[Días después]
—¿Qué es lo que te pasa?
La voz burlona hizo levantar a Magnus la mirada del diseño que llevaba al menos media hora sin que se le ocurriera nada.
Catarina, detenida en el marco de la puerta de su oficina, le sonrió.
Sus manos sobre abultado vientre de casi cinco meses de embarazo.
Magnus se sintió sonreír. No pudo evitarlo. Ver a Catarina Loss, una de sus mejores amigas, siempre sería bien recibido.
—¡Hey! –se puso de pie, yendo directamente hacia ella, con los brazos abiertos–. ¿Cuándo llegaste? ¿Deberías viajar en tu estado? ¿No deberías estar reposando...?
Catarina respondió únicamente con una risita y sus manos quitando las de su amigo cuando comenzó a frotar su vientre y hablarle a su hija.
—Mi esposa es médico, ya sabes –le dijo Catarina, haciéndolo a un lado para poder pasar y sentarse.
—Eso no responde a mi pregunta...
Catarina ya estaba viendo el diseño a medias. —Uumm... Camille dijo algo sobre que estabas raro últimamente, pero, ¿dejar a medias un diseño? –ella negó y chasqueó la lengua, su dedo índice golpeando contra la carpeta–. La última vez que sucedió esto el problema tenía nombre y te rompió el corazón.
Magnus gruñó e intentó salir, pero su amiga lo detuvo fingiendo un desmayo.
Magnus estuvo ahí al instante para sostenerla. Catarina palmeó su mejilla. —Gracias, cariño, me siento mucho mejor ahora –ignoró la mala mirada de Magnus–. Por cierto, aunque siempre has sido cariñoso y protector, no te creía del tipo que se interesa por los bebés –ella lo decía por las insistentes caricias de Magnus sobre su vientre, las miradas que él creía discretas y el diseño que, aunque incompleto, era obvio que era para un bebé.
—Yo tampoco –Magnus murmuró antes de suspirar pesadamente e irse a sentar.
—Dime qué pasa –Catarina fue con su amigo.
Magnus hizo un puchero y luego negó. —¿Cómo está Etta?
Etta era la esposa de Catarina. La médico de la cual ella habló.
—Ella está muy bien, se quedó con Camille hablando sobre tus nuevos inversionistas... Pero no cambies de tema, ¿qué está mal contigo?
—¿Por qué decidiste tener un hijo? –preguntó Magnus de repente.
Cat y Etta estaban casadas, y habían decidido que querían tener un hijo. Etta era de las mujeres que no podían ser madres –al menos de un hijo biológico–, pero Cat sí y fue ella quien inició el proceso. Ella debería entenderlo y ayudarle a comprender el gran compromiso de Alec y así superarlo.
—Uh –no se esperaba eso–. Bueno... Amo a Etta y aunque no creo que encontrar pareja o ser madre sea la mayor realización de una mujer, cuando lo quieres y sólo cuando es realmente tu deseo y no sólo por presión social, creo que está bien. Etta y yo nos amamos y estamos bien, pero decidimos que ambas queríamos dar este paso adelante...
—¿Dejarías a Etta por alguien más? –Magnus alzó sus manos para detener a su amiga cuando hizo mala cara–. Si alguien se presentara en tu vida y realmente te interesara y aceptara a tu hija sin problemas, ¿tú lo considerarías?
La expresión de molestia en Catarina cambió a confusión total. —Está bien, déjate de acertijos y dime ya de qué se trata todo esto.
Y Magnus lo hizo.
«POV MAGNUS
—Me gustaría conocerte, Alexander –simplemente tenía que decirlo, lo sentí correcto y no pude detenerlo.
Alexander se ruborizó, por supuesto, lo que ya esperaba porque él es adorablemente tierno para alguien de su edad y que además es padre.
Cualquier gesto nervioso, incluso picarme el ojo, era esperado.
—Bastaba con decir no –me reí y Max conmigo, como si entendiera.
Pero Alexander no se rió. Simplemente me miró, con sus ojos azules muy abiertos. Y entonces entendí.
—Dios, estás casado, ¿cierto? La madre de Max... –¿y cómo demonios no se me ocurrió antes? Era evidente...–. Olvida lo que dije... –y no me di cuenta que estaba apretando a Max fuerte contra mi pecho hasta que se quejó y Alexander lo tomó de mis brazos.
No volvió a hablar después de eso.
Simplemente me miró hasta que llegamos a su estación.
Lo último que hice, mientras le daba la pañalera, fue acariciar la mejilla de Max.
Él lloró y estiró sus manitas hacia mí.
Tal vez se sentía como yo, a punto de volver a la rutina de siempre.»
—No sabía que te gustaban los niños o querías ser padre... –fue lo que dijo Catarina un rato después de que Magnus terminara.
Magnus, con sus manos cubriendo su rostro, dijo: —Yo tampoco.
—Podrías tener uno propio –sugirió Catarina, cuando Magnus no agregó más–. Primero tendrías que hacerte las pruebas, ya sabes, no todos los varones pueden embarazarse... Pero si es el pequeño Max quien te cautivó, puedes tener uno tú...
Magnus nunca lo había considerado.
Ni casarse con alguna mujer y tener hijos.
Ni mucho menos averiguar si él era de los pocos que eran biológicamente capaces de hacerlo.
Pero...
—¡Oh Dios! –su grito hizo saltar a Catarina–. ¿Y si no tuviera madre?
—Magnus, ¿de qué...?
—¿Y si es hijo de Alexander?
Magnus gimió cuando vio la hora.
Ya era viernes y mucho más tarde que aquel día que los encontró cuando regresaba a casa.
Tendría que esperar hasta el lunes.
CONTINUARÁ...
Magnus 😂, ¿no lo aman?
¿Ya extrañan a Max? El próximo capítulo ya regresa 😌🙆
¿Y Ettarina? 😻 (Quienes leen Encadenados entenderán)
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Destiny (Malec Mpreg)
FanfictionTERMINADA» Todas las mañanas Alexander Lightwood y Magnus Bane se encuentran en el mismo vagón del metro. Todas las mañanas el pequeño Max, en brazos de su padre, mira al chico brillante frente a ellos. Todas las mañanas Magnus mira al pequeño ojia...