El mundo puede ser aun más pequeño de lo que uno se imagina. Incluso, dentro de los video juegos.
Nadie me creería si les digo que la persona que me desagradaba por completo en la vida, se había convertido en alguien tan indispensable para mí.
-¿Era...
Llegue a mi casa y me fui a mi habitación. Encendí la computadora y sin dudar abrí el juego, necesitaba despejar mi mente.
Una vez iniciada la sesión, empecé a buscar a mi compañero —¿hoy no se conectara? —dude por unos instantes, hasta que me llego un mensaje de la persona que necesitaba conmigo en estos momentos.
—Hola Lexie —dijo animado Reni.
—Hola, pensé que no te encontraría.
—Jaja, tuve unos problemas hoy, recién me conecto... Lo siento —dijo apenado.
—Oh, no te preocupes. Yo también me conecto recién.
Luego de nuestra charla, comenzamos a jugar. Las misiones de hoy eran un poco más difíciles, debido a que nuestro nivel era superior a la última vez, por el último trabajo que hicimos.
Al terminar las misiones asignadas con nuestro grupo, decidimos ir a dormir estaba algo cansado y mañana al ser viernes debía levantarme para ir a la escuela —por suerte, el último de la semana— pensé y me despedí de mis compañeros.
Apague la computadora y me acosté para después quedarme dormido.
Sun-jung.
El despertador sonó a las seis y media de la mañana y lo único día que quería hacer era tirarlo por la ventana, pero como sabía que mi madre no me compraría otro si lo rompía, reprimía mis deseos de destrucción.
Algunos recuerdos de lo que había pasado ayer veían a mi mente y lo único que provocaba en mi, era un estado de confusión repetitivo hacia los comportamientos que tuvo Jungkook conmigo.
Tome mi ropa y me dirigí al baño para darme una ducha. Luego de diez minutos salí y ya vestida. Volví a mi habitación y me seque el cabello. Me puse mis zapatillas, tomé mi mochila y baje a la cocina a desayunar.
Mi madre había preparado café con leche y unas tostadas.
Al terminar de comer, salí de mi casa después de saludar a mi familia y me dirigí a la escuela.
Mi caminata no era ni muy lenta, ni tan rápida. Era bastante normal y necesaria como para llegar a tiempo a clases.
Llegando a la escuela, me encuentro con Sunhee y su hermano en la puerta del establecimiento.
—Buenos días Sun-jung—dijo amablemente el pelirrubio.
—B-buenos días —contesté cortante.
—Que cara, ¿dormiste bien? —preguntó mi amiga.
—Si... Solo que... —hice una pausa— debo contarte algo.
—Jimin, charla de chicas —dijo echando a su hermano. El pelirrubio rodó lo ojos ante la actuación de su hermana y se despidió de nosotras —¿que paso? —pregunto curiosa.
Comencé a contarle a Sunhee todo lo ocurrido que había pasado el día de ayer con Jungkook y su impresión no tardo en llegar cuando le mencione lo del hospital y que mi madre lo invito a cenar.
—¿De verdad era él? —preguntó tan asombrada como yo aún lo estaba.
Asentí repetidas veces con rapidez ante la pregunta de mi amiga, mientras que esta se tapaba la boca con su mano.
—No se lo cuentes a nadie, ni siquiera a tu hermano —mi amiga hizo una seña con su mano como si cerrara su boca con un cierre y entramos a la escuela.
Llegando al salón, encuentro a mi compañero de banco sentado en su sitio hablando con sus amigos y me acerque a él para sentarme.
Ninguno de los dos hicimos contacto visual, ni nos dirigimos la palabra. Después de unos incómodos minutos, la profesora había llegado y dio inicio a la clase.
Las horas se pasaban realmente lento, mi concentración en la clase era casi nula, ya que mis pensamientos estaban dirigidos a lo que ocurrió ayer —ya basta Sun-jung, solo fue una vez no volverá a ocurrir — pensé y solté un leve suspiro, llamando sin querer la atención del pelinegro que estaba a mi lado. Nuestras miradas de cruzaron por unos segundos, haciendo que me ponga algo nerviosa, pero trate de ignorar lo ocurrido y preste mi atención a la clase —maldito suspiro— dije en mi subconsciente.
La campana se hizo escuchar y todos nos levantamos de nuestros asientos. Las chicas y yo nos dirigimos a la cafetería y mientras aproveche a despejar mi mente de todo.
Una vez sentadas en la mesa, veo que se acercaba el hermano de mi amiga hacia nosotras.
—Sun-jung ¿puedo hablar contigo? —dijo el pelirrubio.
—Eh... ¿Para que? —conteste bruscamente.
Mi amiga no evito reír ante mi contestación —no seas dura con él, se podrá mal sino —dijo en voz baja para que no lo escuchara.
Nunca había tenido mucho trato con Jimin, solo últimamente que me había traído a la escuela y hace un par de días que me había empezado a hablar. Pero antes, nunca tuvimos la intención de dirigirnos la palabra, sumando que el era parte del grupo de amigos de Jungkook.
Asentí y me levante de mi asiento para ir con el pelirrubio hasta el patio exterior.
Los dos nos detuvimos en una banqueta que se encontraba debajo de un árbol y nos sentamos en ella.
—Y... ¿Qué sucede? —pregunté algo curiosa.
El pelirrubio se veía algo nervioso, soltó un suspiro y comenzó a hablar —se que te puede parecer extraño... Pero quería pedirte tu número de teléfono, así podríamos hablar más seguido y bueno... —lo interrumpí.
—¿Por qué no se lo pediste a tu hermana?
—Pensé que sería mejor pedírtelo a ti —dijo mientras empezaba a sonrojarse.
—Uhm... Está bien —el pelirrubio extendió su teléfono hacia mi y yo lo mire.
—Anotalo aquí —dijo sonriendo —Si no es molestia... Me gustaría invitarte a salir juntos algún día.
¿Que dijo que? ¿Salir? ¿Juntos?
Primero Jungkook siendo amable conmigo, ahora esto ¿Algo más tenía que suceder?
Suspire y tome el celular de Jimin y anote mi número de celular.
—Con respecto a la salida... ¿Te parece bien el próximo sábado?
—Uhmm... Está bien —dije nerviosa.
—Quedamos así entonces —sonríe aliviado — el próximo sábado, no lo olvides.
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