POV ALEC
—No entiendo por qué serías tú el enojado —al final no puedo guardármelo más y se lo digo.
Magnus parece realmente confundido. Sus ojos se abren un poco más de lo normal, sus cejas se fruncen y los pucheros que había venido haciendo desaparecen.
Sus ojos, esos benditos ojos verde dorado, se centran en mí y algo parece derretirse en su mirada. Se inclina hacia mí y...
¡No! ¡No me va a besar!
¡No así! ¡No ahora!
Mi mano golpea su pecho y lo digo porque no puedo seguirlo callando, estoy molesto y dolido aunque no sea su culpa: —Nadie te obligó a hablarnos la primera vez. O a acompañarme a llevar a Max. O a mí. Y no es como si tu hijo hubiera dicho la primera palabra y no hubiera sido para ti. No, no tienes por qué ser tú el que hace gestos.
Espero que diga algo, cualquier cosa, cuando me doy cuenta que no lo hará un gruñido se me escapa antes de entrar al instituto.
Entro dando grandes zancadas y me siento como uno de mis alumnos adolescentes en medio de un berrinche, de repente me desinflo, mi coraje escapándose un poco, porque es que no hace mucho fui ese adolescente, porque no planeaba ser padre tan joven ni soltero, pero lo soy y no estoy molesto con Magnus ni mucho menos con Max, el primero no controla lo que mi hijo diga o no y sé que Max no me quiere menos por no haber dicho “Papá” primero, pero nada de eso evita la punzada en mi pecho o cómo mis ojos arden...
Tal vez simplemente quiero sacar todo lo que no he podido desde el nacimiento de Max, las últimas palabras de Ella antes de dejar a su bebé en mis brazos...
Y es que nadie, sólo Esperanza, sabe la verdad y a veces se vuelve una carga demasiado grande para uno solo.
—¡Hola, Ale... maestro! —Sophie, nunca tan oportuna, interrumpe mis pensamientos. Se acerca demasiado y yo limpio mis ojos al instante porque seguro alguna lágrima se me escapó y por eso me ve así.
—¿Pasa algo? —esos enormes y expresivos ojos verdes se abren demasiado, con una inocencia que me recuerda a la madre biológica de Max y mi corazón duele.
Intento sonreír mientras niego. Revuelvo un poco su cabello –lo que por alguna razón la hace ruborizarse y respirar extraño– y digo: —Nada, Sophie. Todo bien. Vamos Vamos clase.
Ella va casi saltando, llena de energía, a mi lado. —¿Y cómo está Max?
Miro extrañado a mi alumna. A veces es como si ella supiera demasiado de mi vida.
—Está muy bien, gracias.
Demasiado bien, aprendiendo a hablar y diciendo el nombre de un desconocido.
POV MAGNUS
—No, usted no entiende —le digo al guardia, mientras varios estudiantes nos miran—, necesito hablar con Alexander...
Él me mira de arriba a abajo. —Si el profesor Lightwood quisiera lo mismo, me lo habría dicho.
—Pero... —me interrumpo cuando mi celular suena de nuevo. Gimo al ver el nombre de Camille.
Le hago un seña al guardia para que sepa que esto no ha terminado y busco una última vez Alexander con la mirada, casi esperando ridículamente que me estuviera mirando.
Pero no, y puede que haya visto mal, ¿pero no está demasiado cerca de esa alumna?
Primero la tal Esperanza y ahora esto... ¿Es que todas las mujeres mueren por Alexander?
—¿Qué? —suelto al contestar la llamada, demasiado brusco.
—¡No me hables así! ¿Y por qué todavía no has llegado? —ella corta cualquier intento mío por excusarme—. Mira, Magnus, no sé qué te pasa últimamente, pero si realmente te importa tu empresa estarás aquí en los próximos quince minutos —y sin decir más, cuelga.
Sí me importa la empresa, pero... ¿Y Alexander?
Una mirada más al guardia y me decido.
POV ALEC
Mi corazón late ridículamente rápido mientras, después de mi última clase, camino rápidamente hacia la salida.
Casi esperaba, estúpido, lo sé, que me estuviera esperando.
No tengo más opción que reírme de mí mismo cuando es obvio que Magnus no está aquí para disculparse por robar la primera palabra de mi hijo.
* * *
¿Qué piensan, Magnus se rindió demasiado pronto o planea algo?
Y Alec 😞💔 cargando con todo solo 😭
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Destiny (Malec Mpreg)
ФанфикTERMINADA» Todas las mañanas Alexander Lightwood y Magnus Bane se encuentran en el mismo vagón del metro. Todas las mañanas el pequeño Max, en brazos de su padre, mira al chico brillante frente a ellos. Todas las mañanas Magnus mira al pequeño ojia...