Camila
Entre a casa con dudas. No había podido dormir después de la llamada con papá. Me sorprendía, de la nada se convirtió en el padre preocupado y comprensivo. Arranque de mi mente todo lo negativo. Es por el bien de ambos. Pensé.
Caminé hacía el pasillo de la entrada y traté de ser silenciosa.
A cada paso me costaba respirar más. Todo el peso en mi pecho. El nudo en mi garganta, quería que se fuera. De verdad quería sentir un alivio, poder entender a Ryan, perdonarlo.
No sabía que hacer.-Camila.
Mi madre me miró preocupada y caminó a prisa para abrazarme. Besó mi frente. Mis mejillas y me apretó demasiado.
-No sabía que hacer, cariño, perdón por presionarte así. Respiré sobre su cuello y nos separamos. De inmediato limpió mis mejillas por las lágrimas recientes.
-Solo quiero que lo escuches, que puedan solucionarlo.-Esta bien mamá. Le di una sonrisa triste. -Estoy aquí por algo. Asintió y me dejó pasar. Ryan miraba la televisión cambiando los canales con desinterés. La abuela leía un libro en la otra esquina y el ambiente era cálido. Demasiado familiar. Recordándome la cantidad de veces que hacíamos esto en vacaciones, antes de que comenzáramos a tener otros intereses. La mayoría del día la pasábamos bromeando y riendo con todos. Un montón de energía acumulada en el peor par.
Nuestros pasos se escucharon y Ryan se giró para mirarnos.
Aclaró su garganta. Que diferente se miraba. La última vez apostaba a que tenía tan poca barba, que podría llegar a ser gracioso. No era por completo un desconocido. Pero la incomodidad, supuse iba a ser normal en cada encuentro.-Hola, hola abu. Dije con voz temblorosa. Ella nos notó y la verdad nadie dijo nada. Solo nos miramos.
Me tense cuando Ryan se puso de pie y camino un poco más cerca mío. Sus ojos sé humedecieron.-Lo siento mucho Camila, de verdad quisiera deshacer muchas cosas, pero es imposible, quiero que sepas que me arrepiento por dejar pasar tanto tiempo, solo quería que tu estuvieras lista y...
Tomó su nuca y miró a mamá.
-Es por lo dos ¿Correcto? Perdón por molestarte ayer, no quería entrar así a tu sitio pero no había forma de hacerlo, más que con insistencia.-Lo entiendo, creo. Solté sincera.
-Perdóname también, no he sido muy justa contigo, que éramos...tan inmaduros, yo de verdad quisiera entenderlo pero no he podido, solo vivo con ello y...también lamento haberte alejado por mucho o lo que haya sido, por alejarte de mamá.
Hizo acto de presencia frente a los dos. Tomó mi mano y luego con la otra la de Ryan. Y suspiró. Luego solo besó nuestra frente y nos dejó solos. La abu fingió seguir en lo suyo.-¿Te quedaras a cenar?
Asentí.
Lo miré silenciosa y cuando creí que se alejaría para retomar su lugar. Sus brazos me rodearon con desesperación. Apretando.
Mis ojos se humedecieron y eché mis brazos sobre sus hombros. Era tan extraño.
Podía respirar un poco mejor. Estaba claro. Un peso se quito de mi hombros y después de un rato correspondí. Por algo teníamos que empezar. Ya habría otros momentos para reclamar si era necesario o solo para tocar lo más delicado.-Ire a ayudar a mamá con la cena.
Limpio sus mejillas y sonrió de lado solo para volver al sofá. Salí de ahí con prisa.-Calma cariño.
-No quiero recordar esto mamá, quiero sacarlo de mi cabeza y...
Tomé la copa de vino que me ofreció, me lo tomé de un solo trago.
-No puedo creer que hablaras con Lauren, con papá. Reclamé. Me entrego la copa llena de nuevo. Gruñí agradecida. Lo necesitaba.
-Lauren esta tan molesta conmigo.-Te dije que debías decirle.
Rodé los ojos.-Ya lo sé.
Se hizo tarde para la cena y la verdad que con esas copas de vino no se me hizo tan eterna. Tuve que soportar la mirada de ambas mujeres sobre nosotros. La cena fue silenciosa. Más que eso. Les deseé buenas noches a los tres y salí de prisa. Brennan me esperaba en el auto afuera.-¿Cómo ha ido?
-Terrible, no hablamos casi nada.
-No deben presionarse.
El me había entendido de inmediato. Tuve que contarle algunas otras cosas y la verdad que quería ir de una vez a hablar con Lauren para acabar con tantas lágrimas por un día pero me convenció de esperar al día siguiente.
Además no podía con mis nervios. Estaba harta de repetir la historia una y otra vez. Me sentía tan tonta por llevar todo al límite.
-Hable con ella hace un rato, esta bien Cami, quiere entenderte y la verdad confío en que lo hará, va a apoyarte, Lauren esta profundamente enamorada de ti, en mi mente ya están casadas y tendrán dos hijos.
Me tensé.-Creo que ya debes callarte.
Soltó una risita baja. Y golpeé su hombro.-Es mi función, en los peores momentos debo intentar hacerte reír, Cami, creo que todo lo malo va a pasar y tu estas lista.
Se encogió de hombros y miré por la ventana mientras conducía.Flashback
-Hablé con mamá sobre esto y creo que necesito irme lejos de aquí, no soporto ver mi habitación, a mi hermano y los mismos lugares.
Mi terapeuta seguía como tonto escribiendo en una hoja. A veces solo pensaba que dibujaba tonterías en ello.-Hablamos de eso ya, ya avanzaste lo suficiente, si quieres tener mi aprobación no puedo dártela, solo puedo darte de alta en mis consultas y tu podrás hacer lo que necesites.
El maldito juicio se aplazó y contaba la cantidad de amenazas que recibía de su familia desde entonces. Eso no hacía mi vida mejor. Mi padre había contratado a alguien para que me cuidara. Mi temor a conducir había mejorado. Lo intentaba. Lo único que sentía iba a perseguirme por siempre era esa pesadilla. Sobre ella, en el auto hecho pedazos...
Miré a un punto fijo del techo.-¿Que hay sobre tu hermano?
-Ryan esta viviendo con mi padre, ahí se quedará.
-Tienes una conversación pendiente con el.
Sonreí con sarcasmo.-No quiero verlo, de hecho planeó irme no verlo nunca, no es algo que necesite.
Nadie iba a sacarme esa idea de la cabeza. No soportaba mirarlo. Luchaba por canalizar mi enfado e impotencia frente a algo que no podía cambiar.Fin Flashback
Tenía que hablar de esto con Lauren. Ya no podía guardarlo por más tiempo. Y esperaba no haber tardado tanto.
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Camila
Fanfiction-Parece que la fiesta no es lo tuyo. Sus ojos cafés oscuros se encontraron con los míos y fue difícil volver a ser la misma. Nerviosa y con algunas palabras coherentes en mi mente, pude contestar. -¿Te conozco? Pregunté. Las olas del mar habían pa...