2. ...pero nunca hice el amor

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Coincidimos sin pensar en tiempo y en lugar. Algo mágico paso 🎶❤


«—Quiero hacerte el amor, Alexander Lightwood.

—También quiero hacerte el amor, Magnus Bane.»

Lo primero fue volver a la cama y decir adiós a la película que estaban viendo.

Alec sonrió nervioso, sus mejillas empezaban a tomar color y Magnus ni siquiera lo había tocado.

Magnus sonrió también, tan perdida e irremediablemente enamorado, cuando Alec apartó la mirada y mordió sus labios. Magnus llevó sus manos hacia las caderas de Alec, sus dedos rozando ese punto en que la suave pijama y la piel perfecta de Alec se unían. Alec se sobresaltó un poco, pero cuando Magnus fue a retirarse, éste puso sus manos sobre las suyas, manteniéndolas ahí. Sin querer romper el contacto ni retroceder un sólo paso cuando Magnus ya había dado el primero. Él quería esto.

Magnus no hizo más que hundir sus dedos un poco, bajar una fracción su pijama e inclinarse sobre él. Alec se retorció sobre el colchón –su cuerpo enloquecido, latiendo en lugares que nunca antes, ardiendo por dentro y por fuera–, no sabiendo si acercarse más a él o alejarse...pero lo único que Magnus hizo fue besar un lado de su cadera, Alec sintió su sonrisa recorrerlo de lado a lado, pasando por su vientre bajo.

Magnus se demoró un poco más ahí, sopló suavemente, disfrutando cómo la piel de su hermoso e inocente novio se erizaba. Cómo Alec temblaba debajo de él, ante el más mínimo contacto entre ellos. Sus caderas se alzaban acercándose, pero también se arrastraba lejos de él. Obviamente confundido con lo que su cuerpo sentía. Una de sus cejas se alzó, mientras besaba de nuevo el vientre de Alec, porque casi parecía que éste no supiera qué hacer o cómo actuar...como si fuera...

Magnus se rio, su aliento erizando más la piel de Alec. Era una tontería pensarlo. Sus pulgares tocaron el vientre de Alec, mientras dejaba un último beso justo ahí. Alec no actuaba como un virgen, no podía porque no lo era. Justamente aquí, donde Magnus besaba, estuvo Max hace poco. Y, con suerte, un día estaría un pedacito de ambos, alguien suyo y de Alec. Un pequeño hermanito o hermanita para Max y otra pieza más al rompecabezas de su familia.

Con eso en mente, Magnus enganchó sus pulgares al pantalón de la pijama de Alec y lo bajó hasta sus muslos. Dejó su ropa interior, no creyendo que Alec estuviera ya listo, pero sonrió cuando vio el bulto evidente. Nervioso o no, realmente quería esto.

Su cuerpo lo quería y su corazón también. Lo confirmó cuando se recostó sobre él, después de quitarle el pantalón completamente. Sus caderas juntas se molieron un poco cuando Alec tímidamente abrió sus piernas y luego las cerró un poco, acunándolo entre ellas; dejando que Magnus anidara en él. Sus pechos se rozaron cuando Magnus buscó su boca para un beso y lo sintió: el latido acelerado de Alec. Metió una mano entre ellos y frotó sobre su corazón suavemente, tratando de calmarlo, mientras sus labios se encontraban. Fueron un beso lento, roces suaves con labios cerrados, hasta que ambos necesitaron respirar y se volvió un poco más húmedo, los dos probándose tentativamente como si fueran nuevos en esto de besar.

Y era justo lo que Alec necesitaba. Se perdió tanto en el beso, se concentró tanto en sus labios, que su cuerpo se soltó y su mente se liberó, dejó de esforzarse en pensar en cada paso siguiente, en lo que debía hacer...simplemente lo sintió y lo hizo sin darse cuenta, por instinto, sus cuerpos y almas hablaban un mismo idioma. Mientras se besaban, sus caderas se empujaban suavemente, las entrepiernas se rozaban y las manos de Alec encontraron su camino hasta la espalda baja de Magnus.

Destiny (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora