-¡Bienvenidos, alumnos, a otro año escolar!
-Carajo-murmuré.
Era marzo, la luz del sol parecía invencible atravesando cualquier ventana de la ciudad, llevando alegría para unos y desgracia para otros. No me consideraba en ninguno de los dos.
-Este año, nos esforzaremos por superarnos cada día y hacer que cada uno de nuestros sueños se haga realidad, con esfuerzo y perseverancia, seguro lo lograremos...
Bueno, me presento, soy la profesora Ramira, y este año les enseñaré el curso de Historia.
-Debe estar bromeando. No de nuevo.-me dije para mí en el momento que dijo eso.
La profesora Ramira era, cómo decirlo de una manera delicada, una mezcla entre un conejito y un minotauro hambriento que parecía no haber comido nunca en su vida. Sinceramente nunca me cayó, al igual que la profesora de arte, otra enana.
Ambas, al parecer, querían hacerme la vida imposible. Cada movimiento que hacía frente a ellas era malo, y me llamaban la atención; no sutilmente, no, qué va, ¡si parecía que quisieren que todo el colegio las escuchara!
En ese salón, no había nadie que conociera, lo cual me alegró de cierto modo pues tendría más chance de hacer amigos nuevos.
-Preséntese.
-Soy David, vengo de este colegio, de la primera aula.
-¿Y cómo fue que bajaste hasta la tercera?
-Es un poco complicado...
-¿No quieres decirlo?
-No.
-Siguiente.
-Que se joda.-pensé.
Ese día hablé con un par de personas que sinceramente me cayeron bien. A la hora de receso me encontré con Sarah en la escalera y se le veía la cara como de molesta, así que decidí no hablarle.
El resto de The Family sí me recibió bien y me dio su apoyo incondicional.
-Me siento afortunado de tenerlos, chicos.
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Era un Martes 7...
RomanceHace mucho tiempo que no recuerdo esto, hasta creo que olvidé el día. Pero había algo en esa historia que me dejaba un poco confuso, algo que me hacía rememorar lo que pasó una y otra vez...