Esta mañana había tenido una charla con el psicólogo del hospital, vino a ofrecerme sus servicios, podía acudir a él cuando quisiera y en eso quedamos. Luego vino el médico a verme, me dijo que esta tarde estaría de regreso en casa, la verdad no quería irme, me invadió un miedo, ¿qué va pasar ahora? Era una pregunta que me estaba dando vueltas la cabeza. No había permitido la entrada de mi madre a la habitación el tiempo que estuve aquí, voy a tener que enfrentarme a ella al volver a casa. Sentí que tocaron la puerta, me pareció extraño, los médicos simplemente entraban sin pedir permiso. Volvieron a tocar - Adelante - dije.
La puerta se abrió lentamente y ahí estaba ella, me lanzó una pequeña sonrisa apenas me vio, sentí un dolor extraño en el pecho, otra vez ese sentimiento de que estaba haciéndole daño pero joder, cuanto bien me hacía ella a mí. Abrí mis brazos y la recibí en ellos, besé su frente y ella se aferró a mí como un niño indefenso.
- Regresamos a casa esta tarde - me dijo apenas se separó de mí. Sentí un peso cuando mencionó esas palabras, intenté no mostrarme afectada por lo ocurrido.
- ¿Cómo estás? - le pregunté en un estúpido intento de evadir el tema.
- Mucho mejor que tú, casi dejas la frente en el inodoro - bromeó
Sonreí, sabía que detrás de esa sonrisa fingida y de esas bromas tontas, ella estaba sufriendo por verme aquí, definitivamente no se lo merecía. La acerqué a mí y deje un pequeño beso sobre sus labios, la vi una vez más, observé detenidamente esos ojos negros que tanta paz me transmitían, respire profundo, inmediatamente su olor impregno mi sistema, cerré los ojos. Ella dejó otro beso en mis labios y entrelazo nuestras manos.
No quería dejarla, pero no podía lastimarla, no iba a permitirme hacerle daño de ninguna manera.
Hablamos otro rato, nada importante, trivialidades, el doctor nos interrumpió, la hizo salir un momento mientras me examinaba. Retiró la venda y limpió la herida.
- Listo, con esto queda. Debes limpiarla en casa y venir en diez días a retirar los puntos, si notas algo extraño ven antes... Y por favor, asiste a la ayuda psicológica - dijo antes de salir de la habitación.
Me levanté y me puse mi ropa, cuando salí de la habitación me estaban esperando mis amigos, mi madre e Isa, rápidamente Sebas se acercó para ayudarme, le entregué un bolso y me apoyé en mi novia para salir de aquel lugar.
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La otra cara de la luna
Подростковая литератураSomos responsables de decir si venir a la vida o irnos en el primer respiro.