Jungkook recogió todo lo que había dejado por los suelos y que había desordenado, limpió un poco la casa, y la abandonó, pensando que se sentía agradecido de poder haber pasado allí la noche y de haber vuelto a hablarse con los que habían sido su familia durante dieciocho largos años.
Volvió a casa y según entro su padre lo paró para decirle:
- Menos mal que has llegado. - No parecía muy preocupado por dónde había pasado su hijo la noche, pero tampoco era ni la primera ni la última vez. Ya era mayor para saber que hacer con su vida, le había educado bien.
- ¿Qué pasa?
- Tengo que salir.
- ¿Ya?
- Ya mismo.
- ¿Todo bien...?- Preguntó preocupado Jungkook, aún sabiendo que no era así.
- Ya sabes hijo, tengo unas cosillas que solucionar. Estaba esperando a que llegases para que Hye no se quedase sola.
- Yo me encargo, tranquilo.- Le dijo mientras le ofrecía el abrigo para acelerar su partida.
- ¿Cuándo volverás?
- No lo sé, igual solo tardo dos o tres días. Llama a la vecina si no te queda otra opción porque no puedes estar en algún momento con Hye, pero preferiría que te quedases tú, me quedo más tranquilo.
- Entendido, espero poder ocuparme yo solo, la llamaré como último recurso.
- Gracias hijo.- Se despidió su padre con un beso en la frente.- Cuídala.
- Siempre. Cuídate pa.- Le dijo sonriendo viéndolo partir como cada vez que lo hacía desde que era pequeño, sin saber cuando o si volvería a casa.
Jungkook subió al piso de arriba pensativo por todo lo que había pasado ese último día pero una bonita música lo evadió de sus pensamientos. Su pieza preferida, Fur Elise, estaba sonando en aquella planta, emitiéndose desde la última habitación del pasillo situada en la izquierda. Era su hermana.
Avanzó hasta llegar y sin previo aviso abrió la puerta y entró en la habitación de la pequeña. La niña no se percató de su presencia, seguía bailando con su mente muy centrada en el baile que estaba realizando.
La niña se movía como un ángel entre las nubes del cielo, silenciosa, ligera, absolutamente perfecta en aquellos lentos movimientos que acompañaban a la melodía. Era igual de buena que Jungkook, pero claro, mucho más joven. Probablemente cuando creciese llegaría a ser incluso mejor que su hermano.
La música acabó y la pequeña se giró para dirigirse al casette para poder elegir una nueva canción, encontrándose con su hermano sentado en la cama con los ojos acristalados. Estaba al borde del llanto por lo bonito que era poder ver a su hermana pequeña bailar su pieza preferida.
- Gukk... - Se acercó corriendo hasta apoyar sus manitas en las rodillas del mayor- ¡Has venido!- ¿Cuándo has llegado?
La niña le agarró de la cara suavemente y de repente se dio cuenta de las lágrimas que colmaban los ojos del mayor aún sin caer. Sin darle tiempo para responder, le retiró el pelo para atrás con sus bonitas y pequeñas manos mientras Jungkook se veía obligado a agachar su cabeza para que la pequeña, la cual estaba de puntillas, pudiese alcanzar su rostro.
- ¿Por qué estás triste?- Preguntó la niña mientras se subía a sus piernas para abrazarle.
- No estoy triste Hye... A veces la gente también llora cuando está feliz. - Dijo el mayor con los brazos de la pequeña alrededor de su cuello mientras una lágrima se deslizaba por su rostro.
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BLACK FIRE • TAEKOOK
FanfictionJungkook ha pasado su vida entera mezclado con las sombras y la oscuridad de la sociedad, siempre atrayendo los problemas como si fuese un imán para el peligro. El chico en llamas que no temia a nada ni a nadie y al que todos respetaban, hasta que u...