Camila

Primer paso

Camila

Mande un mensaje a mi madre, no tenía muchas ganas de hablar. Prefería mantener esa burbuja con Lauren, donde fingía no saber nada de lo ocurrido.
Ella me ayudó mucho. Pero diablos, ese maldito recuerdo tenía que arruinar la siesta. Me abracé cuando otro trueno se escuchó por lo bajo.
Segundos después tuve a Lauren tocando la puerta del baño.

-¿Estás bien Camz?

-Si, salgo en unos segundos.
Imaginaba su carita preocupada del otro lado.
Salí del baño y con una risita me lancé a sus brazos casi haciéndonos caer.
Ella también rió.
Fue uno de esos momentos en que ninguna podía dejar de sonreír. Un beso, y luego otro, nos hicieron retroceder hasta la cama y recostarnos de nuevo. Con mi mano en su cuello, ella tomando mi cintura por un costado y un poco, pero muy poco de distancia.
Mordí su labio inferior y ella se separó.

-¿Te lastime?
Negó. Fruncí el ceño y Lauren de inmediato llevo su mano hasta la frente para relajarme.

-Fue muy lindo, cariño.

-¿Muy lindo? ¿No quisiste decir otra cosa?
Levanté mis cejas juguetona. En la oscuridad que nos envolvía no podía ver sus mejillas enrojecidas.
De pronto fui tan consciente de como su mano daba un masaje sobre mi piel en la cintura y realmente me sentí excitada.
Lauren aclaró su garganta y volvió a dar un beso en mis labios.

-Puedo hacer algo por ti.
Quise decirle algo pero con otro beso y la sorpresa por su propuesta, no pude hacerlo. Aunque tuviera esa cara de ángel, con timidez, ella deseaba tocarme y realmente me hizo querer tenerla sobre mi. O abajo, no importaba. Por unos minutos me permití imaginar un millón de escenarios de como hacerlo con Lauren. También me asustada que iba a ser la primera y dios, eso me hacía desearlo muchísimo. No me sentía experta en el sexo pero estaba segura de que nadie se aburriría de mi. Especialmente mi novia.
Necesitaba verla llegar a un orgasmo, mientras yo estuviera entrando en ella o, por dios. Luego vinieron esas imágenes donde usaba algún dildo. Mordí mi labio inferior y Lauren esperaba a que dijera algo.
Ni siquiera recordaba por que estaba tan triste, ella me hacía cambiar de humor de la nada.
Tocó mi barbilla.
-Si tu me dices como.
Yo reí bajito.
-¿O no quieres?
Fue mi turno para callarla y comencé un beso intenso.

-El primero paso es besarnos.
Sentí como se tensaba en el momento en que me senté sobre su abdomen y me agaché para llegar a sus labios. Nos besamos. Tal vez era el beso más largo que nos dábamos y dios, el calor aumentó en la habitación. No tendríamos sexo por supuesto, no entendía como nacía esa idea, pero de pronto creí que ella merecía su primera vez en un ambiente diferente, una cama con sábanas blancas suaves, pétalos por todas partes, velas, vino, tal vez en una playa o con música baja.
Sonreí en medio del beso.
El único paso que daríamos hoy era que perdiera un poco la timidez y me tocará donde quisiera. Sobre la poca ropa que llevaba o debajo, lo que fuera, estaba segura de llegar a un orgasmo muy rápido. Lauren me ponía mucho.
Besé su cuello y se quejó. Al separarme vi sus ojos abrirse y estaba inquieta. Me senté aún en su abdomen y le pedí lo mismo. Levantó su pecho hacía a mi y mi cara quedó un poco más elevada.
-Puedes besarme el cuello. Asintió y tuve sus labios húmedos dejando besos tímidos entre mi cuello y mis pechos. Tenía mucha calor. Con una de sus manos apretó mi cintura y con la otra acarició mi cabello ¿Era que no tenía experiencia? Pues lo estaba haciendo muy bien.
-Baby. Se detuvo para mirarme y yo bajé uno de los tirantes de mi sostén para que dejara besos también ahí. Suspiró con pesadez y creí haber gemido. Con su otra mano bajo el otro tirante y dude un poco si se atrevía a quitarlo de una vez. Pero se detuvo para besarme.
Iba a comenzar un movimiento leve pero algo comenzó a molestarme algo en su regazo.
¿Era la sábana?