41. Recuerdos azules

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POV ALEC

«Recordé mi embarazo.»

Espero.

Las manos de Catarina Loss se congelan en mi rostro. Y Magnus, a nuestro lado, parece haber perdido la capacidad de hablar.

Retrocedo un paso porque, idiota de mí, de todos los impedimentos para estar juntos el último que consideré fue éste: que yo soy uno de esos, un hombre que puede embarazarse; que para todo el mundo Max es mi hijo biológico.

Mis labios tiemblan en un intento de sonrisa, pero las palabras se niegan a salir. Dios, sólo quiero llegar a ese ascensor y huir, hacer de cuenta que esto nunca pasó, que fue un buen sueño y nada más.

Mi mano presiona con fuerza la tarjeta, esa llave maestra que Magnus me dio hace sólo unos minutos y aparentemente durará tan poco en mi vida. Su confianza en mí.

Los bordes se clavan en mi palma y apenas estoy por extenderla hacia Magnus, cuando Catarina tira de mí hacia adelante de nuevo. Mis manos, por instinto, se sostienen de ella.

—¡Estuviste embarazado! —ella exclama sorprendida, pero al menos no suena horrorizada—. ¡Oh Dios mío, tienes que contarme TODO! ¿Cómo fue? ¿Dolió el parto? ¿Las contracciones son tan horribles como dicen? ¿Cómo fue tener a Max en tus brazos por primera vez? ¿Lloraste?

Sí, lloré.



«Max nunca estuvo en mi vientre, no fue parte física de mí, pero estuve ahí siempre.

Desde el primer día, cuando una llorosa Ella sentada en el piso del baño me mostró la prueba de embarazo –“Es positivo, Alec, ¿qué voy a hacer?”–; hasta el último cuando, de nuevo llorando aunque por diferente razón, me miró con una sonrisa cansada.

Max estuvo primero en mis brazos. Lo miré, lleno de miedo, cuando vino a este mundo lleno de sangre, llorando con fuerza y agitando brazos y piernas.

Lo sostuve después de que revisaran sus signos vitales y lo limpiaran. Aquellos ojitos, tan despiertos y abiertos para un recién nacido, me miraron mientras yo balbuceaba un “Hola, hola, bebé” y medio tropezaba hacia Ella.

Ella nos sonrió, como si ya lo supiera y quizá siempre lo hizo. Y aun cuando estuvo en el pecho de su madre, sobre su corazón, no dejaba de mirarme.

—Creo que reconoce tu voz, Alec —Ella ya sonaba tan cansada en ese momento, su voz en silbantes susurros—. Dile algo.

Yo, inseguro, no dije nada.

—Dile que lo quieres... Que siempre lo vas a querer...

La miré a ella, sus ojos de un azul idéntico a los de Max. Por supuesto que siempre iba a quererlo, aunque no lo viera a diario porque tenía que volver a casa y todavía no lograba convencerla de venirse conmigo.

Y algo, algo roto en ese azul, hizo que mi pecho doliera y mis ojos se llenaran de lágrimas. Creo que en ese momento, incluso antes de que me lo pidiera, ya lo sabía: Max sería siempre suyo, donde quiera que ella estuviera cuidándonos; pero era ya mío también.»


—S-sí, llo-ré —con eso no tengo que mentir.

—¡Quiero que me cuentes todo! —Catarina repite y, quizá por su propio embarazo, suena feliz y emocionada.

No Magnus. Él no dice nada.

Niego varias veces. —Lo s-siento, tengo q-que...ir por M-Max.

—¡Aw, yo voy! —ella se cuelga de mi brazo, sin preguntar si puede—. Quiero conocerlo y tengo tiempo.

Juntos entramos al ascensor.

Magnus sigue en su sitio.

—¿Bane, vienes o no? —es ella quien lo dice, yo sólo tomo su silencio.

Magnus simplemente nos mira. A su amiga, su abultado vientre, y después a mí.

—¿Embarazado? —pregunta. Su voz, siempre alegre, extrañamente plana ahora.




* * *

Recuerdos de Ella 💔😢

Sean pacientes, sabrán toda la historia, pero lo más probable es que sea hasta la segunda parte o en el final de ésta 🙈

¿Cómo creen que reaccionará Magnus?

Destiny (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora