ᛊᛁᛖᛏᛖ

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─ Entonces... ¿Todos los volcanes de Zenithia están en erupción?

─ Así es.

─ ¿Incluso los volcanes acuáticos?

─ Sí, señor.

─ No he recibido noticias de S'warkii, pero sí de Óguðleg y Tveir. Y además, con la llegada de ese particular grupo... Algo me dice que van a ocurrir cosas muy serias.

El joven elfo comenzó a pasearse por aquella estancia ricamente decorada con motivos rúnicos en mármol blanco y perfectamente pulidos, con toques de un suave dorado contrastados con obsidiana. Además, de la vegetación, las cascadas del bosque, donde el balcón de aquella sala daba, hacía que fuese el entorno más agradable posible en lo que era aquel mundo caótico.
Y es que, al parecer, Wërohir era el único lugar pacífico que quedaba en Zenithia.

─ Majestad.

─ ¿Sí?

─ El dragón ha despertado y exige marcharse a su casa.

El rey de Wërohir salió inmediatamente de sus aposentos para ir hacia donde estaban cuidando al huésped estrella los mejores sanadores élficos.
Nada más entrar en la estancia, pudo comprobar que el joven estaba forcegeando con los que parecían los cuidadores.

─ Déjenlo.

Inmediatamente, acatando la orden del monarca, se marcharon de allí sin oponer ninguna objeción, dejándolos solos a ambos.

─ Junho, ¿verdad? ─el chico solo asintió─ Yo soy Wooseok, rey de Wërohir y...

─ Ya sé quién eres.

─ Oh... ¿En serio? Bueno, aunque ha sido muy atrevido de tu parte hablarme de esa forma.

─ ¿Y cómo quieres que te hable?

─ Con más respeto ─soltó, comenzando a pasearse por la sala, tranquilamente─. Te recuerdo que no eres nadie comparado conmigo. Ten cuidado con lo que dices.

Junho empezó a reírse haciendo que Wooseok se girase hacia él, extrañado y molesto por aquella acción.

─ ¿Me estás amenazando? ¿Crees que debería tenerte miedo? Por favor... No eres más que un elfo mimado y creído que lo ha tenido todo en la vida. En resumen, un patán.

Wooseok no supo qué responder a todo eso, lo único que quería era echar a aquel sujeto de allí. ¿Cómo se atrevía a decirle todo eso después de haber mandado a todos sus sanadores con él?
Era un desagradecido con el que se negaba hablar de nuevo, por lo que dio media vuelta y salió de la sala, con la intención de hablar con los que lo habían llevado hasta allí.

Mandó a varios de sus criados a buscarlos y esperó en sus aposentos a que fueran.
Casi nunca salía de ahí, y no era por pereza o cualquier otro motivo estúpido, sino por seguridad y... Costumbre.
Ni siquiera había salido nunca de palacio para dar un paseo por la ciudad élfica.
A veces le preocupaba ser un mal rey, ya que su pueblo ni lo había visto en persona.
Pero sus padres siempre lo habían mantenido oculto y a salvo allí por motivos de salud, motivos que ahora eran una excusa para no salir.

Al estar sumido en sus pensamientos, no se percató de la presencia de los visitantes hasta que escuchó la voz de uno de los criados.
Una vez que los tres estaban allí, les pidió que se sentaran alrededor de una mesita de cristal con cómodas sillas a juego, cerca del propio balcón.

─ Les he reunido aquí para hablarles de Junho y su estado de salud. Tanto él como yo queremos que se marche, así que espero que no se opongan. Él es un Dragón Liopleurodon, podrá regenerarse rápidamente, por lo que su salud no será un problema.

Ninguno se opuso a la decisión del rey, aunque si bien es cierto que les parecía raro, decidieron no preguntar al respecto.

Justo al día siguiente, dieron las gracias por el trato recibido ─a excepción de Junho, que lo único que hizo fue burlarse más del rey y de los elfos en general─ y se marcharon de allí.
Una vez en la ciudad dispuestos a irse, aunque sin saber muy bien qué hacer y cargando al herido, que se había negado en ir en silla de ruedas, carruaje o algo por el estilo, argumentando que podía ir solo haciendo el pino, aunque a los cinco segungos de haber empezado a caminar con las manos, se dio de bruces contra el suelo, por lo que, de nuevo, Yohan tuvo que llevarlo.

─ ¿Y bien? ¿A dónde vamos? ─preguntó el espíritu─ Que la cosa esta pesa.

─ ¡¿A quién llamas cosa, feo?!

Debatieron varias posibilidades, aunque el mundo, tal y como estaba, era peligroso en sí.

─ Podríamos ir a Ingénova ─soltó Dohyon, inesperadamente.

─ ¿Ingénova? ─preguntó Seungwoo, pensativo. Dohyon asintió─ Ah, eres mago, así que... Tú debes ser de allí seguro, ¿cierto?

─ ¡Síp! Y por lo que sé, no ha habido problemas en la ciudad estos últimos días, por lo que no creo que vaya a ocurrir nada malo.

Y sin perder un minuto más, con la telepiedra que tan buen uso les estaba dando, pusieron rumbo a Ingénova, el reino de la magia.

Mientras tanto, Wooseok investigaba ciertas fuentes para conocer el origen de todo el caos que había en Zenithia, cuando de repente, un fuerte terremoto sacudió todo Wërohir, destruyendo parte de la ciudad y del palacio.
Pronto le llegaron noticias desesperanzadoras desde Hoggar. Wonjin, el Espíritu de la Tierra, había muerto y tanto Hoggar como Galdin habían sufrido los daños más severos, por lo que estaban totalmente destruidas y con pocos supervivientes.

Así que supuso que aquel pequeño terremoto que acababa de acontecer no sería nada comparado con lo que estaba por venir.

⌗ TALES OF WIND ♡̷̷%՞˖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora