En su piel

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Camila

Apreté mis manos en sus brazos. Era capaz de sentir cada espacio de piel en que se rozaba su cuerpo. Cada poro, cada marca que mis uñas iban a dejar sobre su espalda también.
Abrí los ojos por un instante. Lauren me miraba con algo que no podía describir. Provocaba que mi corazón que acelerara a tope y mi cuerpo se extendía en calor. Creía que me iba a derretir en cualquier momento. Movía sus dedos dentro de mi como si tuviera mucho tiempo haciéndolo.
Me asusté. Me aterré demasiado por la última palabra que había pronunciado.
Nunca en mi vida había tenido esa necesidad de decírselo a alguien. Pero Lauren derribaba todas mis fuerzas. Todo.
Solo bastaba con tener sus manos en mi y todo se volvía un caos.
Alcance sus labios en un movimiento y la besé con necesidad. Tuve que detenerme cuando encontró un punto dentro de mi que me hizo mover mi cabeza hacía atrás. Apretar mi agarre y cerrar los ojos con necesidad.

-Camz. Dijo en un quejido y comenzó a besar la piel de mi cuello.
Sentía como se contraían mis paredes y como Lauren aprovechaba cada segundo para hacerme sentir más húmeda. No podía más. Apretó mi cintura y penetro con sus dedos a un ritmo más rápido.
No podía hablar, sentía que me faltaba el aire y en buen momento decidí mirarle de nuevo. Sus ojos verdes no me perdían de vista. Atraje sus labios a los míos y solté un grito cuando me contraje por completo. Mi interior retuvo con espasmos sus dedos y finalmente me relajé.
Lauren recorrió mis mejillas con besos y respiro profundo mientras yo intentaba normalizar mi respiración y recomponerme de un increíble orgasmo. Mi cara se sentía todavía caliente y era tan placentero sentir su cuerpo sobre el mío.

-Eres tan hermosa.
Sonreí como boba. No sabía que decirle.
-Siento que voy a explotar. Admití.

-No lo hagas. Susurré cansada.

-Te quiero demasiado.
Salió de dentro mío y gemí sin poder evitarlo. No quería sentir la ausencia de sus dedos, de su tacto. Pero con cierta pereza se giro en la cama y se recostó a mi lado con su mano entrelazada en la mía.
Miré el techo y ella me miró a mi todo el tiempo.
-¿Qué pasa?
Sabía que mi mente rondaba demasiado que estaba meditando algo.
-Puedes decírmelo sin problema.

-Quiero abusar sexualmente de ti.
Solte bromeando y las dos terminamos riendo a carcajadas. Al menos eso disipó la tensión que sentíamos. Yo por querer soltar algo de golpe y ella probablemente por seguir sonrojándose al darse cuenta de lo que había hecho.
-¿Tienes algún comentario?
Lauren suspiró profundamente.

-Pensé que...bueno, hacer esto contigo sería difícil pero...no sé...

-Que es especial, ya lo sabemos.
Me giré de costado y para evitar que se sonrojara más. Alcance la sábanas para cubrirnos.
La miré con adoración y Lauren hizo lo mismo. Un beso, luego otros dos y cuando estuve a punto de decirlo...

-Es suficiente chicas, deben salir de la habitación, tengo que bañarme, tomar mi ropa de ahí dentro y dejar de escucharlas tener sexo.
Nuestro amigo grito desde el pasillo. Agradecía que Lauren bloqueara la puerta.

Lauren

Una hora después Camila iba tomada de mi mano y caminábamos hacía la playa.
Después de cambiarnos en tiempo récord y acomodar la cama. Dejamos a Brennan conseguir su ducha y llevamos nuestro desayuno a la cocina. Comimos entre sonrisas y la verdad era que me sentía tan cómoda. Como cuando ella limpiaba lo que usamos para la comida y de la nada me nacieron las ganas inmensas de abrazarla por la espalda y besar su hombro.
Ella soltó una risita coqueta y yo salí para poder tomar un baño.
Ni hablar de las bromas molestas de nuestra situación por parte de Brenn. Se encargaba cada 30 minutos de hacerme sonrojar.

-¿Quieres montar en moto baby?

-Quiere montar en ti. Dijo Brenn pasando a nuestro lado y golpear mi culo. Era un idiota bien hecho.
Camila simplemente ignoró sus bromas y se dedicaba a solo tomar mi mano. Besarme la mejilla y los labios cada que podía.

-Eres muy dulce Lauren ¿Que quieres hacer?
Disfrute cada segundo en que mis pies tocaban la arena y los rayos del sol golpeaban la piel morena de su espalda. Camila se miraba increíble con ese bikini tan corto. Era imposible no mirarla.

-Podría surfear un rato ¿Quieres intentarlo?

-Descartado. Contestó recordando la escena de ayer.
-Me asuste mucho cuando no salías del agua y créeme que aún estoy molesta contigo por eso.

-Estaba bien.

-Admite que te ibas a ahogar.
Me sentenció.

-Cam...

-Dilo. Rodé los ojos y se plantó frente a mi. -Lauren. Usó su dedo para dar un pequeño toque en mi pecho, tratando de hacerme confesarlo.

-Esta bien, Brenn llego a salvarme.

-No quiero que vuelvas a intentar algo tan arriesgado ¿Bien?
Asentí y lo sellé con un beso corto en sus labios. Seguimos caminando hasta alejarnos un poco del resto.
Para su tranquilidad simplemente decidimos entrar al mar, sin arriesgarnos a las olas. Se trataba solo de tenerla enganchada en mi cintura, mantenernos flotando y besarla con desesperación.
No llevaba la cuenta pero apenas pasaba el medio día y nos habíamos besado como nunca.

- ¿Tienes frío? Pregunté al ver su piel erizada. Acaricie sus mejillas y miré sus ojos brillar por la luz del sol. Me sentía tan conectada a ella ahora mismo, que me daba miedo apartar mis ojos de los suyos.
Negó divertida.

-Creo que solo me lo provocas tu ¿No deseas quedarte un día más aquí? Me da algo de pena dejar el lugar hoy por la noche.

-Tenemos que regresar. Admití. Debía trabajar al día siguiente.
-Pero de verdad también quisiera quedarme otro día más, contigo.

-¿Seguirás trabajando con el Dr. Smith?
Asentí y besé su hombro. Sus manos rodearon mi cuello.
-¿Y ese departamento?
También asentí y ella se quejó.
-Podrías mudarte con nosotros.

-Tu madre se negaría.

-Pero es mi casa, además no veo nada de malo. Yo reí. Desde ese instante podía leer sus verdaderas intenciones.
Ella siguió a mi risa y puso una cara de lo más pervertida.

RECOMIENDEN QUE LEER. FELIZ DOMINGO

CamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora