal. Era perfecta. 

A veces pasaban ciertas cosa...

-Oye, ¿quieres un hel...?

Pero cuando le hablé, había corrido como 50 metros hacia la sala de juegos.

-Ok, supongo que está bien.

Pasaron los día y me entregó otra carta, donde decía si la podía acompañar a ver unos libros que estaban en oferta. Era el último día de bimestrales, así que accedí.

Justo ese día, hubo un pequeño percanse en el aula y no nos dejaron salir hasta tarde. Nos reunieron a todos mientras hablaban sobre la coordinación de algunos proyectos, pero mi cabeza estaba en Sarah.

Cuando salí, gracias a Dios, estaba allí.

Fuimos directo a la librería y vi su cara de emoción. A ella le gustaba leer mucho, esa era una de las cosas que amaba, pues también era fanático de leer.

-Este no... tampoco... menos...

-¿Qué buscas?

-Un libro.

-Sí, eso ya sé, pero ¿qué libro exactamente?

-...

-Ok. Estaré por la sala de allá.

Estuvimos así como 10 minutos, pero al final no halló el libro que quería. Salimos y fuimos a pasear por allí un rato. Sería la última vez que salíamos juntos...

Era un Martes 7...Where stories live. Discover now