Hay amores que son como el sol, que te recuerdan el verano de la vida, cuando tomas fruta de los árboles y te calientas al aire libre, que se te pasan como un atardecer en la playa, romances que son ardientes. Otros que son como la luna, que te traen sensaciones de sensualidad, el recuerdo de un paseo bajo su luz, los que van cambiando según cada fase, de esos que destellan brillo a pesar se estar rodeados de oscuridad.
A tí, te conocí como a cualquiera, sin buscarte, apareciste de un momento a otro y termine queriendote como a nadie, encontrandolo todo. Y vaya que estaba consciente de que en cualquier momento ella se iba a alejar, como un globito en el cielo, pero decidí que mientras ese día llegaba yo iba seguir ahí sujetandola y disfrutando hasta el último minuto.
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La otra cara de la luna
Ficção AdolescenteSomos responsables de decir si venir a la vida o irnos en el primer respiro.