Era un Martes 7...

Cambio

Sólo vi la lista y tenía ganas de tirarme un puñete a mí mismo, pero no lo hice por respeto a los presentes.

-¿En serio?

-Sí.

-Mierda.

-Sí, una gran mierda.

Steve era convincente y eso no me ayudaba mucho en ese entonces.

No sé si olvidé mencionarlo, pero en todo el año de estudio, no di mi cien por cien en los cursos. Sacaba notas bajas y pues, sabía lo que pasaría.

Al acabar el año, ya estando el febrero del próximo, revisé la lista de los que se mantendrían en el aula, lista entre los cuales, no figuraba.

Me iba a apartar de mis amigos, y eso me llenó de tristeza. Pero eso no era lo peor, también me separaría de Sarah. 

-No puede ser tan malo, será una oportunidad para empezar de nuevo.

Así, trataba de convencerme que un cambio de aula, de estar de entre las mejores y bajar, me vendría bien. Pero como todo en la vida (especialmente en la mía y ya sabrán por qué), todo lo que planeas, a veces, sale mal.

Al comentárselo a Sarah, no sabía qué decir. 

-Te lo dije. Te lo repetí innumerables veces y no me hiciste caso. Te lo dije una y otra vez. 

-Sí, ya lo sé. Lo admito, todo es mi culpa. Sólo MÍA.

-Diciéndolo no lo vas a arreglar. Lo mejor que puedes hacer es no bajar la cabeza y seguir. Sé que puedes. Yo te ayudaré en lo que pueda.

Pasaron muchas cosas mientras esperé a mi nueva aula. Normalmente me ponían en colegios en vacacionales, y pues, este año sería muy diferente a los demás con respecto al colegio.

Recuerdo que me inscribieron en un tipo de universidad...