Cinco veneno aparecieron por la puerta de la casa confiados y con los brazos cruzados. La voz anterior pertenecía al más bajito de todos.
- Mierda... - Jungkook hablaba bajito mientras miraba en todas las direcciones buscando una posible solución y salida.
Tenía que sacar a todos ellos de allí pero no iban a marcharse y dejarlo solo, lo sabía perfectamente.
Era inútil.
Tenían que luchar.
- ¿Creías que Baek vendría sin nosotros Jeon? ¿Cómo eres tan iluso?- Rió otro de ellos. - Y todavía faltan dos que siguen la pista de cerca a tu preciosa hermana. - La mandíbula de Jungkook volvió a apretarse. Más tarde respiró tranquilo porque sabía que Jin no dejaría que la pasase nada.
El pelinegro trató de moverse lentamente hacia algún lugar para encontrar un arma con el que poder luchar pero sabía que no llegaría lejos.
Todos mantenían las respiraciones preocupados. Podían ser fuertes, pero eran conscientes de que eran niños de papá comparados con aquellos veneno que se habían criado entre peleas, drogas y muertes.
Estaban perdidos. Aunque aquello no significaba que no iban a luchar hasta el final para defenderse. Hasta dejar claro que no se rendirían.
La tensión en la sala era más que latente, podía cortarse con un cuchillo. Sus respiraciones se escuchaban haciéndose más lentas y sus músculos en tensión preparados para atacar.
Jungkook hizo el primer movimiento. O lo hacía, o su hermana iba a salir herida.
Cogió otro jarrón también bastante valioso y lo lanzó contra el que había hablado antes, quien se tapó como pudo con el antebrazo. Aquello no evitó que algunos trozos saliesen disparados contra el cráneo y rostro del muchacho.
El caos se desató a partir de ese momento. Baek y M se soltaron y los veneno se lanzaron contra los otros cinco.
Taehyung, Namjoon, Yoongi, Hoseok y Jimin luchaban como podían e intentaban aguantar contra varios de ellos incluso.
Mientras tanto Jungkook utilizó aquella estrategia para sacar a Hwan de allí antes de que nadie se diese cuenta. La cogió en brazos, ahora ya inconsciente, hasta la cocina y la escondió en la alacena de al lado de la ventana que yacía abierta y que suponía que había servido de escape para su hermana.
Le llevó los dedos al cuello para confirmar que le quedaba muy poco tiempo para arreglar aquella situación antes de que la morena le dejase para siempre. Su pulso estaba más que débil, sus ojos ya cerrados, su respiración casi imperceptible y su piel casi tan blanca como los azulejos de aquella sala.
Jungkook le pasó la mano por la frente mientras se le caía una lagrima. No podía creer que estuviese perdiendo al otro lado del triángulo. Su tatuaje que representaba a sus tres ahora le ardía. La vida se la estaba llevando y le estaba dejando a él allí solo.
No iba a permitirlo. Esta vez no.
Se acercó a su mejilla y le dio un delicado beso al lado de los labios mientras una de sus lágrimas caía en el rostro de Hwan.
- Te quiero. Siempre lo he hecho Hwan. No me dejes... No te vayas por favor. Volveré a por ti.
Cerró la puerta de aquella grande despensa dejando a su mejor amiga, más bien a su hermana, allí en el suelo y después miro al techo. Tras ello comenzó a hablar.
- Yeong... No permitas que se vaya por favor. Ayúdala. Te necesito.
Después se limpió los ojos y fue a salir de la cocina decidió a acabar con todo aquello que él mismo había causado. Estaba cansado de ser una fuente de problemas. Siempre lo había sido.
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BLACK FIRE • TAEKOOK
FanfictionJungkook ha pasado su vida entera mezclado con las sombras y la oscuridad de la sociedad, siempre atrayendo los problemas como si fuese un imán para el peligro. El chico en llamas que no temia a nada ni a nadie y al que todos respetaban, hasta que u...