Alfa

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POV Omnisciente

Todo pareció darle vueltas cuando sus ojos se volvieron a abrir, la habitación era iluminada por una pequeña lámpara que parecía apenas funcionar, la luz parpadeaba algunas veces. Miro la habitación con atención, buscando cualquier movimiento o indicio de la presencia de alguien más.

No recordaba que había sucedido después, tal vez Mike la había drogado para perder la conciencia. Respiró con pesadez, su cuerpo estaba empapado en sudor, seguía teniendo esa chamarra en su cuerpo. Miro sus manos amarradas y giró su cuerpo para poder destaparse, la habitación estaba muy calurosa.

Sintió un tirón en su cuello, podía sentir el ardor que la mordida en su cuello causaba, estar lejos de Kara le estaba afectando de una manera muy dolorosa. Su visión se desenfoco y su cabeza volvió a darle vueltas, sus muñecas y tobillos le dolían por las cuerdas que constantemente se friccionaban con su piel.

Escucho pasos al otro lado de la puerta, la manija se movió por unos segundos antes de detenerse por completo, pero nadie entró a la habitación.

—Tengo que salir de aquí.—Se retorció en la sábanas.

Su marca volvió a doler—Kara.—Gimió bajo.

—Veo que despertaste—Mike entro con una bandeja en su manos, en su rostro estaba plasmada una sonrisa que solo le causaba ansiedad.

El dejo la bandeja en el mueble a lado de la cama, contenía un plato hondo con lo que paresia era sopa y un vaso con agua. Giro su cabeza al lado contrario al de él, no quería mirarlo, hacerlo solo le darían ganas de vomitar. El colchón se hundió, con una mano en su barbilla logro que ella lo mirara con los ojos brillosos.

—Todo va a estar bien Lena, conmigo estarás a salvo.—Con suma delicadeza el acaricio una de sus mejillas. Lena no pudo contener una lagrima que el intercepto con su dedo—No dejare que nada malo te pase—Ella alejo su cabeza pero el la sujeto con fuerza—Lograre deshacerme de Kara y te tendré a ti de premio, al menos por un tiempo, si es que logras sobrevivir sin ella.

—Aléjate de mi—Lena le escupió en la cara—Ella va a encontrarme y te hará pedazos y nadie va a detenerla porque te lo mereces desgraciado.

Mike soltó una carcajada, alejo su mano de Lena solo para tomar el plato—Mira, te traje sopa caliente, necesitas comer, estas perdiendo mucha energía por esa estúpida marca. Siéntate.

—El perro eres tu.—murmuro por la orden.

—¿Qué fue lo que dijiste?—Sin haberle contestado, Lena tomo impulso con sus pies y se sentó.

—No tengo hambre.

Mike negó con la cabeza y acerco la cuchara a sus labios—No te pregunte si tenías, la marca te esta drenando la energía y aquí no hay nadie que pueda ayudarte a quitar el dolor, así que copera y abre la boca. 

Lena rodó los ojos pero los hizo, se estaba muriendo de hambre. Había pasado muchas horas sin tener nada en el estomago y su cuerpo comenzaba a quejarse. 

Cuando el plato estaba medio vacío y Lena le ordeno que ya era suficiente, él dejo de molestarla con la comida, pero no abandono la habitación. Solo se dedico a mirarla como alguna clase de psicópata, ella siguió rogándole que la soltara pero él solo se reía de ella, sabiendo que sería en vano y solo estaba gastando su voz.

Lo que siguió a continuación era como una tortura para la chica cautiva. Mike hablo como media hora sobre cosas sin sentido, como si estuvieran teniendo una conversación fluida entre los dos.  Lena solo miraba hacia la pequeña ventana que había en la habitación, una ventana tapada con una cortina negra. Ella cerro los ojos hasta que la voz de Mike solo se escuchaba como un murmullo, comenzó a respirar con calma mientras contaba. 

Eres mía y yo tuya (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora