Capítulo 43

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Después de la competición, tal y como había dicho Jin el viernes, les invitó a su casa a cenar una rica barbacoa para celebrar la victoria.

Todos pasaron una velada maravillosa. Jin no pasaba de reír y hacer bromas, Jimin y Jungkook trataban de cocinar aunque se les incendió un filete a principio del intento, Hoseok intentaba enseñarlos mientras les gritaba como debían hacerlo y Yoongi se reía de la escena mientras se atragantaba con el Soju debido a los chistes tan malos del mayor. Namjoon observaba todo como un padre orgulloso de sus hijos mientras de vez en cuando dejaba la vista perdida allá entre las estrellas pensando que esos momentos eran los que valían la pena. Y Taehyung se sentía completo, paseaba por aquella casa como si fuera ayer el día que Jin y él jugaban en cada habitación escondiendo los mandos de la tele a los padres del pelinegro.

Todos durmieron allí y contentos decidieron reunirse para hacer esa barbacoa cada sábado ha fuera a cenar o a comer cada vez en casa de uno de ellos.

Después de ese día les habían dado las vacaciones de navidad. Unos se fueron a alguna de sus ciudades de origen o el de sus padres para pasar los días con la familia.

Jungkook se quedo en Seúl porque nunca iban a ningún lado y ademas porque tenía que preparar a Hye para las audiciones (que eran después de navidad).

Todas las mañanas quedaba con Hwan en el centro cívico y los tres ensayaban hasta que era la hora de comer. A veces se hacía cansado pero Hye era una entusiasta de ensayar eternamente y tenía suficiente energía como para no cansarse nunca.

Iban mejorando día a día y Jungkook se alegraba de ver cómo su hermana cuidaba cada pequeño detalle de su técnica. Después solían comer con su padre y con la morena cuando el primero no estaba de viaje, y si no ellos tres solos se lo pasaban en grande cada día cocinando un plato distinto.

La relación de Hwan y Jungkook no había cambiado, seguían riendo como antes y queriéndose como antes. Aunque la joven tenía el corazón un poco roto, al menos le tenía cada día a su lado y verle feliz le hacía feliz a ella también. Además aún le quedaba el gusanillo de aquel día con Jin en la biblioteca... ¿qué era eso que había sentido?

Jungkook aprovechaba para volver a salir con su banda de los panteras cada noche que podía. Había vuelto a ser aquel chico malo al que respetaban todos por su zona. Volvía a dominar las calles. Volvía a coger su moto y a volar. Volvía a ver a Yeong en el espejo de la sala de baile sonriéndole al lado suyo.

Algunas tardes cuando Taehyung estaba en la ciudad, Jungkook quedaba con él e iban a múltiples sitios juntos a conocer lugares escondidos en Seúl, alguna vez se quedaban viendo una peli en casa u otras veces se dedicaban a comer la macedonia plato estrella de Tae, así denominado por la pequeña. Disfrutaban de cada momento juntos como si fuera el último, pero lo que más les gustaba hacer juntos era poder ir a ver exposiciones de arte de vez en cuando. Ambos eran grandes apasionados de ello y les encantaba disfrutar de pintura, escultura o incluso fotografía.

Jungkook había descubierto que Tae era un apasionado de las fotos y algún día también permitió que el mayor le hiciese alguna sesión fotográfica después de insistir muchísimo.

De vez en cuando Jungkook se preguntaba qué era del dibujo que le entregó al profesor de arte para que presentase al concurso al que con tanta emoción le había animado a participar. Aún se acordaba de su trabajo. Era una imagen que le seguía revolviendo las tripas cuando se proyectaba en su mente. Pero trabajo mucho y muy duro para hacer el mejor trabajo que había realizado hasta ahora en escala de grises.

Los sábados eran sagrados y seguían quedando los siete (cuando estaban todos, si no menos) para disfrutar de una abundante barbacoa que siempre les hacía la semana. Siempre con risas acompañándolos.

BLACK FIRE • TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora