Una noche realmente mala...
Mi cerebro no se apaga, mi respiración se agita y mi corazón, ese parece querer salir de mi pecho. Ese deseo infinito por dejar de sentir, mientras que tu mente proyecta películas en blanco y negro de cosas que no pasan aún, y aunque no sean reales, duelen y causan más miedo. Es más difícil cuando estás solo, lejos de aquello que te permitía sentir serenidad, todo me hace dudar, cualquier decisión por más sencilla que sea. Termino alejandome de la gente que quiero, por inseguridad, el miedo me carcome como querosén en un pedazo de anime. Intento ser fuerte y seguir hacía adelante pero no resulta, tengo una carga en mis espaldas y no sé cómo deshacerme de ella ¡Soltarlo! Eso debo hacer ¿difícil? Si. ¿Imposible? No.
O bueno, eso creo...
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La otra cara de la luna
Teen FictionSomos responsables de decir si venir a la vida o irnos en el primer respiro.