Quemados

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POV Lena

Un sonido un tanto irritante hizo que abriera los ojos y me levantara, el sonido venía de mi celular, era mi alarma. Mire hacia mis lados recordando lo que había sucedido, había tenido que irme de la casa de Kara para que sus padres no se dieran cuenta de la presencia de una chica extraña en su hogar. Kara había insistido en acompañarme a casa pero le había insistido que se quedara o si no sus padres se darían cuenta de que algo extraño estaba pasando.

Llegue a mi casa un poco tarde, mis padres no estaban, mi madre no se había molestado en dejarme una nota, aunque fueran descuidados conmigo y no me pusieran la atención que deberían se me hacía raro ya que mi madre siempre me dejaba alguna nota para decirme que llegaría tarde y que tenía comida en la nevera.

Deje de darle vueltas al asunto, seguro se le había olvidado y no era nada importante. Cerré la puerta con llave y subí a mi cuarto para empezar hacer los deberes y dormir, al principio me costo, pues no podía dejar de pensar en lo que había sucedido con Mike, luego me puse los audífonos con música a todo volumen, tratando de callar mis pensamientos. Pero como siempre no pude hacerlo y comencé a pensar en Kara, en como había ido tras Mike para dejarlo en su lugar y como me había llevado a su casa solo porque no me sentía segura estando en el instituto, también en lo suave que eran sus labios y como me había besado.

Y así es como había caído dormida, pensando en Kara, siempre era ella.

Tome mi celular apagando la alarma, abrí mi puerta agudizando mi oído para ver si escuchaba a alguno de mis padres pero no había sonido alguno.
Después de haberme bañado y cambiado baje las escaleras y me acerqué a la cocina, había huevos revueltos con tocino en la estufa.

—Por lo menos no dejarán que muera de hambre—murmure para mi misma.

—¿Quien no dejará que mueras de hambre?—El sonido de la voz de mi padre hizo que diera un pequeño salto en mi lugar—No quise asustarte.

La mire sorprendida, él nunca se quedaba para desayunar, todo el tiempo estaba en el trabajo, su vida era el trabajo.
Tomó un plato y se sirvió, luego me sonrió y sirvió otro plato, los llevo a la mesa y me pido que lo acompañara.

—¿Cómo te a ido en el instituto?—se llevo el tenedor a la boca mientras me miraba.

—Am... todo va bien.

—¿Ya tienes amigos?—Su curiosidad por lo que sucedía en mi vida me daba un poco de miedo, tal vez seguía dormida y este era una clase de sueño.

—Algo así.

—Me alegro por ti.

El desayuno continuó en silencio, solo los dos comiendo y nada más. Él se despidió y me dijo que me veía más al rato, no quise preguntarle por mi madre ya que seguramente rompería el hechizo que tenía hoy.

Tome mis cosas y me dirigí al instituto. Cuando llegue todavía faltaban unos minutos para que mi clase comenzara y había varios chicos en los pasillos. Estaba tranquila hasta que el pensamiento de encontrarme con Mike hizo que mi respiración se volviera pesada, había pensado en esa posibilidad miles de veces en la noche de ayer, pero lo había olvidado con lo extraño que se había comportado mi padre.

Estaba volviéndome paranoica, sentía que todos me miraban y no sabía si de verdad estaba sucediendo o solo era mi cabeza jugando conmigo.
Llegue hasta mi casillero mirando hacia mis lados de vez en cuando. No había hablado con Winn y no sabía si él seguía teniendo mis cosas, lo único importante que tenía en la mochila era mi libro de matemáticas de ahí en más solo estaba mi lapicera.

—¡Lena!—Hablando de Winn—¡Aquí estas!—venía corriendo con mi mochila en mano—¿Dónde te habías metido?

—¡Gracias a dios tú la tienes!—Me extendió la mochila y yo la tome.

Eres mía y yo tuya (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora