BLACK FIRE • TAEKOOK

Capítulo 27

-          Ahí está esa tensión que me pone tanto...- Soltó desvergonzado el peligris acariciando su perfil con la mano libre mientras la profesora estaba de espaldas escribiendo algo en la pizarra.

-          Taehyung...

- ¿Qué pasa? ¿Jeon Jungkook también se pone nervioso?- Siguió Tae disfrutando de la dulce e improvisada venganza.

Subió la mano hasta la parte más alta de sus piernas, justo al lado de su miembro, acariciándole lentamente para hacerle sufrir un poco. Disfrutando de aquel momento mientras notaba como el pelinegro comenzaba a alterarse.

-          Qué estás haciendo... - Inquirió Jungkook en un susurro apenas perceptible, como toda la conversación que estaban teniendo aquellos dos, lejanos a la clase que estaban recibiendo.

- ¿Crees que puedes provocar así a mi amigo?- Dijo Tae haciendo referencia al guiño de antes hacia el rubio.- ¿Y encima delante de mi? ¿Sin consecuencia alguna?

-          Me pone tu amigo. - Declaró Jungkook solo para poder sacarle de quicio mientras sonreía con superioridad.

- ¿A si?- Inquirió el mayor  girando su cabeza hacia Jungkook y golpeando su lengua contra la parte interna de su mejilla.

Como castigo, la mano del peligris saltó de inmediato al bulto del pelinegro, que ya estaba bastante duro. Jungkook resopló ante el contacto con aquella mano, fuerte y delgada que sabía muy bien cómo ponerle a cien. Podía hacer lo que quisiera con él, que no iba a ser capaz de resistirse.

-          A ver, que creo que no lo he escuchado bien,- Dijo Tae volviendo a ponerle a prueba.- ¿qué acabas de decir?- Sonrió maléficamente tentando los límites del pelinegro.

-          Que-me pone-muy cachondo-Jimin. - Repitió Jungkook de nuevo pero esta vez más cerca de la oreja del otro, entrando en su juego. 

Tal y como el mayor quería.

Taehyung soltó una risa socarrona mientras su mano comenzaba a moverse lentamente por la erección del pequeño, a la vez que este resoplaba y miles de escalofríos recorrían su cuerpo. Le estaba excitando un montón, le daba tanto morbo la situación de que Tae estuviera semi-masturbándole en público que solo hacía que necesitase más de aquel contacto. Era un juego peligroso al que obviamente le apetecía jugar. Él era el mismísimo Jungkook, ¿cuando había rechazado al riesgo?

-          Jungkook, ¿todo bien? - Se giró la profesora la cual desconocía el incendio que ella misma había provocado en la parte de atrás de su propia clase.

Tae apretó un poco su bulto para hacerle sufrir y para obligarle a que respondiese como él quería.

-          Sí, todo bien profesora.- Sonrió con cara de ángel aquel pequeño demonio.

-          Dios... - Susurró Jungkook con los puños apretados encima de la mesa cuando esta volvió a girarse. Su mandíbula reflejaba toda la tensión que acumulaba y la necesidad que tenía de lanzarse encima de aquel peligris.

Los movimientos de la mano de Tae se le estaban quedando muy cortos bajo la presión de la tela de aquel pantalón, quería más, necesitaba más. La sangre le llegaba con demasiada efusividad tanto a su sexo, como a su cabeza, impidiéndole pensar. 

Aquella tortura le estaba superando. La mano del mayor moviéndose lentamente mientras escuchaba su respiración agitada y aquella mirada que se desviaba de la profesora para clavarse en su propio rostro, solo le hacían pedir más.

- ¿Quién te crees Jeon Jungkook?- Interrogó el peligris moviendo su mano por encima de la polla del pelinegro con más intensidad.- Retas a todo el mundo con la mirada, ¿menos a mi? ¿Mitas como si fuese invisible...? ¿Como si no te murieses por mirarme directamente a los ojos Gukkie? - Soltó mientras empezaba a jugar con el cinturón de Jungkook para desabrocharlo y bajar su cremallera liberando el palpitante sexo de aquella pantera.