Era la hora de comer y estaba cansado de haberse pasado cortando el césped de su jardín durante casi dos horas. Yo no estoy hecho para estos trabajos tan aburridos pensó Jungkook.
Lo tenía claro, necesitaba algo de acción, algo que le devolviese un poco a la vida, y no estaba pensando en bailar. Claro que bailar hacía que se le olvidase el resto del mundo, pero en ese momento necesitaba algo diferente... Necesitaba adrenalina recorriendo su cuerpo.
Subió a su habitación después de haber guardado la máquina cortacésped con la que llevaba trabajando bajo la luz del sol durante un par de horas para ducharse.
Olía a sudor y a trabajo en exceso, un jardín no se mantenía bonito sin esfuerzo y aquella maldita máquina pesaba mucho más de lo que parecía. Así que según llegó arriba, se quitó la ropa, la tiró al cesto de la ropa sucia y se metió en la ducha.
Dejó que el agua fría relajase un poco sus músculos hasta que se sintió completamente despejado. Y allí estaba él, recién salido de la ducha y mojado, con cada parte de su cuerpo brillándole por el efecto de la luz que entraba por aquella ventana y las gotas de agua que decoraban su piel.
Y detrás de esa humedad aquellos tatuajes... Ese era Jungkook en su pura esencia... Con el pelo hacia atrás sujeto por el agua, la frente despejada dejando entrever su gran belleza, los ojos intimidantes del mayor de los felinos, los músculos rígidos del esfuerzo que acababan de hacer y aquellos tatuajes que mostraban su verdadero yo.
Le encantaban, le encantaba recorrer su cuerpo siguiendo la tinta que contaba diferentes historias. Y ahora no había necesidad de tapárselos, total, era sábado y no tenía que ir al instituto ¿no?
Se puso sus vaqueros negros y su chupa de cuero... aquella chupa de cuero que también tenía una larga historia. Se miró al espejo, se echó su colonia y se colocó aquella chaqueta negra... en la parte de atrás de ella se podían observar dos ojos del color de los de una pantera... verdes amarillentos que te miraban con intensidad... Con esa intensidad que también caracterizaba la mirada de Jungkook.
Era el sello de la banda a la que pertenecía el pelinegro: Los Pantera.
Pero hacía mucho que no se la ponía, tal vez desde que murió Yeong.
Siempre la había llevado con orgullo y para él su grupo había sido como una familia más... Por lo menos los de su generación. Pero desde que su mejor amigo se fue, Jungkook se alejó de todo lo que le recordaba a él. No tenía nada que ver con los negocios de su padre, pero también andaban metidos en problemas indeseables para cualquiera, para cualquiera menos ellos mismos.
Aunque eran un grupo, Yeong y Jungkook siempre habían ido un poco por separado, tenían su propia subdivisión y hacía que fueran aún mas respetados por el resto, eran como la cabecilla y el cerebro de aquella banda, a la que también les gustaba jugar con fuego.
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BLACK FIRE • TAEKOOK
FanfictionJungkook ha pasado su vida entera mezclado con las sombras y la oscuridad de la sociedad, siempre atrayendo los problemas como si fuese un imán para el peligro. El chico en llamas que no temia a nada ni a nadie y al que todos respetaban, hasta que u...