Camila

En casa

Lauren

No comprendía como pudimos alargar una charla por tres horas, mi movil había sonado una vez, de hecho un mensaje alertando que Brenn se acababa de ir con una chica, se había ido sin mi, era tarde y el quería pasar otro tipo de tiempo, mi auto seguía estacionado en su lugar así que no me importo mucho dejarlo marchar con alguien, es se encontraba bien, en alguna habitación.

-Supongo que fue difícil para ti salir de tu país y luego quedarte aquí.

-Alejarme de mi familia y muchos amigos, aunque te digo, vivi un par de años aquí en la ciudad, no es como si fuera un lugar desconocido para mi.
Sonrió genuinamente y por primera vez me di cuenta de lo poco cómoda que podría estar en la arena, el viento resultaba cada vez más frío. Apreté la chaqueta ligera que llevaba y percibí la corta reacción de su piel.

-¿Tienes frío? Pregunté interrumpiendo su explicación.
Se encogió de hombros para no darle importancia pero con decisión quite mi chaqueta y la ofrecí para que la pusiera sobre sus hombros.
-Podríamos refugiarnos dentro de la casa de playa o...diablos ¿Has visto la hora?
Por dios. Si era mucho tiempo y apostaba a que mi padre se enteraría de todo, iba a cruzar la puerta del departamento después de las 3 am.

-No es tan tarde, 2:30 resulta temprano para mi, pero...si tienes que irte lo entendería, yo buscare a Vanessa, debe estar con el resto.
Sé puso de pie y abrazó la chaqueta. -Gracias por cubrirme, venga te acompaño al auto.
Camine a su lado sin decir nada, se había creado un silencio un poco incómodo, lo cual era raro, la conversación que tuvimos era suficiente para saber mucho la una de la otra y ahora el silencio se apoderaba de todo. La miré de perfil buscando a su amiga entre las pocas personas que permanecían ahí. Saludó a un par y finalmente se detuvo con un grupo más grande, todos me miraron. No tardo en pedir información y enterarse que su amiga se había ido hace media hora. Se sorprendió y escuché un poco de sus planes para viajar con uno de los chicos, desde luego estaba ebrio y se miraba desconfiado. No podía permitir que fuera con el, no iba a sentirme bien. Las palabras salieron solas.

-Camila, yo puedo llevarte.
Los chicos alrededor me miraron sorprendidos de que yo hablara.
Ella se giró sonriendo y asintió. Se despidió de esas personas.

-¿Segura que puedes hacerlo?

-Si por supuesto, no he bebido como tus amigos y....
Intenté aclarar.

-No Lauren, me refiero a la distancia y el tiempo que debas usar para llegar a el lugar donde vives. Aclaró su garganta y me siguió entre la arena al lugar de estacionamiento. Ahí todavía quedaban algunas parejas besándose y haciendo otras cosas, eso también me hizo sentir incómoda.

-Por supuesto, te llevaré a la casa de tu mamá.

-No, en realidad dormiré en mi casa, mi madre se enfadaría si se da cuenta de la hora en que llegue.
Asentí y solté la alarma del auto. Mi reacción fue ayudarla a subir al auto y luego refugiarme en el lugar del conductor, para entonces su cinturón de seguridad estaba colocado y sonreía hacía a mi.
Comenzamos el recorrido en silencio, hasta que subí la música un poco, entramos a la ciudad en un corto rato y seguí las indicaciones que me dió.

-¿Entonces te quedas en esa otra casa?

-No la uso seguido, normalmente me quedó con mi mamá y la abuela, pero hoy no quiero tener una pelea con mi mamá ¿Tu tendrás problemas?
Negué.

-No creo, esto...bueno no van a ser severos, solo pasare unos días sin salir de noche.
Camila soltó una risita divertida, y entendía por que, yo nunca salía de esa forma así que lo que me impusieran no me afectaría en nada.

-Me gusta pasar el tiempo contigo Lauren Jauregui. Su tono me hizo estremecer y sentir su mano posarse levemente sobre mi muslo, su contacto me distrajo y a la vez me sorprendió que frene de forma abrupta en el semáforo.
-No imaginaba que tendríamos tanto de que platicar y eres muy divertida ¿Seguirás pasando tiempo conmigo verdad?
Sus ojos cafés me miraron fijamente y yo no pude hacer otra cosa más que asentir.
Quería pasar mucho tiempo con ella, conocer totalmente sobre Camila.
Llegué frente a su casa pasadas las 3 am y ella soltó el cinturón de seguridad. Para luego girarse un poco en el asiento.
-Gracias por ir a la fiesta, pasarla conmigo y traerme.
Miré por la ventana la casa donde iba a quedarse, me lo había mencionado en alguna parte de la noche, sobre la casa que ella misma había comprado pero que no usaba frecuentemente. Camila mordió su labio inferior esperando a que yo dijera algo.

-No es nada, te agradezco por la invitación. Nerviosa comencé a jugar con la orilla del cinturón de seguridad. -Espero seguir pasando tiempo contigo, desde luego...ser amigas.
Camila se movió de forma extraña en su lugar y miro de frente al auto, yo esperaba que estuviera viendo algo pero no fue así. Se tenso y yo no lo entendí en ese instante.

-Claro, bueno será mejor que entre para calentarme un poco y tu puedas irte, nuevamente te agradezco y hablamos por mensaje ¿Te parece?
Asentí apresurada. Su fragancia se sintió más fuerte cuando se acercó a mi y dejó a un suave beso en mi mejilla. Yo me aceleré pero intente hacer que pasará desapercibido, antes de abrir la puerta y salir.

La miré demasiado, cada gesto, cada movimiento que hizo para estar dentro y despedirse con un leve movimiento de mano.