When I see your face
There's not a thing that I would change 'cause you're amazing
Just the way you are
And when you smile
The whole world stops and stares for a while
'Cause you're amazing
Just the way you are 🎶❤POV MAGNUS
«¿Embarazado?»
Alexander no dice nada, incluso parece evitar mi mirada.
Es Cat la que resopla. —¿Qué parte de “recordé mi embarazo” no entendiste, Magnus? A veces eres tan obtuso, peor que un niño, espero que mi pequeña Nadia no sea como tú o voy a desesperarme mucho. Ahora date prisa que el elevador y nosotros no esperaremos por siempre. No eres indispensable.
Mis labios se fruncen, pero a ella parece no importarle. No sé cómo una persona embarazada puede ser tan insensible.
Entro al ascensor y no puedo evitar notar cómo Alexander se aleja lo más posible de mí, fingiendo que sólo busca espacio entre los tres.
Catarina, toda llena de confianza como si no hiciera hace unos minutos que lo conoció, se cuelga de su brazo otra vez. —No hagas caso a Mags. Es muy lento a veces, pero estoy segura que cuando supere la impresión inicial querrá saber más y más y pronto lo tendrás sobre ti queriendo hijos.
El pobre Alexander no podría estar más rojo.
—¡CATARINA, POR DIOS! —usualmente amo a mi amiga, es como una hermana para mí, pero ahora mismo debe agradecer a su embarazo porque de otro modo la mataría.
—Sabes que es cierto —ignorando por completo mi molestia, ella prácticamente arrincona a Alexander y toca su vientre—, ¿tienes fotos? Perdón si te incomodo, pero nunca he conocido a alguien como tú. ¡Es tan emocionante! ¿Cómo no llegaste antes a mi vida? Me habrían sido muy útiles tus consejos, porque aunque mi esposa es médico, no es lo mismo, ¿sabes?
Y la charla sigue y sigue y sigue –o monólogo de Catarina, en realidad, pues Alexander sólo la mira cada vez más asustado–...hasta que por fin llegamos al estacionamiento.
—Dame las llaves —me dice, por fin liberando a Alexander.
Yo lo dudo, porque no creo que deba conducir en su estado, pero ella me da una mirada que no deja muchas opciones y después señala a Alexander que se ha quedado en su sitio.
Así que al final, maneje o no, se las doy. Y, mientras tanto, yo voy hacia Alexander.
Pongo una mano en su cadera, lo que lo hace literalmente saltar, y después deslizo la otra desde su pecho –amando su estremecimiento– hasta tomar su barbilla y hacerlo mirarme.
—Hola —mi corazón se rompe un poco porque mientras se lo digo sus hermosos ojos azules me miran enormes, llenos de inocencia y algo de miedo; y en este momento me recuerda tanto a Max y me doy cuenta que es verdad: no lo conozco lo suficiente, pero quiero hacerlo, quiero amar cada detalle y limpiar cada miedo.
Él hace un puchero en vez de responder, así que es totalmente su culpa que yo me incline y le robe un beso.
Alexander se estremece de nuevo, se pone sobre las puntas de sus pies y sus manos se aferran a mis hombros, se clavan con tanta fuerza que duele, pero es su beso el que me dice más que cualquier otra cosa: me necesita.
—L-lo...lo s-siento —me dice apenas nos separamos.
—¿Por qué? —pasó mis dedos sobre sus labios suaves y brillantes.
—Por no decírtelo.
—Nunca te lo pregunté, Alexander. No es tu culpa. Yo sólo quise saber si no eras casado, fue egoísta de mi parte. Nunca pensé...bueno, esto —mis manos van a su vientre, imaginándolo hinchado con el pequeño Monstruo creciendo ahí.
¡Y cómo me hubiera gustado ser testigo de eso!
Alexander debió verse hermoso.
Y quizá no lo vi antes, pero quiero confiar en que tendré más ocasiones.
—¿Te molesta? —su pregunta me hace mirarlo de nuevo, está mordisqueando su labio nervioso.
Dejo un último beso porque esa boca es irresistible y Alexander nervioso es adorable.
—Sí... No... Quiero decir, sí me importa obviamente, porque todo lo que tenga que ver contigo y Max me importa, hasta tu amiga siendo metiche. Pero no porque sea algo malo, simplemente es. Punto. Es un hecho, algo que no va a cambiar. Y así como no me importaría si tus ojos fueran verdes y tu cabello gris o rubio, aunque así como estás eres perfecto, tampoco cambia lo que siento el hecho de que Max sea tuyo y no de alguna chica afortunada. Alexander, te am... —me detengo porque es tan apresurado decirlo, no puedo amar a alguien que entró en mi vida hace un par de meses, alguien que no conozco, ¿o sí?—, me gustas, te quiero y quiero a tu hijo. Ya te lo he dicho. Eres especial, siempre lo supe.
Dejo una palma sobre su vientre y presiono suavemente y –sí, lo confieso– imagino, en un futuro, un pequeño nuestro aquí.
Nunca deseé hijos, ni me gustaban los niños –no hasta Max–, pero ahora no puedo dejar de pensarlo: quiero días, meses, años, una vida con Alexander; quiero enamorarme más de él; quiero llegar a amarlo sin remedio; quiero hermanitos y hermanitas para Max; quiero una familia con ellos.
Alexander acaricia mi rostro con ternura, su puchero hace su voz aniñada cuando dice: —También te quiero...te queremos.
Y, bueno, ya, no es mi culpa. Con un novio así simplemente no pueden culparme: vuelvo a besarlo.
No nos separamos hasta que Catarina toca la bocina del auto.
Alexander sonríe contra mis labios, se siente más ligero entre mis brazos. —Vamos por Max.
Dejo un último beso en su barbilla, “Vamos”, y entrelazo nuestras manos de camino al auto. Así quiero que sea nuestra vida de ahora en adelante: juntos, sin miedos, sin mentiras.
* * *
Final de este maratón irregular y feo 😩, disculpen, mi semana fue complicada en el trabajo y después me enfermé 😭
¿Cómo imaginan la reacción de Max hacia Cat? 😻
¡El próximo capítulo vuelve Max bebé! 💙
Ya no prometo maratones, pero dejé algunos avisos importantes en mi tablero y también pueden decirme ahí mismo qué actualización esperan 😅
![](https://img.wattpad.com/cover/172750774-288-k754834.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Destiny (Malec Mpreg)
FanfictionTERMINADA» Todas las mañanas Alexander Lightwood y Magnus Bane se encuentran en el mismo vagón del metro. Todas las mañanas el pequeño Max, en brazos de su padre, mira al chico brillante frente a ellos. Todas las mañanas Magnus mira al pequeño ojia...