Soy de las personas que piensan un día a la vez, así funciona mi mente, así soy, y aunque muchas veces la menosprecio, otras me doy cuenta que tengo capacidades que alguien comúnmente no tiene, odio ir siempre más adelante y llenarme de expectativas hirientes siempre, pero también amo lo imaginativa que puedo llegar a ser en algunas ocasiones. Una vez escuché en alguna canción que decía " la mente es extraña, ayuda pero a veces daña" y cuanta razón tiene, que fácil que se nos hace dañarnos con suposiciones e incoherencias que creamos en nuestra mente por alguna situación cotidiana, pero también que extraordinaria que es cuando nos proponemos algo y nos llueven ideas de como lograr nuestro propósito. Es compleja, nadie nunca terminará de entenderla ni de usarla.
Me he dado cuenta que me estoy poniendo filosófica, aunque sé que la mayoría de cosas que digo son una manga de estupideces pero profundas, es ilógico cierto... ¡Estupideces profundas!
Me levanté de la cama y entré al baño, tenía menos de una hora para alistarme y pasar a recoger a mí novia. Jamás había sido problema para mí escoger ropa así que use lo primero que vi, me sentía cómoda con mis jeans rotos y mi suéter amarrillo, peine mi cabello, decidí ponerme un poco de maquillaje, nada llamativo pero si algo para tapar estas ojeras, apenas estuve lista me aplique perfume.
Antes de salir de casa tuve un pequeño debate mental sobre si debía ir o no a esta fiesta, mi estómago decidió entrar también en la discusión y un vómito hizo acto de presencia, me senté en el sofá, estaba sudando frío — No me puedes hacer esto, no ahora— pensé. — Tú no puedes controlarme, no va pasar nada malo — repetía para mis adentros tratando de controlar mi ansiedad. Mi teléfono celular comenzó a timbrar, contesté tratando de sonar calmada, era mi novia le dije que estaba en camino, después de colgar intenté tranquilizarme y salí de la casa, caminar me haría bien.
Al llegar a su puerta toqué el timbre y esperé hasta que apareció, nos tomó unos minutos esperar nuestro uber y llegar al lugar, entramos y el ambiente ya estaba bastante prendido, las personas bailaban, algunos estaban bebiendo, cada quien en su rollo, Sebastián se acercó a saludar apenas nos vio.
La noche estaba transcurriendo bastante tranquila, baile un par de canciones con mi novia, hablamos con nuestros amigos, nos reímos, la pasamos bastante bien, me sentía algo alcoholizada así que decidimos irnos, un uber nos llevo hasta casa de Isa, ahí nos despedimos y decidí caminar hasta mi casa, estaba bastante tarde pero eran un par de calles, ¿qué podría salir mal?
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La otra cara de la luna
Teen FictionSomos responsables de decir si venir a la vida o irnos en el primer respiro.