Mejor que el primero

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Camila

Un tibio susurró en mi oído me hizo despertar.
-Camila.
Abrí los ojos perezosa y miré el lindo color verde de inmediato. Sonrió dulcemente y me ayudó a levantarme.
-Ya subí a Brennan en el auto, aunque no se si deba llevarlo a casa con Miriam, se enfadará si lo ve así, ¿Estás bien?
Preguntó cuando no tuve otra reacción más que estar de pie medio dormida y sólo mirar sus labios. No puse mucha atención a lo que decía.
Reaccioné asustada y asentí.

-Pueden quedarse en mi casa, tampoco es buena idea ir a casa de la abuela, es muy tarde. Lauren tomó mi mano para guiarme hacía la salida, diablos el lugar lucía hecho un desastre, apostaba a que Brenn terminaría con un castigo por todo. Me sorprendía que a estas alturas estuviera consciente y tomada de la mano de Lauren. Ella definitivamente lograba hacerme sentir mejor o querer ser mejor, el alcohol y la fiesta pasaban a segundo lugar.
Tropecé un poco y ella me sostuvo.
-¿Estas mareada?
Yo reí.

-Solo un poco torpe por despertar, ni siquiera me excedí en bebida. Soltó una risita ronca y seguimos caminando.

-Tienes razón, oye ¿Segura de que no te molesta tener a Brenn en tu casa?
Sostuvo la puerta del auto para que entrara.

-¿Tu te vas a ir?
Abrió sus ojos de golpe y me miró con duda.
-No habrá problema si los dos se quedan, a eso me refería.
Aclaró la garganta y solo hizo un gesto de timidez.

-Esta bien, venga entra comienza a hacer un poco de fresco.
Una vez dentro miré a Brenn en el asiento de atrás, completamente dormido y soltando un ronquido gracioso. Lauren subió segundos después y reímos del estado de Brenn. Nos tomamos el tiempo para tomarle fotos y una selfie para molestarlo mañana.
No se como lo hicimos pero sacamos a nuestro amigo del auto y caminó medio despierto sosteniéndose de ambas. Cayó en el sofá de la sala y no se quejó. Finalmente durmió con comodidad. Lauren se quedó de pie a un lado de la escalera cuando la tomé de la mano para ir a mi dormitorio.

-¿Que pasa?

-Creo que no es correcto. Yo sonreí y la tomé de nuevo sin permitir que retrocediera. Puso resistencia los primeros escalones luego se rindió. La empujé para que terminara de entrar a donde dormiríamos y cerré la puerta.

-Ya dormimos juntas una vez, te daré ropa ¿Esta bien?
Lauren solo caminó a la cama para sentarse y esperar.
Entre al armario para buscar algo, tenía muy pocas cosas aquí pero habría algo que podría usar. Miré la playera corta que usaba yo usualmente. Mis pensamientos vagaban en la dulce Lauren que aún seguía en el mismo sitio. Reí para mi misma y tuve una idea. Le di la ropa para cambiarse y le mencioné que yo haría lo mismo en el armario. Con intención deje la puerta medio abierta y comencé a desvestirme, segura de que ella podría mirarme desde donde estaba. Lauren había terminado antes que yo. Y ahora con descuido me coloqué en un ángulo perfecto para que no pudiera perderme de vista. De espaldas a la puerta quite mi sostén. Con solo bragas coloqué la playera y agarré mi cabello en una coleta. Salí descalza hasta la cama.
Lauren estaba sonrojada y me di el tiempo para asegurarme de que lo había visto todo.
Ahora seguía otro movimiento. Miré la playera larga que le di para dormir y los pantalones de chándal que tenía puestos. También había sujetado su cabello. Hice un recorrido lento y Lauren se puso aún más tímida.
-Entra a la cama, iré a lavar mi cara. Lo hizo torpemente.
Cuando regrese estaba dentro de las sábanas y miraba sus manos distraída.
-Dios estoy realmente cansada, creo que ya va a amanecer.
Asintió y se acomodó para dormir casi cubriendo también su cara. Yo sonreí. Ella miraba el techo y yo me giré de costado para mirar su perfil. Tragaba con dificultad y nerviosa por tener mi mirada en ella.
-Lauren.

-¿Hmm? Cerró los ojos.

-¿Qué te sucede?

-Nada, también estoy muy cansada, solo pensaba en que mis padres se molestarán cuando no regrese al departamento.
No me había puesto a pensar. Bueno, estaba segura de que de alguna forma ellos estarían disculpándola, Lauren era la chica más atenta y responsable que conocía.

-Solo duerme y no pienses en eso, ya más tarde vemos que podemos hacer ¿Si?
Por fin abrió sus ojos y me miró fugazmente. Con intención comencé a moverme más cerca de ella. Lauren entró en pánico, juraba que casi para querer saltar de la cama. Espere un rato para que se relajara y luego puse mi mano en su abdomen sobre la cubierta.
-¿No quieres acurrucarte?
Hice una mirada dulce y un puchero. Lauren me miró de nuevo pero no se movió.
-No hago nada, ni siquiera me muevo mientras duermo.
Por fin la hice reír. En breves segundos Lauren se acercó a mi y aceptó que recargara mi barbilla al costado de su hombro. Puso su mano sobre la mía en su abdomen y cerró los ojos.

-Descansa Camila.
Pensaba que era lo último que iba a decir pero continuó.
-Estaba preocupada por cómo iría esta noche...quiero decir, estaba resignada a no verte o recibir un abrazo tuyo, hasta que te vi ahí me di cuenta de cuanto lo anhelaba, muchas gracias por la sorpresa y tu compañía, de verdad.
Dios mío. Me encantaba la forma en que decía todo, con tranquilidad, cuando realmente era necesario, con ese tono en su voz tan peculiar, su aroma dulce y una sinceridad para derretirse. No resistía y levanté mi cabeza para poder mirar sus ojos. Ella sonrió y le correspondí.

-Te extrañaba. Dije sin querer. Pero no podía retractarme. Había algo en el fondo de mi mente que me hacía soltar todo. -También quería abrazarte, disculparme y...bueno contarte mi intención, de verdad espero que esto funcione para las dos ¿Me lo vas a permitir?
Lauren asintió.
-Bien, baby ¿Algo más antes de dormir?
El corto sobrenombre había salido también sin querer, sólo necesitaba llamarla así para dejar salir todo ese calor que guardaba en el pecho desde que había tomado mi mano toda la noche.
En silencio nos miramos y quería que dijera algo más, eso que no soportaba mantener en sus labios. Lauren pensaba demasiado antes de decírmelo. La miré con suplica esperando algo realmente cariñoso o una simple sonrisa pero desde luego todo tomaba un rumbo diferente cuando estaba cerca de ella.

-¿Puedo besarte?
Dijo con cierta duda y luego miró al techo otra vez. Mi corazón se disparó de inmediato. Había logrado dejarme sin palabras. Me asusté. Estaba asustada, no pude responder rápido por que no entendía lo que sentía.
Apreté nuestro agarre y bese su mejilla.

-Si. Susurré aún con mis labios en su piel. Rodó a su costado y quedamos tan cerca que sentía el roce de mi nariz con la suya. Me miró por un largo rato. Su mano subió hasta mi barbilla para comenzar una caricia.
Ella se tomó su tiempo ¿Cuántas personas realmente hacían eso? A mi no me había pasado, con nadie. Lauren era alguien tan diferente, tan cuidadosa ¿Yo estaba respirando? No podía decir nada, solo escuchaba mis latidos en los oídos realmente fuerte ¿Era posible? Sus dedos dejaban un pequeño cosquilleo por donde pasaban, un calor que viajaba por todo mi cuerpo, no deseaba tener algo más, sólo sus labios sobre los míos. No me importaba tener que esperar mirando el color de sus ojos.
-Eres tan hermosa Camila.
Suspiré profundo y cerré los ojos. Me gusto mucho escucharla.
Finalmente su dedo pulgar rozó mi labio inferior y luego sentí su aliento chocar con el mío. En un beso suave, conmovedor y único. Era diferente, era mil veces mejor que el primero. Con mayor seguridad y lleno de cosas que no podía explicarme.
Miré un montón de luces y correspondí el beso tan lentamente. Como si quiera quedarme en ese estado por mucho tiempo. Su mano jugaba con mi cabello mientras movía sus labios sobre los míos.
El beso se detuvo cuando suspiré sin poder contenerme ¿Fui yo? No pude abrir los ojos de inmediato. Me sentí un poco avergonzada. No sabía realmente donde estaba, no quería salir de ese instante tan cálido.
-¿Ya te dormiste? Preguntó en voz baja después de un rato.
Yo respiré profundo y levanté mis párpados. Por dios. No entendía como un beso tan inocente y suave, tan breve, me había dejado soñando. Por dios Lauren. Grité en mi cabeza.

-Sólo me sentí muy relajada.
Dije apenas. Asintió queriendo coincidir con mis pensamientos.

-Duerme. Susurró dejando un pico suave en mis labios y no recuerdo haber dicho algo más, sólo cerré los ojos y me acomodé muy cerca de ella.

CamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora