-Qué extraño.
-Sí bro. no lo logro entender aún.
Hablaba con Anthony en la escalera en el receso.
Anthony era de esos con los cuales tienes dos opciones: O bien lo entiendes, o bien no son amigos.
-Deberías preguntárselo.
-Sí, se lo diré luego.
Habían pasado ya ocho meses desde que entramos a la escuela de nuevo. Todo había pasado tan rápido.
Desde que lo conozco, siempre lo traté como si fuese mi mejor amigo. Tuve uno antes que él, pero no es momento para recordarlo. Cuando estaba enamorado de Carol pero no se atrevía a decírselo, yo fui quien lo impulsó a que lo hiciera. Siempre le daba consejos para lo que hiciera falta. Él hacía lo mismo. Cuando terminé con Sarah por primera vez, él me apoyó. Siempre estuvimos el uno para el otro. Incluso para las metidas de pata.
-¡Te dije que no nos demoráramos tanto!
-¡Pero si TÚ fuiste quien me dijo que nos quedáramos!
-¡Y ya te he dicho miles de veces que no me hagas caso en TODO!
-¡No grites y corre!
Habíamos tardado demasiado en la despedida a los hogares de nuestras respectivas enamoradas, y eso era un problema muy frecuente.
Todo sería normal para él, en cambio para mí... Mi mamá se enojaba cada vez que llegaba 5 minutos más ttarde de lo acordado y me daba un sermón que duraba entre cinco minutos y seis horas.
-¡Ya vamos quince minutos de retraso!
-Más el tráfico...
-Ya me jodí.
A pesar que me caía una llamada de atención cada vez que lo hacía, me daba cierta alegría el hecho de saber que tendría historias un tanto interesantes a mis nietos en un futuro.
Si así era solo con Anthony, con Steve unidos, nos metíamos en aún más aprietos. Como aquella vez donde una señora nos amenazó con llamar y denunciar al colegio porque nosotros (que íbamos con el uniforme puesto) no le cedíamos el paso como ella quería. Íbamos tranquilamente haciendo tonterías (a nuestro modo) que, al parecer, incomodaron a la señora. Se le veía la cara de pocos amigos a kilómetros de distancia. Y, a pesar de no molestar ni faltar el respeto a los demás, la señora no paraba de gritar.
-¡Los tengo grabados, insolentes!
-Sonrían, chicos.-dije.
-Bonitos y gorditos, muchachos.-recalcó Steve.
-¡Esto va para la página de Facebook de su colegio, niños malcriados!
-Le daré like.-remarcó Anthony.
-¡Ash!
Aunque tratábamos de disimularlo, por dentro estábamos cagadísimos del miedo.
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Era un Martes 7...
RomanceHace mucho tiempo que no recuerdo esto, hasta creo que olvidé el día. Pero había algo en esa historia que me dejaba un poco confuso, algo que me hacía rememorar lo que pasó una y otra vez...