Llegamos al lugar y nos hicimos en una mesita un tanto apartada del salón central, ahí estaban las cartas con los distintos sabores, conos, coberturas y salsas. Tenía una carta realmente amplía, habían demasiados sabores, algunos muy extraños y otros más comunes.
- Y bien ¿De qué sabor vas a pedir tu helado? - le pregunté
- Chocolate, si ya sé, es bastante básico ¡pero me encanta! - respondió, haciendo un gesto tierno con su cara.
Sonreí y argumente - habiendo tantos sabores.
- A ver ¿tú qué vas a pedir?- rezongo.
- Fresa - hice una pequeña imitación de su voz y dije - sí ya sé, es bastante básico ¡pero me encanta! - ambas comenzamos a reirnos.
Luego de pedir y recibir nuestros helados comenzamos a conversar, sobre distintos aspectos de nuestras vidas. Era asombroso como fluían distintos tipos de temas, algunos más fuertes, otros no tanto y verla afrontarlos todos con tanta naturalidad era sorprendente. De un momento a otro surgió una pregunta que me dejó un tanto sorprendida.
- Entonces ¿qué opinas de la homosexualidad?
Mi sexualidad nunca había sido un tabú, siempre había hablado de ella con naturalidad pero antes de decir cualquier cosa queria asegurarme que ella respetaba la comunidad, ya que había mencionado venir de una família muy religiosa, así que respondí.
- El amor es amor como se presente, si dos personas se aman ¿Quiénes somos nosotros para juzgarlos? - nos quedamos en silencio unos minutos, al parecer ella estaba pensando algo, rompí aquel silencio incomodo y le cuestióne - ¿Tu qué piensas de la homosexualidad? tardó unos pocos segundos en reincorporarse a la conversación, su respuesta fue corta, clara y precisa.
- Todos somos libres de escoger a quien amar, es decisión de cada quien, ser felíz no es un pecado.
Aproveche aquella respuesta y sin pensarlo dos veces le dije. - yo soy bisexual - volvimos a quedarnos en silencio y esta vez se me hizo eterno, hasta que hablo.
- También me gustan las chicas.
Volvimos a nuestros helados como si lo que acababamos de decir no tuviera ninguna importancia para ninguna.
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La otra cara de la luna
Teen FictionSomos responsables de decir si venir a la vida o irnos en el primer respiro.