Odiaba los primeros días de clase, me parecía ridículo tener que presentarme ante mis "compañeros" definitivamente ninguno me agradaba, no estaba en mis planes hacer amigos, así que para qué perder el tiempo presentandome.
Me ubique al final del salón intentando pasar desapercibida o al menos eso pensé, ya que mi querido profesor de matemáticas me escogió para ser la primera en saludar a la clase.
- Hola soy Laura, será un placer compartir con ustedes este nuevo año escolar.
Me sentía tan ridícula diciendo eso, obviamente no me causaba ningún placer tener que pasar 7 meses compartiendo horarios matadores con 26 imbéciles...
Continuaron con las presentaciones, mientras yo saqué mi libro y comencé a leer.
Seguí hundida en mi libro hasta que escuché una voz que llamo mi atención, por instinto subí la mirada y me encontré con una cara nueva, era su primer día aquí, jamás la había visto así que me concentre en escuchar su presentación, ¿por qué? No tengo idea, pero me interesó saber quién era.
— Hola, soy nueva en esta escuela, la verdad espero poder hacer buenos amigos y tener un buen año. Un gusto a todos, mi nombre es Isabella.
Por un segundo sostuvo su mirada directamente con la mía, se dibujó una sonrisa en su rostro, le devolví el gesto y enseguida volví a llevar mi mirada a las páginas de mi libro, no pasó mucho para que terminaran de presentarse los demás e iniciaramos con las clases.
Empezamos debatiendo el plan de evaluaciones de el primer período, talleres, exámenes y trabajos, que irían aplicando al finalizar cada tema.
No era muy buena para las matemáticas en comparación con otras materias, yo era más de historia, literatura, se podía decir que hasta deporte, cualquier otra cosa.
Pero la verdad es ¿Quién es bueno para las matemáticas? Nadie o bueno, eso creo...
Sonó el timbre que daba por concluida la primera hora de clases del día y sentí algo de paz, aunque aún me quedaban un par de materias más, el receso era de las cosas que más disfrutaba, puesto que podía hablar con Sebas y Camila, mis mejores amigos.
Sebas era un chico fuerte, grande y con un corazón enorme, es de esas personas que con la primera impresión puedes llegar a pensar que son capaces de todo pero cuando lo conoces en realidad, te das cuenta que es como un bebito pequeño al que hay que cuidar.
Por otro lado, camila es una niña tierna y sencilla, la que no rompe un plato o bueno, rompe la vajilla entera pero sin dejar ni una sola huella de su rastro.
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La otra cara de la luna
Teen FictionSomos responsables de decir si venir a la vida o irnos en el primer respiro.