"¿Cómo derrotar al Tenebroso sin morir en el intento?"
Esa preguntar rondaba una y otra vez por la cabeza de Seungyoun sin tregua alguna, ya que esta vez, no tenía nada, ningún poder especial que pudiese salvarlo o algo por el estilo. No era más que un simple humano mortal.
Mientras caminaba de un lado a otro, nervioso, en aquel enorme salón de rica decoración en el castillo de Wërohir, esperaba la llegada de Junho, quien vendría con "refuerzos" para poder llevar a cabo un plan genial, según él.
Una fuerte tormenta amenazaba en el exterior y las gotas golpeaban agresivamente contra el cristal de la ventana.
Al cabo de algunas horas, el aguacero remitió, dejando paso al brillante sol de la mañana. No tardaría entonces Junho en aparecer por la puerta, exclamando que le acompañase fuera para conocer a aquel grupo de valientes guerreros que le acompañaría, además de los dioses, en su periplo de búsqueda y asesinato del Tenebroso.
Gracias a ello, sin aún haber visto el grupo, Seungyoun pensó que quizá tendría alguna posibilidad de aniquilar a su adversario con aquella ayuda, pensamiento que se esfumó en cuanto vio al grupo.
Ante él, estaban un duende con cara de pocos amigos, un mago, un gólem que parecía estar durmiendo de pie, un centauro discutiendo con un tritón que estaba dentro de la fuente de aquel patio, un ent, un titán y como no, el espíritu del viento junto al dragón y el resto de dioses.
─ ¿En serio? ─preguntó algo decepcionado.
─ ¡¿Qué esperabas?! ─cuestionó aquel centauro saliendo de la discusión para intentar crear otra─, ¿te crees que porque soy un centauro, no puedo luchar o qué?, ¿quieres que te lo demuestre? ¿Eh?, ¡¿eh?!
─ Ya, Hyeongjun ─intervino Seungwoo─. Cálmate.
Echaron hacia atrás al centauro, que se había adelantado para encarar a Seungyoun, mientras daba puñetazos al aire como si estuviese peleando.
─ Es hora de ir hacia la Guarida del Tenebroso ─atajó Midam, marchándose del lugar junto al resto de dioses─. Nos vemos allí.
─ ¿Vamos? ─preguntó Dongpyo con un tono decidido que pareció convencer al resto, quienes en realidad no tenían ni idea de qué hacían con su vida.
─ ¡Esperad un segundo! ─intervino una voz que parecía salir del interior del castillo. Se giraron hacia allí para encontrarse con Wooseok equipado con la armadura sagrada de Wërohir, además la increíble espada de metal élfico con grabados del antiguo idioma zenithio─, yo también voy.
A todos les pareció bien que alguien más se uniese a ellos, cuanto mayor fuese el número, mejor.
Junho, junto con Dohyon y Seungwoo, los que más poder mágico tenían, abrieron un portal en el centro de aquel bonito patio para poner rumbo a Styugrin, el último de los nueve infiernos de Zenithia y donde habitaba el Tenebroso.
El portal, que sumaba un poder incalculable, desprendía un aura fría y peligrosa. Una vez, lo cruzasen, no habría vuelta atrás, teniendo únicamente dos opciones: derrotar al Tenebroso o morir.
─ ¿Estáis seguros de esto? ─preguntó Yohan antes de cruzar─, no tenéis porqué acompañarnos si no queréis.
─ ¡Vamos, chaval! ─contestó el centauro─, ¡ya que hemos venido hasta aquí, no vamos a echarnos atrás ahora! ¡Vayamos a darle una paliza al cerdo ese!
─ ¡Eso, eso! ─exclamó Minhee─, aunque no sé en qué podré ayudar yo, pues ni andar puedo.
Y eso era cierto, Eunsang iba llevando al tritón a cuestas, una vez que ya no estaba en aquella fuente.
─ Minhee, tú eres un presciente ─finalizó Junho─, un semi-dios. De hecho, todos los que estáis aquí, tenéis una característica que os hace diferentes del resto. Eso es lo que nos hace un gran equipo. Venga, debemos cruzar ya.
Todos, en silencio, traspasaron aquel portal, apareciendo en un lugar lúgubre y horrible, parecido a una cueva incandescente, con una decoración grotesca basada en cadáveres en putrefacción carcomidos por extraños insectos, predominando, asimismo, un intenso y molesto olor a azufre.
─ Así que aquí es donde acaban los más malos del mundo... ─soltó Dohyon rompiendo el silencio en el que se encontraban.
─ “Aquellas almas necias y traidoras purgarán sus pecados en Styugrin, donde sus cuerpos serán devorados por los monstruos infernales.” Así está escrito en el Libro de los Vivos ─explicó Seungwoo, dejando a todos boquiabiertos por lo escuchado. Por un lado, era sorprendente que conociera tan a la perfección un libro prohibido para la gran mayoría de seres y, por otro, parecía increíble que aquellos "insectos" fuesen en realidad monstruos.
─ ¿Entonces el infierno no es lo mismo que el inframundo? ─preguntó Dongpyo, quien, sin motivo aparente, iba agarrado del brazo de Seungwoo, ya que aquel lugar era bastante tétrico e imponente.
─ El inframundo es donde van todas las almas a descansar un tiempo para después reencarnarse. Sin embargo, aquellos que en vida han hecho maldades horribles, son dirigidos a los nueve infiernos, siendo el último nivel, el peor de todos. Y justo a dónde nos dirigimos ahora.
Ante ellos, una enorme fosa se abría paso, de la cual surgía un gutural sonido y un pestilente olor. Ahí estaba en Tenebroso esperándoles.
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ya aviso desde un primer momento que algunos morirán durante la batalla y no saldrá "perfecta" en sí ajdnsjwj. brutal
