Capítulo 15

999 93 18
                                    

Ambos cuatro decidieron ir a casa de Jin a pasar la tarde y a ver una peli juntos después de pedir pizzas para suavizar un poco de la situación y para recordarse a sí mismos que no necesitaban nada más que su propia presencia para sentirse felices y completos, aunque fuese con lo más simple del mundo, una tele, unos trozos de pizza, y una absurda película que era la perfecta excusa para poder pasar más rato juntos.

*

Mientras, los tres mosqueteros habían decidido pasar también una tarde lo más relajada posible, juntos, sin distracciones, ni chicas, ni los cuatro fantásticos. Tan solo ellos tres contra el resto del mundo olvidándose de todo de la mejor manera que sabían hacerlo: bailando. 

Y es que esa era su droga favorita, el baile; al igual que a Jungkook, la música les daba la vida.
Hoseok y Jimin habían sido compañeros de baile toda la vida y Taehyung se les unió más o menos unos tres años atrás, gracias a que se Jimin insistió en darle clases de baile por un verano entero, pues estaba convencido de que el peligris tenía habilidades para moverse bien. 

Y no se equivocaba, estuvieron entrenando durante dos meses enteros bajo el calor del abrasante verano, perfeccionando cada uno de los movimientos de Tae, convirtiéndolos en suaves y ligeros pasos que derrochaban sensualidad. Y cuando volvieron a clases, Tae se unió a la pareja de bailarines más exitosos de toda la escuela para poder seguir aprendiendo de ellos.

 
Fueron a las instalaciones del club que poseía la familia de Hobi a las afueras del centro de la ciudad, por lo que era prácticamente una sala exclusiva y solían ir cada vez que tenían tiempo. Era una estancia increíble, paredes de madera de caoba y suelo ideal para baile, y un ventanal que daba a la naturaleza que rodeaba el complejo de edificios del club por un lado.

Y allí estaban ellos tres, sincronizados en cada movimiento podían parecer la sombra de cualquiera de los otros dos si se ponían en fila.
Cada golpe de ritmo era un subidón para aquellos tres jóvenes que necesitaban evadirse de sus problemas, que necesitaban volver a sentirse unidad después de recordar esa misma mañana lo rotos que habían llegado a estar una vez. 

Los cuerpos sudorosos de los chicos se movían al compás de la música y no perdían ni un solo tiempo, dejándose el cuerpo y el alma en aquella pista de baile que siempre les había llenado de alegría. Bailaron y bailaron hasta caer rendidos, con unas sonrisas que no cabían en sus rostros, contentos por poder volver a bailar juntos después de no haberlo hecho en todo el curso comenzado hace dos meses. 

Volvían a sentirse más unidos y más vivos que nunca. 


Cuando acabaron, se ducharon y se fueron a dormir los tres a casa de Tae, quien no tenía una casa muy grande pero sí un sótano perfecto para cualquier chico joven. Era como un mini-apartamento dentro de la casa, con un salón enorme y una tele de plasma perfecta para las tardes de juegos de los tres, varios poufs para tirarse encima de ellos, un futbolín y una pequeña barra. 

Además la sala tenía adosada una habitación bastante grande dónde solían poner colchones cuando se quedaban a dormir, pudiendo caber hasta 10 personas allí; era el sitio perfecto para escaparse una tarde con unos amigos. Así que allí se encaminaron los, no sin antes pasar por el autoKing para coger unas hamburguesas y patatas para acabar como dios manda la tarde.

*

Cuando la peli de los otros cuatro finalizó, subieron todos a sus respectivos cuartos a dormir, pues Nam y Yoongi ya tenían costumbre de acostarse en determinadas habitaciones de tanto pasar noches en casa del mayor, y Jungkook fue designado a la de la última vez que vino. Se despidieron y cada uno marchó a sus cuartos para descansar en aquellas camas de 2x2.

BLACK FIRE • TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora