Capítulo 23

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Jungkook.

Llegué a la tienda con la respiración entrecortada por correr lo más rápido que pude —años de entrenamiento para nada... Me quedé sin aire con tan solo un par de cuadras —susuré guardando la compostura y entré.

Pude ver a Hoseok en la cama y este me sonrió alegre. Moví mi mano para saludarlo y luego me metí por los pasillos en busca de Sung-jung.

Miré hacia todos lados intentando de disimular mi búsqueda, pero no la veía por ningún lado. Me acerqué a la parte de helados y tampoco —ella siempre compra helado o donas, que extraño que no la vea por aquí —  pensé mientras caminaba mirando el suelo con algo de decepción al no encontrarla, coloqué mis manos en los bolsillos y continue caminando hasta topar con una persona en frente de mi.

—Lo siento —dije aún sin mirar y me hice a un lado dándole el paso a que pudiera avanzar.

—¿Jungkook? — aquella voz femenina llamo mi atención y miré hacia su dirección. Abri mis ojos de la impresión al ver a Sung-jung, sinceramente quería sonreír porque por fin la había encontrado, pero intenté disimular mi emoción para no verme extraño.

—Hola —saludé un poco serio. Soy pésimo actor, lo admito. —¿Te han mandado a hacer las compras a estas horas? —reí levemente mientras me acercaba a la pelicastaña. La muchacha asintió y luego dirigió su vista hacia la heladera que tenía en frente de ella para tomar un pote de helado —¿Helado? —volví a reír.

—Antojos de mi madre, los detesto —se encogió de hombros. —¿Tú que haces aquí?

—Se supone que es una tienda, ¿no? —me encogí de hombros —¿que más haría? — en este caso no vine a comprar, vine a hablar contigo Sung-jung.

La pelicastaña volvió a encoger los hombros en forma de respuesta y comenzó a caminar para dirigirse hacia otro lugar de la tienda —siempre cagandola Jungkook, siempre cagandola — la miré mientras caminaba y moví mis pies un rato después para que no pensara que la estaba siguiendo.

Cuando estaba por volver a hablarle, vi que una profesora de la escuela se nos acercó sonriente —Oh Sung-jung, Jungkook. Hace tiempo que no los veía —dijo con emoción — han crecido mucho, aunque hayan pasado dos años — La profesora Juyeon fue quien nos enseñó inglés en tercer año de la secundaria, debía admitir que era una de las mejores. —Me pone feliz que esten juntos, ¿ya se llevan bien juntos, o la relación paso a mayores? — ambos nos quedamos atónitos al escuchar la pregunta de la profesora —Lo siento, ¿pregunte algo que no debí? —Trate de contestar, pero Sun-jung se disculpó con la profesora excusándose que debía regresar rápido a su casa y se dirigió a la caja para pagar lo que se llevaba.

Hice una reverencia ante la mayor y corrí tras Sun-jung. Saludé a Hobi que se había quedado mirando extraño hacia la puerta, ya que la pelicastaña estaba corriendo.

Grite el nombre de la muchacha para poder alcanzarla y hacer que se detuviera, pero esta no hacia caso —¡SUN-JUNG ESPERA, POR FAVOR! —volví a gritar. Pude ver que se había detenido en la esquina y me acerqué a ella.

—¿Qué quieres? —preguntó cabizbaja la pelicastaña.

—¿Puedo hablar contigo? —ya, esto iba a ser sin rodeos. Sun-jung me miró con confusión.

—Es muy tarde, hay que regresar a nuestras casas —menciono mientras comenzaba a caminar. La detuve sosteniendola del brazo e hice que se parara en frente de mi.

—Quería disculparme contigo, por haberme comportado como un idiota y además, por haberte ignorado todo estos días —logré soltar con sinceridad.

—Como digas, se me derrite el helado — la chica aún seguia sin mirarme y volvió a darme la espalda.

—Sun... —cuando iba a llamarla, las gotas de lluvia comenzaron a caer sobre nosotros. Maldije el pronóstico que no había avisado la lluvia de esta noche y bufé con frustración. Observé a Sung-jung y vi que trataba de cubrirse la cabeza con la bolsa; corrí hacia ella y me quite la sudadera que llevaba puesta y se la coloque encima.

—¿Q-que... —La interrumpí.

—Te cubrirá más que esa bolsa —Sonreí ladino.

—G-gracias...

Asentí y acompañe a Sung-jung a su casa. La lluvia era cada vez más fuerte y ambos estabamos realmente empapados.

Ya en la puerta de su casa, me despedí de ella y comencé a caminar, pero esta me detuvo sujetando de mi playera.

—Será mejor que entres, hay mucha lluvia y puede ser peligroso que estés solo en la calle en estos momentos —dijo con un leve color carmesí en sus mejillas.

—No vivo lejos, estaré bien —reí leve, pero ella volvió a insistir. La puerta de su casa se abrio y vimos a su madre del otro lado.

—Oh, gracias al cielo estas aquí —dijo acercandose con preocupación a su hija —Entra ya —le ordenó, cuando se iba a dar vuelta me vio y abrió los ojos con sorpresa —¡Jungkook! Entra niño, te vas a enfermar abajo de la lluvia — soltó con insistencia. Sin más remedio, acepte y entré a la casa. Sun-Jung me lanzó una toalla y la tomé para secar mi cabello. —Ve ha darte una ducha querido —dijo la madre detrás de mi.

—Pero no tengo ropa de más — dije avergonzado.

—Buscaré algo que te pueda quedar de mi esposo, ahora ve — sonrió amablemente —pondré tu ropa mojada en la secadora para después —asentí y le agradecí.

La madre de la pelicastaña me entregó un par de toallas y me entregó algo de ropa para que me pueda colocar después. Deje mi ropa mojada en un banco que estaba cerca de la ducha y comencé a bañarme.

Luego de diez minutos, ya que no queria tardar tanto en una casa ajena, salí del baño ya vestido con mi ropa en las manos y busqué a Sung-jung o a su madre para preguntar en donde estaba la secadora.

Ya una vez que puse mi ropa a secar, me acerque a la cocina y le agradecí nuevamente a la madre de Sung-jung.

—No hay de qué —sonrió amablemente. —¿Ya has cenado? —Con toda la corrida de hoy había olvidado cenar. Negué con la cabeza algo avergonzado y la mujer rió levemente — Entonces espero que te guste lo que estoy haciendo. Hice un poco de té, ¿quieres?

—Esta bien —Sonreí levemente y me dio una taza. Le agradecí nuevamente y Sung-jung había aparecido después de su baño.

—Eso huele muy bien —dijo la pelicastaña — muero de hambre.

—Ya le falta poco, preparen la mesa —ordenó la mayor.

Ambos hicimos caso y Sung-jung tomó los platos junto con los vasos, mientras que yo tomaba los cubiertos. Su madre colocó la comida en la mesa y todos nos sentamos a comer.

La cena fue algo silenciosa, hasta que la madre volvió a hablar.

—Jungkook, tu ropa tardará en secarse ¿por qué no te quedas esta noche?

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🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥 SE VA PRENDIENDO LA COSA GENTE!!!! ❤️

Espero que les guste mucho el cap ❤️

Recovery || ❁《Jeon Jungkook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora