Capítulo 24

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- ¿Y ahora según te le encuentres? ¿Qué pretendes hacer?- Preguntó el pelinaranja.

- No se, improvisaré, supongo.

- Claaaro claro.- Ironizó el rubio.- Ey, Jungkook, ¿qué tal estás? He echado de menos tus manos en mi espalda relajándome y cómo me dabas de comer.- Hizo Jimin imitando a Tae.

- Ja ja ja.- Ironizó el peligris mientras iban de camino al comedor después de haberse saltado las dos primeras horas.

- Sabes que es verdad. - Apoyó Hobi, quien ya estaba al tanto de todo.

- Puede.

Las puertas se abrieron y los tres mosqueteros entraron recibiendo esa cantidad de miradas que siempre les ponían a mil.

Los ojos de de Jungkook se posaron un momento en su imagen y de repente se volvió a girar para seguir hablando con sus amigos.

Jimin, Hobi y Tae ocuparon su lugar de siempre en el comedor y observaron como Jungkook se levantaba de su mesa y abandonaba el lugar.

- Me parece que lo vas a tener un poco difícil. - Le guiñó un ojo el rubio a Taehyung.

- Joder, ya estamos otra vez en las mismas. Este chico...

- Ese chico te tiene loco.- Acabo por él Hoseok.

- No.

- Sí.

- No.

- Lo que tú digas tigre.- Se resignó el pelinaranja.

- Te molesta estar detrás de alguien en vez de ser tú el que le tienes detrás admítelo.- Le molestó Jimin gracioso.

- Tonterías. Voy a tener a ese pelinegro suplicando por mí, ya veréis.

- Puede, - Admitió Hoseok.- Pero esta vez vas a tener que currártelo un poco compañero.

Los dos mayores siguieron hablando; pero la mente de Tae se trasladó a otro lugar, al domingo por la ventana, en otro momento, con los labios de Jungkook encima de los suyos.

Igual no era verdad que se estaba pillando o igual sí, pero no iba a permitir retroceder todos esos pasos atrás de vuelta a que aquel guapo pelinegro no le dirigiese la mirada. Se iba a encontrar con él cara a cara, quisiese o no.

El peligris se pasó el resto del día intentando coincidir con Jungkook en algún momento, pero daba igual lo que hiciese que no conseguía pillarlo. Jungkook llegaba siempre primero a las clases y al estar en frente del profesor no podía hablar con él, además de que todos los primeros sitios estaban siempre ocupados. El pelinegro siempre se sentaba atrás y llevaba desde la primera clase colocándose en primera fila. Nunca había hecho eso. 

Al salir de las clases tampoco conseguía nada, por más que lo intentase, Jungkook se evaporaba cada vez que un timbre anunciaba el final de las clases. Pero no, Taehyung no iba a darse por vencido. Aquel chico que le había robado besos con sabor a natillas dos días atrás iba a tener que enfrentarse a él. No tiene suficiente instituto para huir, pensó el peligirs, no sabe bien con quien está tratando.

Los dos días siguientes fueron más de lo mismo, con aun más ganas de pillar a Jungkook en cualquier esquina, pero el pequeño siempre se la arreglaba para no encontrarse con él. Era bueno en lo de esconderse, cuando quería claro.


*

Jungkook llegó el miércoles después de recoger a su hermana a casa exhausto, todavía su padre no había vuelto. Estaba cansadísimo y tan solo llevaba tres días de semana. Cansado de cocinar, de recoger a su hermana aunque sus hyungs le facilitaran el trabajo cada vez que podían, cansado de no poder salir a correr por las noches con su perrita porque no podía dejar a Hye sola en casa; cansado de tener que evitar a Taehyung cada rato... No sabía ni porque lo hacía, probablemente porque no quería afrontarse a la realidad. 

BLACK FIRE • TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora